Jorge Aranda, el rostro que amamos odiar; él es el nuevo villano de Netflix

El actor, junto con Claudia Álvarez, será él encargados de hacer las villanías en la serie Las hermanas Guerra.  Así fue cómo construyó a este personaje
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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A punto de cumplir una década como actor, Jorge Aranda regresa a las pantallas con un papel que reafirma su talento para interpretar villanos. En Las hermanas Guerra, el nuevo drama de venganza de Netflix, Aranda se convierte en Ramón, un hombre dispuesto a todo para conseguir poder, control y dinero.

“Estoy cumpliendo 10 años como actor; entonces, es un momento súper padre, donde cada vez llegan proyectos más interesantes que me retan como actor y que además me permiten trabajar con gente con la que muchas veces no me imaginé.

“Durante muchos años jamás me hubiera imaginado que iba a trabajar con ellos, directores, actores, productores. Estoy bien contento y agradecido con una carrera que, de repente veo corta, de repente veo larga, pero feliz con todo lo que sucedió”, afirma.

A través de sus personajes, Aranda ha consolidado su marca: un villano que no solo es cruel, sino humano. Y eso lo vuelve, paradójicamente, fascinante.

“Estoy en un punto de mi carrera en la que puedo elegir un proyecto sí y otro proyecto no. Me siento súper afortunado de las decisiones y también de las oportunidades que me han llegado, pero sé que todavía tengo un camino muy grande por recorrer y muchos objetivos que lograr”
Jorge ArandaActor

Ramón, su nuevo personaje, es el líder de los macheteros, una figura sombría y pragmática que se convierte en la mano derecha de Antonia (interpretada por Claudia Álvarez) para cumplir sus objetivos de venganza. Lejos de ser un antagonista caricaturesco, Aranda lo define como alguien que refleja los problemas reales de nuestra sociedad.

“Creo que hay, desafortunadamente, muchas personas que por falta de oportunidades, por falta de trabajo, tienen que verse inmersos en muchas situaciones, que son capaces de hacer absolutamente todo lo que se tenga que hacer para sobrevivir y para subsistir”, explica.

Con esta visión, el actor da vida a Ramón desde la empatía, y el resultado es un personaje que inquieta y fascina a la vez.

¿Jorge Aranda tiene cara de malo? La química perfecta para el papel

Con una carrera llena de villanos, Jorge ha demostrado que, más que el guion, lo que importa es la capacidad del actor para dotar de personalidad propia a cada personaje. Y en el caso de Ramón, confiesa, quiso ir más allá.

“Justo para empezar a jugar con Ramón dije: quiero que no se parezca a nada de lo que he hecho”, explica. La voz, la corporalidad, y su habilidad para adaptarse a cada entorno lo llevaron a crear un Ramón único. Además, comparte entre risas que “también tengo cara de malo porque sí me la creen”.

Finalmente, dice, es un personaje muy del norte del país. “También eso me permite jugar más con la corporalidad, con la voz y a partir de eso creo que la propuesta les gustó a los dos directores. La verdad es que quedaron bien contentos”, cuenta.

Su capacidad para adaptarse es un sello de su actuación y una prueba de su compromiso con el rol. Durante el rodaje en Durango, bajo intensas condiciones climáticas, Jorge aprovechó el ambiente como una herramienta para desarrollar el carácter de Ramón.

La primera temporada de Las hermanas Guerra estará disponible en Netflix a partir del 13 de noviembre

“Estábamos en locaciones de mucha naturaleza, donde sólo había viento y tierra, y estar en un llamado de 13 a 14 horas debajo del Sol, de ese calor de Durango, pues creo que nos enseñó mucho, que sabemos adaptarnos y lo disfrutamos mucho.

“Y a nivel actoral saber que puedo jugar un poquito con esos rangos, prácticamente, cuando se hacen este tipo de series que son de muchos capítulos, que se graban muchas escenas al día, nos ayuda a conectar con el otro, saber jugar en escena y saber que si esa conexión existe, probablemente funcionará a cuadro. Eso es lo que sucedió”, expresa.

Los villanos, la sal y la pimienta de las historias

Para Jorge, los villanos son el “ingrediente secreto” que da vida a cualquier historia. Desde sus primeros papeles se sintió atraído por personajes que enfrentan sus propios demonios y lidian con realidades complejas.

“Me gustan mucho los villanos, porque me encantan, y claro, siempre tienen esta sal y pimienta de las historias; lo padre es hacer villanos que no sean caricaturizados. Hay gente mala en el mundo y que no necesariamente tienen que ser el villano caricaturizado; entonces, hacerlo desde un lado realista”, asegura.

Es esta autenticidad la que permite al actor diferenciarse y convertir cada actuación en un desafío nuevo, siempre con la premisa de que incluso el personaje más oscuro tiene una historia que contar.

Aunque Jorge evita dar detalles sobre el desenlace de Ramón, sí adelanta que la escena final de su personaje es una de sus favoritas, y promete dejar a los espectadores con la piel erizada.

“Es la penúltima escena mi favorita. Te puedo decir que esa escena cierra con todo, porque además jugamos todos juntos, Erick Elías, Sabrina Zaera, Ana Serradilla y Claudia Álvarez”, comenta.

En Las hermanas Guerra, Jorge Aranda le recordará al público por qué los villanos también pueden ser sus favoritos, con un personaje sombrío, pero lleno de realismo y una actuación comprometida.

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