Janis Joplin, 80 años de un alma libre; conoce su legado más allá de las drogas y el alcohol
Hace 80 años nació esta cantante de inmensa voz y que revolucionó la historia de la música moderna. Especialistas hablan de su espíritu libertario y su legado que sigue vigente, lo cual se puede ver en los millones de reproducciones que generan sus canciones en distintas plataformas digitales
Abida VenturaJunio de 1967. Una chica de cabello alborotado deja el escenario donde acaba de reinventar “Ball & Chain”, tema de la cantante de blues Willie Mae Thornton, camina dando brincos hacia el backstage.
La multitud del Festival Monterey Pop aplaude, chifla y expresa su admiración ante tal performance. Con esta actuación, que ahora atrae millones de vistas en videos colgados en YouTube, Janis acababa de poner un pie en el pedestal que la convertiría en una de las grandes cantantes de la historia moderna de la música, un icono cuya inigualable voz ha pasado de sonar en las frecuencias radiales a sumar miles de reproducciones en Youtube, Spotify, además de acompañar stories de Instagram y videos de Tik Tok.
Hace 80 años (19 de enero de 1943) nació en Port Arthur, Texas, Janis Lyn Joplin, la cantante de inmensa y doliente voz que revolucionó el blues y el rock, y que vivió la vida en libertad. Desde su muerte, a causa de una sobredosis de heroína el 4 de octubre de 1970 — dato que curiosamente genera más búsquedas en Google en todo el mundo—, la artista se ha ganado diversos títulos nobiliarios y adjetivos que van desde lo cósmico hasta lo místico e indómito, términos atractivos, pero que no terminan de describir la amplitud de su valor en la música y la cultura popular.
Janis va más allá de todas esas calificaciones y vericuetos de su vida a los que se le suele dar más importancia que a su talento musical, sostiene Rául de la Rosa, promotor cultural, productor de festivales de blues, jazz, rock y conductor del programa Por los senderos del blues, del Instituto Mexicano de la Radio (IMER).
“Parece que eso era lo más importante, las drogas, el alcohol, su vida sentimental, cómo murió, que entra al selecto club de los 27, y una serie de sandeces que poco o nada tienen que ver con lo que era ella, una extraordinaria artista y cantante que hizo, en cuatro años, lo que nadie: ser una de las mejores cantantes de la música popular de Norteamérica”, dice en entrevista con Reporte Índigo.
Hija mayor de una familia de cinco integrantes, Janis vivió hasta sus 19 años en Port Arthur, una ciudad conservadora de la que huyó en busca de libertad. Ese lugar fue San Francisco, que en esos años vivía el esplendor de la revolución social y cultural. Ahí se unió al grupo Big Brother and the Holding Company con el que se dió a conocer y grabó dos álbumes en 1967 y 1968.
Su voz rasposa pronto cautivó al público y a la crítica musical que, sin embargo, no supo comprender su espíritu libre y su afán de mostrarse al mundo sin censura. “Janis no temía cruzar fronteras, ya fueran musicales, culturales o sexuales. Abiertamente bisexual en una época en que serlo era ilegal, Janis no temía la cárcel ni los juicios de valor”, escribe Holly George-Warren en La biografía definitiva de la legendaria reina del rock (Libros Cúpula, 2020).
Sin embargo, el dedo inquisidor hacia su estilo de vida en California y el rechazo que había vivido en Texas desde niña provocaron cicatrices difíciles de curar. Entre toda esa bruma, la intérprete de “Piece Of My Heart” halló en la música un faro.
“A pesar de sentirse incomprendida, en el canto encontró una manera de ser ella misma, una isla donde sentirse muy bien. Cantaba y era una forma de hacer el amor con todos, pero luego se iba a su casa y se sentía muy sola”, dice a Reporte Índigo Tere Estrada, cantante y compositora mexicana, autora de Sirenas al ataque: Historia de las rockeras mexicanas (Océano, 2008).
Su compromiso con el blues
Rául de la Rosa considera que lo que ha hecho a Janis Joplin especial es su sinceridad absoluta y la manera en que se comprometió con el blues, un género que hasta entonces se le encasillaba con un origen racial.
“¿Qué tenía de especial? Podría decir que todo: su voz, su facha, su actitud y su compromiso de vida con lo que hacía. Sin embargo, analizando su proyección musical, podríamos pensar en que todo, menos su compromiso musical, era una fachada para defenderse de un entorno en el que se encontraba mayormente solitaria y triste, amarrada por sus miedos y sus tristezas que la llevaron a la muerte.
“Lo especial de Janis fue ella misma, su sinceridad emocional ante el blues, que la llevó a transformarlo, entregarlo a un público que no lo conocía de esa manera; los sucesivos acompañamientos que tuvo fueron mejores o peores comparados entre sí, pero la calidad vocal y la intensidad de sus interpretaciones siempre fueron superándose una y otra vez”, enfatiza.
George-Warren opina que su primer acto de transgresión fue precisamente el hecho de ser una chica blanca que desde muy joven descubrió el poder del blues, una afición que ni su familia entendía, pero que, al final, le permitió encontrar su lugar en el mundo.
“Janis nos enseñó a conocer el blues y arrastrarlo en sus raíces, porque si el blues puede hacer que alguien se comprometa como ella lo hizo, hay que averiguar el por qué y si uno investiga un poco, encuentra un auténtico manantial de sentimiento y de devoción musical”, añade De la Rosa.
Para él, es justo ese sentimiento que la cantante transmite en cada tema lo que la mantiene vigente en las nuevas generaciones.
Desde que se dio a conocer en aquel festival de 1967, la artista se convirtió en un referente para mujeres que se abrían camino en la música. En México, por ejemplo, fue para cantantes que despuntaron en los años 60 y 70, según Tere Estrada.
“Baby Batiz, Norma Valdez y Marisela Durazo, del grupo Tequila, tienen influencia de Janis en su manera de interpretar. Crecieron con ella. Era el soundtrack de su generación”, dice.
Una singular voz que ni el tiempo ha mermado, pues su influencia sigue vigente, incluso en el mundo del espectáculo. Basta revisar las búsquedas de Google, donde su nombre aparece vinculado con el de cantantes emergentes, como Courtney Hadwin, una joven inglesa que ha saltado a la fama por conocidos programas de competencia musicales.