¿Jorge Luis Borges misógino? La anécdota con María Luisa Bombal que revela su relación con las mujeres

Pese a que Borges no puede considerarse como un escritor misógino del todo, sí se confirma su aprecio por la dictadura
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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María Luisa Bombal Anthes, escritora chilena, puso en entredicho el machismo de su tiempo; pero, de pasó reveló a través de una simple anécdota, quizás no, el carácter y la relación de Jorge Luis Borges y Pinochet, con las mujeres.

Bombal y Borges se conocen

La intelectual compartió una anécdota que involucra al autor de El Aleph, pues cuando llegó a Buenos Aires únicamente conocía a Pablo Neruda; por lo que pronto su círculo se amplió.

Según Bombal, tuvo amistades con Oliverio Girondo, Conrado Nalé Roxlo, Norah Lange y otros intelectuales; además de otros como García Lorca o la propia Gabriela Mistral.

Sin embargo, en sus palabras, Jorge Luis Borges no era tan amigable y, más bien, estaba en un círculo amistoso cerrado.

“En esa época conocí también a Borges, pero él circulaba en un mundo más cerrado, más intelectual”, explicó Bombal.

Borges critica la idea de Bombal

En su Testimonio autobiográfico, María Luisa Bombal detalla que algún día de 1937 caminó junto con Borges por las calles de Buenos Aires, donde también compartían sus ideas de literatura y las obras del tintero.

“Él me contaba lo que escribía y yo le contaba lo que escribía. Una tarde le hablé de La Amortajada y me dijo que esa era una novela imposible de escribir, porque se mezclaba lo realista con lo sobrenatural”, señala.

Bombal no hizo caso a Borges, al contrario, se empeñó en su idea pese a que en aquella época se consideraba al autor como un escritor de renombre cuyos consejos valdrían oro para un desconocido; en este caso, desconocida.

La escritora chilena había escrito su primera novela, La última niebla, que fue recibida positivamente por la crítica; pero, sin duda, aún era desconocida para los estándares masculinos de esos años.

Borges se arrepiente

María Luis Bombal terminó La amortajada en 1938, una novela sobre una mujer muerta que va recordando su vida mientras su familia la vela y la entierra; el éxito llegó inmediatamente.

Pese a que Borges había subestimado aquella obra en principio, sumado a los cánones masculinos de la literatura y probablemente el menosprecio a la figura femenina, pronto se arrepintió.

Alabando a una mujer

Fue en el número 47 de la revista Sur, de agosto de 1938, que Borges decidió confesar el desánimo que, de cierto modo, había impulsado en Bombal; pero que, lejos de eso, la escritora consiguió una novela única.

“Yo le dije que ese argumento era de ejecución imposible y que dos riesgos lo acechaban, igualmente mortales: uno, el oscurecimiento de los hechos humanos de la novela por el gran hecho sobrehumano de la muerta sensible y meditabunda; otro, el oscurecimiento de ese gran hecho por los hechos humanos. La zona mágica de la obra invalidaría la psicología, o viceversa; en cualquier caso la obra adolecería de una parte inservible. Creo asimismo que comenté ese fallo condenatorio con una cita de H. G. Wells sobre lo conveniente de no torturar demasiado las historias maravillosas…”, escribió Borges en aquella época.

María Luisa Bombal soportó con firmeza mis prohibiciones, alabó mi recto sentido y mi erudición y me dio unos meses después el manuscrito original de La Amortajada. Lo leí en una sola tarde y pude comprobar con admiración que en esas páginas estaban infaliblemente salvados los disyuntivos riesgos infalibles que yo previ. Tan bien salvados que el desprevenido lector no llega a sospechar que existieron”, añadió.

Además, Borges le dedicó muchas palabras de alabanza a la novela de María Luisa Bombal: “Libro de triste magia, deliberadamente suranée, libro de oculta organización eficaz, libro que no olvidará nuestra América”.

Misógino no, pero sí dictador

No son pocos quienes consideran que pese a que Borges no puede considerarse como un escritor misógino del todo, sí se confirma su aprecio por la dictadura que le impidió ganar el Premio Nobel de Literatura; que al igual que los premios Oscar de la Academia reconocen lo políticamente correcto sobre el talento.

Incluso, María Kodama, viuda del escritor argentino, reveló durante una entrevista al diario español El País, que conocía el gusto de Borges por Augusto Pinochet.

Kodama, de hecho, explicó que el autor recibió una llamada de Estocolmo, donde se concede el Nobel, para advertirle que no recibiera un premio honoris causa de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad  de Chile, donde gobernaba Pinochet.

“Yo siempre me iba para que él estuviera en la intimidad con la persona que llamaba, pero me retiene. Por sus respuestas me doy cuenta de lo que le decían y aunque deduje todo después me lo contó. Pero acabó diciendo: ‘Mire, señor: yo le agradezco su amabilidad, pero después de lo que usted acaba de decirme mi deber es ir a Chile. Hay dos cosas que un hombre no puede permitir: sobornar o dejarse sobornar. Muchas gracias, buenos días’”, contó Kodoma.

“Fue genial, yo lo adoré más que nunca. ¿Quién por sus ideas soporta algo tan tentador? Más allá o por encima de lo que podía ser su interés literario estaba la ética, no dejarse sobornar”, explicó.

“Tenía que recoger el doctorado en la Universidad Católica de Chile; le dije que si no quería pensárselo, que podía alegar que estaba enfermo. Él me abrazó y me dijo: ‘¿Usted haría eso?’ Yo no, le dije, pero usted es otra persona. ‘¿Por qué cree que puedo hacerlo yo?’ Y no se habló nunca más del asunto”, finalizó.

Borges y Pinochet

Cabe recordar que Borges se encontró con Pinochet y externó su apoyo a la dictadura, además que rindió homenaje a la represión al decir que “en esta época de anarquía sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. (El poeta argentino Leopoldo) Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la hora de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada, a la furtiva dinamita”.

“Y lo digo sabiendo muy claramente, muy precisamente, lo que digo. Pues bien, mi país está emergiendo de la ciénaga, creo, con felicidad. Creo que merecemos salir de la ciénaga en que estuvimos. Ya estamos saliendo, por obra de las espadas, precisamente. Y aquí ya han emergido de esa ciénaga. Y aquí tenemos: Chile, esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada”, concluyó.

Finalmente, Borges se reunió con Pinochet y aseguró que “es una excelente persona, su cordialidad, su bondad… Estoy muy satisfecho… El hecho de que aquí, también en mi patria, y en Uruguay, se esté salvando la libertad y el orden, sobre todo en un continente anarquizado, en un continente socavado por el comunismo. Yo expresé mi satisfacción, como argentino, de que tuviéramos aquí al lado un país de orden y paz que no es anárquico ni está comunizado”.

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