“Allí nomás tras lomita, se ve Dolores Hidalgo, yo allí me quedo paisanos, allí es mi pueblo adorado”, dice el himno de los guanajuatenses creado por José Alfredo Jiménez, “Caminos de #Guanajuato”, que hoy a medianoche se canta con más entusiasmo en el pueblo que es “Cuna de la Independencia” y también del cantautor, como cada año, durante las primeras horas del 23 de noviembre, fecha en la que se conmemora el 51 aniversario luctuoso de “El Rey”.
Rafael Cárdenas, “El Caporal”, originario de Dolores Hidalgo, Guanajuato, contó en entrevista para Reporte Índigo que tuvo la suerte de conocer a José Alfredo Jiménez y compartió que en una ocasión: “En el atrio (de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores), se le aplaudió tanto que dijo ‘nadie es profeta en su tierra y yo sí lo soy en la mía, yo no quiero la tumba de los hombres ilustres y a ustedes los hago responsables, aquí quiero ser sepultado’.
“Gracias a esa decisión que tomó, el pueblo de Dolores Hidalgo está viviendo del turismo, de la cerámica, de las nieves, y estamos contentos porque un autor de esta calidad haya querido quedarse en su pueblo“.
“El Caporal”, como le gusta que le digan, contó que cada 22 de noviembre, a las 11 de la noche, una caravana artística, con miles de personas, sale desde la parroquia y la plaza principal de Dolores Hidalgo con música de mariachis y banda cantando sus canciones hasta llegar al panteón, donde está su tumba.
Luis Córdoba, otro “Josealfreista”, como se hacen llamar en el pueblo quienes siguen siendo admiradores del cantautor, relató que en la noche también recorren las cantinas, algunas de ellas eran frecuentadas por “El Rey”, antes de llegar al panteón para entonar las canciones de José Alfredo Jiménez.
La casa del cantante ahora es un museo
En Dolores Hidalgo, está la casa en la que nació José Alfredo Jiménez, que ahora es un museo en donde se puede admirar un cuadro que plasma su vida, hecha por el artista Octavio Ocampo, en el cual su sombrero está compuesto por varios de sus amigos y cantantes reconocidos como a Javier Solis, “El Charro” Avitia, Pedro Infante, Lola Beltrán, Armando Manzanero, entre otros, mientras que en el centro se dibujo a “El Rey” a la edad de cuatro años y en su adultez se le plasmo el caballo blanco en el pecho, con un Chrysler imperial del 57, pues ese era su coche y el caballo blanco, que iba cojeando de la pata izquierda porque se le ponchó la llanta, que llevaba el hocico sangrando porque se le calentó y empezó a tirar el agua por el radiador, entre muchos más detalles, se explica en el recinto.
Otros elementos que se pueden observar de cerca es que el sombrero de José Alfredo Jiménez tiene la parroquia de su pueblo adorado, mientras que el contorno está formado por papeles picado que tienen figuras alusivas a algunas de las canciones más famosas, además las montañas son perfiles de rostros que ven al cielo en honor al público que admira al guanajuatense, mientras en su mirada infantil tiene dos palomas y las nubes forman ángeles, son solo algunos de los detalles que se observan al contemplar el cuadro de cerca.
En el museo también se puede admirar parte de la vida de José Alfredo Jiménez mediante fotografías de la boda de sus papás, así como de sus hermanos y de él cuando era un niño, además de su acta de nacimiento, entre otros aspectos importantes.
“Paloma querida“, una de las creaciones más famosas de “El Rey“, fue inspirada por su musa, la veracruzana Paloma Gálvez, a la cual conoció cuando ambos tenían 21 años y se casaron el 27 de junio de 1952. Ella también fue su inspiración para varias canciones y tuvieron dos hijos, algunas de sus fotos y cartas de amor se pueden admirar también en el museo.
En la habitación donde nació José Alfredo Jiménez, se pueden observar varios de los reconocimientos que tuvo en su vida artística, así como contratos importantes, fotos con personajes destacados de la Época de Oro del cine mexicano y más objetos que reflejan el éxito del guanajuatense.
En varias partes del recorrido se destaca el agradecimiento que tenía el cantautor a su público por lo que mostró este sentimiento con la canción que dice: “Cómo puedo pagar que me quieran a mi por todas mis canciones”.
A pocos minutos de la casa donde nació José Alfredo Jiménez se encuentra el panteón municipal, ahí, con un monumento, que recuerda a los sarapes, están plasmados algunos de los títulos de sus canciones y bajo un enorme sombrero descansan los restos de “El Rey“, que como dice otra de sus obras “olvídate de todos menos de mi“, su pueblo lo sigue recordando, manteniéndolo inmortal mediante sus melodías.
Martha Jiménez, una de las hijas de José Alfredo, quien visitó la tumba de su padre dijo en entrevista para Reporte Índigo: “Para mi es un honor estar aquí en Dolores Hidalgo, Guanajuato, en el mausoleo donde venimos a traerle flores, y mañana tendremos aquí, donde se le rinde homenaje no nada más cada año porque la gente llega todos los días, una serenata que ha sido patrocinada por un grupo de empresarios, amigos, para llegar con fondos, para realizar la serenata encabezada por mi hijo Luis Alfredo Jiménez“.
“Para mi es una gran emoción estar aquí y ver cuánto cariño y amor le tienen a mi papito, estamos muy agradecidos por ese cuidado, pues saben que José Alfredo Jiménez es guanajuatense, el hijo del pueblo, el rey, pues es José Alfredo Jiménez no nada más de Guanajuato, no nada más de México, sino del mundo”, concluyó.
