Jorge Gamboa, el logro de sobresalir en la ilustración
A tres años de su creación, Plasticeberg, del artista visual Jorge Gamboa, mantiene vigencia, recordando la importancia de la imagen para transmitir un mensaje y el uso desmedido de los plásticos debido a la pandemia
Karina CoronaNo importa cuántos años pasen, cuando una imagen queda registrada en la memoria colectiva, se vuelve inmortal; cuando esto sucede pasa por infinidad de conciencias, revoluciona pensamientos, se vuelve un emblema, seduce miradas y provoca la acción. Para el artista visual Jorge Gamboa, el poder de las imágenes cobra fuerza cuando rompe con las barreras del lenguaje y logran hablar por sí mismas en Plasticeberg. Esto se ve reflejado con más claridad en las dinámicas de redes sociales donde, en cinco segundos, se debe comunicar todo un mensaje.
Ejemplo de ello es Plasticeberg, imagen ganadora del primer lugar en la Bienal del Cartel Bolivia BICeBé y que ilustró la portada de la revista National Geographic, en la edición de junio de 2018, y está incluida en el Top 100 de las mejores imágenes o portadas del mundo.
A tres años de su creación y en época de pandemia, esta ilustración toma de nuevo relevancia, pues el plástico se ha convertido en una de las más grandes amenazas, no sólo para los océanos y mares, sino que está cobrando nuevas cuotas en el medio ambiente.
“Con la pandemia se volvió todavía más real porque ya llevábamos un buen camino respecto al tema de los plásticos y con esto se vino marcha atrás, todo está envuelto en plástico de una forma absurda. Esta imagen es fuerte y vigente porque es concisa, la gente la entendió y la hace suya; yo he visto que la comparten una infinidad de veces en las redes y, espero que su propósito esté en la acción, que la gente entienda que hay más de lo que podemos ver”, expresa el artista originario de Chiapas.
Con Plasticeberg, que en palabras del artista es un híbrido entre arte digital y cartel, su trayectoria artística marcó un antes y un después en su forma de creación, en la necesidad de expresar y de hablar sobre su entorno y sus propias preocupaciones. En aquel momento, él era el encargado de la museografía en una galería de arte en Puebla y, por iniciativa de un amigo, la metió al concurso de la Bienal de Bolivia, ahí inició el éxito de la imagen.
Realizar esta imagen, confiesa, sólo le llevó un par de horas, pues ya tenía una idea muy clara de lo que quería expresar, no obstante, nunca imaginó los alcances que podía tener.
“Quería que la gente entendiera la frase ‘la punta del iceberg’, le tomé la foto a la bolsa y la acomodé manualmente hasta que quedara como la imaginé, después la colgué de un hilo y la trabajé en edición digital, le puse luces y sombras, textura y el agua. Pensaba que tuviera ese juego de palabras que definen el cartel: de la punta del iceberg, la basura plástica y el iceberg”, relata.
Pasión por el arte
Jorge Gamboa recuerda que desde su niñez siempre le interesó dibujar, fue un gusto que dejó fluir, hasta que se convirtió en un hábito durante su adolescencia, cuando se dedicó más a la ilustración, posteriormente estudió la licenciatura en Diseño y Artes Plásticas en el Universitario Bauhaus, en la ciudad de Puebla, sin embargo, en esa época, admite que su vena artística era la escultura, pero al no obtener éxito, se enfocó en el arte digital, el video y la fotografía, camino que no ha dejado hasta ahora.
Su pasión por la creación y el arte siempre estuvo presente, aunque la combinó con otros empleos, como cuando fue museógrafo en el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla o, incluso, al dedicarse a la música cuando estuvo en una banda de metal y aportó muchas ideas para el arte del disco.
“Todos los creadores tenemos esa chispa de llegar a la casa y sacar lo que tenemos en la cabeza, yo siempre trabajé en oficina y en áreas de montaje, pero en mis tiempos libres me dediqué a producir mi obra. Cuando hubo cambio de administración decidí probar suerte en el rubro artístico, es un panorama que no es fácil sobrellevarlo porque el arte es infravalorado, en la ilustración y artes visuales es un gran logro que alguien sobresalga”, declara.
El artista originario de Chiapas decidió establecerse en Puebla por ser una ciudad tranquila, pero con un gran movimiento artístico, sin ser tan “pesado y absorbente” como en la Ciudad de México. Esto le ha brindado la oportunidad de conocer nuevas propuestas e irlas aprendiendo, como el arte urbano, incluso la misma gente que lo rodea le ha cambiado su forma de pensamiento y de vida.
“Puebla es una ciudad que tiene cultura, tienen buenos músicos, artistas, pintores y hay mucha propuesta artística. Con la pandemia hay un detonante donde colectivos se organizaron para crear exposiciones, desde lo digital, pero están salieron del paradigma del arte de los museos y llevando el arte y muestras a otras perspectivas, la ciudad nos regala mucho y esperaría que esto sí se quede, los mismos artistas están cambiando el movimiento”, relata.
Tiempo de creación para Jorge Gamboa
Con el confinamiento existe la sensación de que el martes es igual al sábado, donde el tiempo queda suspendido, algo que Jorge Gamboa trata de tomar como una ventaja para reflexionar sobre su obra y crear desde casa. Actualmente, trabaja en nuevos proyectos, casi todos personales, algo que anteriormente no se animaba hacer por la falta de tiempo. La fotografía, el arte en movimiento y la ilustración lo acompañan en su aislamiento, se han vuelto sus confidentes en el transcurso de los días y se vuelven reflejo de sus pensamientos e inquietudes.
Aunque la incertidumbre es lo que más pesa en estos momentos, el artista ha podido conocerse aún más y reflexionar hacia dónde quiere direccionar su vida y arte.
“Siento que estoy en una época en la que estoy produciendo lo que siempre quise hacer, me gusta mucho la foto y estoy haciendo cosas sobre ello; más allá que se exhiba o no, creo nosotros los creadores, necesitamos sacar esa espina de lo que tenemos en la cabeza y, a veces, ni siquiera nos deja dormir, al verla culminada se siente mucha satisfacción”, comparte.
Durante todo este año de confinamiento, su mayor aprendizaje ha sido no tener miedo a dedicarse a su verdadera pasión, pues a pesar de que en muchas ocasiones se ha visto el trabajo del diseñador o ilustrador como un “hobby”, él está dispuesto a seguir en este camino.
“A lo mejor tuve miedo en algún momento y sentir que no era un buen artista, ‘no puedo aportar’, pero dije, ‘ni modo, lo voy a intentar’ y todavía estoy en ese proceso de estar batallando todo el tiempo, tratando de producir hasta agarrar un estilo y una manera de que la gente identifique lo que estoy haciendo, yo creo que lo que más me ha dado, es algo gratificante”, concluye Jorge Gamboa.