Las expresiones artísticas están cada vez más cerca de volver a los escenarios. Después de tres meses de confinamiento, los artistas se dicen esperanzados de regresar a exponer su talento en vivo, junto a la gente que siempre los acompaña. Como Javier Camarena, tenor mexicano, quien se dice entusiasmado.
En septiembre, será cuando el intérprete pise un escenario después de que gran parte de ellos, en todo el mundo, fueran cerrados como medida de prevención contra el COVID-19. En la Ópera Estatal de Viena, Camarena interpretará a Tonio en La Hija del Regimiento, una de las obras con las que inició su gran carrera en la ópera.
Desde Suiza, el mexicano admite estar contento de volver próximamente a los escenarios y cantar de la misma manera que lo ha hecho en los últimos 15 años; sin embargo, reconoce que en esta ‘nueva normalidad’ le gustaría no estar tanto tiempo lejos de su familia y de su casa.
En los últimos años, la rutina de Camarena ha consistido en viajar de un país a otro, y de continente en continente, para llevarle al público arte. Y aunque es una vida que agradece y disfruta, eso le ha hecho estar sólo un par de meses al año en compañía de sus seres queridos.
“A estas alturas (del confinamiento) claro que tengo el deseo de estar en el escenario, de cantar para el público, de estar en esa atmósfera mágica que se vive en los teatros y de tomar una cerveza con mis compañeros al final de una función, pero tampoco tengo tanta prisa de volver al ritmo de mi carrera”, admite el intérprete.
Para él, un futuro ideal sería contar con una agenda que le permita seguir de gira para llevarle música a todas las personas, pero también con días y noches enteras dedicadas a su esposa e hijos.
Además, el tenor añora que en sus próximos años de carrera pueda encontrar papeles que lo sigan retando tanto como persona como profesional, pues sólo así seguirá creciendo la personalidad que muestra en los conciertos y obras musicales.
En entrevista con Reporte Índigo, Camarena añade que una de las cosas que más agradece en estos tiempos, además de estar junto a su familia, es contar con salud y equilibrio, dos cosas que muchas personas no han logrado concebir como habrían querido.
Los nuevos escenarios se abren para Javier Camarena
En los últimos tres meses, las plataformas digitales se han convertido en un canal para apreciar las artes, pues artistas como Javier Camarena las han utilizado para realizar conciertos y convivir con sus fanáticos.
Y aunque este formato ha sido nuevo para diferentes artistas, para Camarena no ha sido así, pues regularmente esa es su forma de ensayar y practicar sus obras, la cual le ayuda a transmitir sus emociones al público que lo sigue.
“Me da un montón de gusto ver que más colegas se han unido de manera solidaria para seguir llevando arte a las casas de todas las personas. Sin embargo, el que fuera este el único medio para compartir nuestro quehacer, eso sí no lo contemplábamos ninguno”, admite.
De acuerdo con el tenor, las expresiones artísticas le han ayudado a la gente en confinamiento a pasar un gran tiempo en casa, para reflexionar y acercarse más a su cultura. Pero a pesar de esto, se pregunta si la respuesta hubiera sido la misma si todas las actividades online se hubieran cobrado.
Javier comparte que aunque es admirable exponer el talento de los artistas de manera gratuita, también es importante recordar y reconocer que el esfuerzo de su trabajo vale, y no sólo el de los cantantes, si no el de los productores y demás creadores que hay detrás de cada presentación.
“La oferta ha sido muy amplia por parte de los teatros y de los colegas, pero también debemos recordar que es un mundo de gente el que vive de esto, del sector cultural y del artístico. Y sí, la oferta fue grandísima y gratuita, pero, ¿qué habrá sido si fuera pagada? ¿Habría sido lo mismo? ¿Habría tenido la misma afluencia? No lo sé, pero debemos entender que esto es algo que cuesta, porque es trabajo”, recalca Javier Camarena.
De la experiencia de transmitir a través de sus redes sociales, él se queda con la reacción de las personas, pues gran parte de ellas entendieron el valor de un trabajo, del espíritu con el que lo hacen él y sus colegas para alegrar y acompañar a los demás.
“Me quedo con esa gratitud de la gente, con el compromiso que hicieron de volver a los teatros cuando sea posible”, dice el mexicano.