Reimaginar Japón, fuera de la perspectiva occidental que tan trilladamente se ha visto en el cine, series u otros productos audiovisuales, fue el reto que se impuso el artista mexicano Alantl Molina hace tres años, por lo que invitó a personas nikkei, como se les denomina a los emigrantes de este país, para sumarse.
A contrarreloj, en agosto de 2019, el mes más caluroso para los nipones y cuando se celebran los festivales de verano en Tokio, Taeko Nomiya, de México; Marcio Takeda, de Brasil, y Luis Okamoto, de Perú, recorrieron las calles de esta megalópolis para capturar imágenes para luego exponerlas en la misma ciudad, pero en septiembre del mismo año.
Nippon América fue el nombre de esa exposición, que también ya recorrió Colombia, y que próximamente llegará de manera presencial a México; por ahora, ya se encuentra una versión virtual en Google, que además es interactiva. Molina argumenta que los tres fotógrafos nikkei dan un cariz distinto de lo que se conoce regularmente de Tokio.
Respecto a la alianza con Google, Molina dice que el proyecto estará en línea de manera permanente, con una curaduría selecta. Hay dos maneras de experimentar la exposición, una es a través de Google Maps, con la opción My Maps, donde se puede observar la locación donde se tomó exactamente cada fotografía, además permite a los usuarios agregar sus propias imágenes del lugar. La otra es con un enfoque mucho más inmersivo, ya que incluye los sonidos de la calle del día exacto en el que sucedió el paso de los fotógrafos por Tokio.
“Tenemos ese mapa interactivo que está en la página y además hicimos otro que está basado en la exposición; en ese otro mapa están las fotos y cuando entras hay un link que te permite ver el lugar en street view y debajo de eso pusimos un reproductor con audio del lugar, entonces, tú puedes recorrer el sitio y ver la diferencia entre la foto y el espacio real”, comenta.
Entre los tres artistas visuales lograron capturar más de 13 mil fotografías de Japón, muchas de ellas todavía permanecen inéditas, por lo que la exposición cuando llegue a México, al Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en Ciudad de México, será la muestra más ambiciosa, ya que tendrá más imágenes que sus antecesoras.
Las distintas perspectivas de Japón
Alantl Molina comparte que la belleza del experimento radicó en que la óptica de cada uno de los fotógrafos fue completamente distinta, además de la libertad con la que se desplazaron, sin tener ninguna indicación específica de lo que debían capturar.
“El brasileño es fotoperiodista y hace unas fotos supercoloridas, súper alegres, muy bonitas. El peruano hace una fotografía que sólo se basa en detalles arquitectónicos, son pequeños detallitos de edificios y siempre son polaroids, y la chica mexicana usa una técnica de doble exposición, en las que junta dos imágenes en una sola, encimarlas, digamos, y ella suele hacer esto para mostrar como es el mundo de la gente que vive en dos culturas”, expresa.
Mientras ellos disparaban con sus cámaras, Molina editaba y hacía la selección fotográfica en un departamento en la misma ciudad, por lo que no los acompañó en su travesía; cuando se hizo la conjugación con Google, él quedó sorprendido de encontrar los sitios donde se habían capturado las fotos.
“Conocía las fotos de ellos, pero no los lugares, y luego cuando empezamos a hacer el proyecto con Google fue una revelación para mí; por ejemplo, con el peruano, que sólo hace detalles de los edificios, cuando vi los lugares en street view fue de ‘¿Cómo viste esto?’ Si yo hubiera estado parado en la calle no hubiera visto eso que él vio”, se sincera.
La capital como protagonista
La cultura que existe en Japón es tan vasta, que Alantl Molina prefirió concentrar los esfuerzos de los fotógrafos únicamente en Tokio, ya que abarcar todas las diferencias hubiera sido imposible para ellos como equipo.
“Preferimos concentrarnos en una sola ciudad para poder darle ese filtro nacional de ellos. Hubiera sido difícil mandar a los tres a todos lados, y si uno va al sur en Okinawa y el otro a Osaka en el centro, ya no hay comparativa, en cambio como aquí los tres están sobre la misma ciudad, eso genera algo muy bonito, porque tú ves la ciudad y dices ‘son tres ciudades distintas’ lo que ellos presentan”, argumenta el curador.
Otro ejemplo de la multiculturalidad que Molina observó en las fotografías es que el Tokio que retrató el brasileño Marcio Takeda abarca a musulmanes asiáticos, algo que rara vez se logra ver fuera del país nipón; son rasgos como este los que presentan, en definitiva, otra capital que se desconoce.
“Él empezó a traerme fotos de un Japón que parecía Londres o Nueva York, porque en las fotos de Tokio nunca vemos esa multiculturalidad, es una ciudad de 34 millones de habitantes y hay gente de todo el mundo, de todo tipo, incluso, hay una variedad de morenos, porque en Tokio, son morenos no afro, sino asiáticos que vienen de India o de Bangladesh”, subraya.