Para el filósofo e investigador musical Luc Delannoy, el jazz latino ha sido siempre una música de resistencia, que ha demostrado una responsabilidad social cuando es requerida. Sin embargo, en las últimas dos décadas, ese compromiso se ha desdibujado debido a las crisis socioeconómicas provocadas por distintos factores, como la pandemia por Covid-19, así como por la transformación acelerada de una industria musical que privilegia el consumo rápido y masivo.
Pese al auge de esa música comercial, hay proyectos musicales latinoamericanos que han encontrado una forma de resistir, considera en entrevista con Reporte Índigo el autor de ¡Caliente. Una historia del jazz latino! (FCE):
“En los últimos 20 años, en el jazz latino ha habido un movimiento de músicos en varios países que ha buscado estudiar y apropiarse con orgullo de sus raíces culturales y musicales para lanzar propuestas originales que, en realidad, es lo que suele pasar en tiempos de crisis”.
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¡Caliente!
Una historia del jazz latino
Luc Delannoy
Fondo de Cultura Económica
Diseño de portada:Luis Valverde
Ilustración: Guillermo Scully
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“Cuando no sabes qué hacer, tienes tendencia a regresar y buscar un refugio que te da fuerza para nutrirte. Estos músicos simbolizan este movimiento de regreso a las raíces para buscar la energía necesaria para desarrollar propuestas nuevas”, añade el investigador musical que entrega un nuevo capítulo de la historia de ese género musical en una reedición de su conocido libro, originalmente publicado en francés, en 2000.
23 años después, el autor de origen belga y que reside entre Tallin, Estonia, y Colima, México, añade a este volumen un apartado sobre la actualidad de este género que ha diversificado sus repertorios y ha multiplicado sus públicos en distintas partes del mundo.
¿Cuáles son las propuestas que destacan en el jazz latino?
A través de entrevistas con músicos, el autor destaca esa tendencia de los productores y artistas latinoamericanos y caribeños de privilegiar el contacto con sus raíces, como lo hace el percusionista venezolano Yoel pibo Márquez, el trío Metamadera, que es una fusión entre ritmos africanos y propios de Argentina; así como el trombonista portorriqueño William Cepeda, los saxofonistas colombianos Antonio Arnedo y Jacobo Vélez, el baterista mexicano Efrén Capiz, quien fusiona el jazz con música purépecha, entre muchos otros.
“Ellos están gritando que están orgullosos de sus raíces y que tienen propuestas nuevas basadas en esas raíces. Eso les permite mantener su identidad y es una forma de decir: ‘no vamos a aceptar que nadie nos imponga una nueva historia o nos haga olvidar nuestra propia historia’. En cierta manera, toda esta sucesión de crisis han permitido a algunos músicos, pocos, hay que decirlo, reafirmar sus raíces a nivel internacional, y creo que históricamente, musicalmente, es muy importante”, destaca el autor.
Conozco poco sobre jazz, pero esta es mi bibliografía para comenzar: “Caliente. Una historia del jazz latino” de Luc Delannoy, “El jazz en México” de @Alain_Derbez (ambos de @FCEMexico) y el “Diccionario del jazz” 🎷🎶 pic.twitter.com/O5l3dEL9UZ
— Miguel Ángel Avilés (@aviles_mgl) January 5, 2019
En su observación sobre las nuevas tendencias del género, el también fundador del Instituto de Neuroartes identifica, además, un regreso a la visión “pancaribeña” de raíces musicales africanas, es decir, propuestas que recurren a los ritmos afros que han tomado sus propias formas en la Cuenca del Caribe, que incluye territorios costeños de Estados Unidos, México, Centroamérica, Venezuela y Colombia.
“Si escuchamos las grabaciones y leemos partituras de lo que ocurrió en el sur de Estados Unidos, principalmente en Luisiana, a finales del siglo 19 y principios del 20, nos damos cuenta que hubo una convergencia de músicos de diferentes países del Caribe, de la costa caribeña de México, incluso de músicos de Guerrero que tuvieron alguna confluencia en Nueva Orleans. Entonces, ya en sus inicios, el jazz era el reflejo de movimientos pancaribeños, a través de los diferentes flujos migratorios y justamente hoy sentimos que en varios músicos hay este deseo de volver a insistir sobre el aspecto musical de la Cuenca del Caribe”, refiere.
¿Por qué un músico debe tener compromiso social?
El investigador lamenta que, en los últimos 20 años, la mayoría de los músicos hayan renunciado a su responsabilidad social y no se han querido involucrar en buscar vías para salir de las crisis que constantemente enfrenta el ámbito del jazz latino o en tejer redes para crear propuestas nuevas.
“He sentido que dentro del jazz la mayoría de los músicos no se involucraron para buscar salir de estas crisis o hacer propuestas nuevas. Como que se han separado de su papel de ciudadano. Digo esto porque siempre he considerado al jazz, sobre todo el jazz latino, como una música de resistencia y siempre he considerado que los artistas deben de tener una responsabilidad social porque son parte de un tejido social y su música lo refleja”, apunta el experto.
El 29 de octubre en @salavillanos Vse avecina una brisa con aroma cubano envuelta en el sonido jazz latino más actual de la mano de Iván “Melón” Lewis
Iván “Melón” Lewis vuelve a la carga con su nuevo trabajo Bembé @IvanMelonLewis
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Esa falta de compromisos, agrega, se debe a “una pereza intelectual” y al apabullamiento que produce el sistema económico capitalista que ha logrado transformar la música en un producto de consumo y a atrapar en sus redes a músicos que, en otro momento, habrían resistido.
“Si como artista consideras a la música como un producto de consumo, tienes que producir más para que la gente consuma más de tu producto. Hay muchas presiones sociales y la decisión ahora está en las disqueras, las radios, los medios de comunicación, los gobiernos, y como músico no eres nada más que un elemento de este sistema. Entonces, para no perder tu lugar, tienes que ir de acuerdo al sistema; si haces escuchar una voz discordante te puede generar problemas, mejor empiezas a tocar o a grabar música en base a lo que crees que es el gusto del público en el momento o empiezas a copiarte a tí mismo y es lo peor que puede hacer un artista”, dice.
Agrega que, por eso, en su nuevo libro prefirió centrarse en recopilar las propuestas de aquellos músicos que están sumando y buscando generar cambios en sus diferentes comunidades y en el mundo musical.
Tras las raíces del jazz latino
- Luc Delannoy es un filósofo y escritor belga que, además de estudiar las relaciones entre arte y salud mental, ha documentado la historia del jazz latino.
- Su obra Lester Young, Profession: President, publicada en París en 1987 y en Estados Unidos en 1993, obtuvo el premio de la American Society of Authors, Composers and Publishers por Excelencia en Periodismo Musical.
- En 2000 recibió el Moe Berger -Benny Carter Award in Jazz Research.
- Algunos de sus libros sobre música son In’n Out Jazz (2011); Carambola: Vidas en el Jazz Latino (2005), ¡Caliente!: Una historia del Jazz Latino (2001), Pres: the story of Lester Young (1993). L’Annuaire du Jazz I (1982), L’Annuaire du Jazz I (1983), Le Guide du Jazz Paris – Banlieue (1983).