El lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, Por mi raza hablará el espíritu, muestra la vocación humanística de José Vasconcelos Calderón, quien asumió la rectoría en 1920, en una época en que las esperanzas de la Revolución aún estaban vivas, había una gran fe en la Patria y el ánimo redentor se extendía en el ambiente.
Vasconcelos Calderón, quien fue abogado, historiador, político, escritor, candidato presidencial y fundador de la Secretaría de Educación Pública, nació un día como hoy, pero de hace 137 años, en la ciudad de Oaxaca, aunque vivió poco tiempo ahí; después residió en Piedras Negras, Coahuila. Viajó por varias ciudades del país y en el Instituto Campechano hizo sus estudios elementales.
En la Ciudad de México ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y posteriormente a la de Jurisprudencia. Abogado en 1907, perteneció a la generación del Ateneo de la Juventud. En 1908 se unió al movimiento revolucionario de Francisco I. Madero, opuesto a la dictadura del general Porfirio Díaz. También presidió el Ateneo de México en 1909 y participó en el movimiento revolucionario de 1910.
En 1914 y 1915 ocupó la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, y a partir del 9 de junio de 1920, el presidente Adolfo de la Huerta lo nombró titular del Departamento Universitario y de Bellas Artes y Rector de la Universidad.
Desde esa institución elaboró el proyecto para la creación de la Secretaría de Educación Pública, en cuyo título sustituyó el término “Instrucción” que tenía la anterior, porque lo considera de corte positivista.
Este intelectual mexicano fue un hombre multifacético que impulsó una ambiciosa campaña de alfabetización, la cual complementó con la edición masiva de publicaciones clásicas, logrando que el gobierno pusiera al servicio del Departamento Universitario las prensas de la Nación, de las que salieron miles de ejemplares de libros.
Aumentó el número de bibliotecas, abrió la enseñanza secundaria y superior a un mayor número de estudiantes, rescató y reorganizó los institutos de cultura artística superior como la Antigua Academia de Bellas Artes, el Museo Nacional y el Conservatorio de Música.
Sin duda, la vida de este hombre estuvo dedicada a fomentar la educación en el país, por lo que su trabajo sigue marcando a las nuevas generaciones de México.