Para el Premio Alfaguara 2018 es claro cómo es que en México triunfan y escriben la historia los que están en el poder y tienen el dinero para tergiversar a la sociedad a su provecho, y es que con la obra “Una novela criminal”, Jorge Volpi reflexiona acerca de la impunidad al interior de la burocracia nacional.
En el panel donde el escritor habló junto a Emmanuelle Steels y Antón Castro del caso Cassez-Vallarta, se habló ampliamente de cómo se planteó una completa farsa durante el gobierno de Felipe Calderón para crear esta presunta historia delictiva y la idea fue ampliamente sustentada por los panelistas.
“El Estado no demostró la culpabilidad de Florance a fin de cuentas, o sea llegar a la Suprema Corte y ser liberada –porque eso también se había manipulado– muchos de los críticos de la liberación dicen que fue por un pequeño error judicial, no, no es por que le faltara un sello, no es por que llamaran al cónsul ese día, es por lo que el ministro Zaldívar , ponente original del caso, llama el efecto productor, porque todo lo que hizo la autoridad, todo lo que hizo la policía y luego el ministerio público y luego los jueces, fue destruir la posibilidad de saber la verdad”, precisó Volpi.
Steels que publicó el libro “El teatro de lo absurdo”, aseveró que no es una cuestión de opinión el que sean culpables o no los implicados, todo se remite a los hechos y la manera en como finalmente nunca se les pudo inculpar fidedignamente a Florence Cassez e Israel Vallarta.
“Cada persona que ha sido sentenciada en ese caso ha salido en libertad y se ha reconocido de alguna manera su inocencia, no tanto de una manera tan completa la de Florance Cassez, pero los tres miembros de la familia Vallarta han sido reconocidos inocentes”, comentó la escritora en la charla del HAY festival.
En la charla también precisaron cómo es que el montaje televisivo ayudó a perjudicar la imagen en torno a los detenidos por secuestro, lo que causó una repercusión que a la fecha se sigue pensando en el imaginario social que la francesa es culpable.
“Como público no estamos viendo esas cosas, lo que estamos viendo es una pareja de secuestradores que está teniendo a tres personas detenidas en su casa, un niño y que por una vez la policía está haciendo su trabajo, eso es lo que vemos como telespectador y nos alegramos y ese engaño en cierta medida lo reconocen las autoridades pero para taparlo y para hacerlo justificable o legítimo para la opinión pública lo que hacen es montar un teatro para validar ese engaño”, agregó Steels.
Tanto Volpi como Steels cerraron la charla reflexionando en cómo los conductores jugaron un papel importante para sembrar una opinión en el público, tomando un papel de juzgadores sin haber sido imparciales ante el presunto delito.