It 2 y la coulrofobia, el temor a los payasos

Tras dos años del primer capítulo, el cineasta argentino Andy Muschietti regresa hoy con la segunda parte de It, basada en la novela homónima de Stephen King, que explora el temor a los payasos; Fabiola Martínez, psicóloga de la UNAM, explica el origen de este miedo
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Lo primero que vieron sus ojos fueron los zapatos bombachos y negros. Su anormalidad de tamaño provocó la ilusión de que se trataba de alguna botarga de vaquita o castor, como las muchas que había visto en el supermercado. Pero cuando Fabiola alzó la mirada quedó varada, quizá durante más de una década. La figura blanquecina, los ojos amarillentos, los labios rojos, los dientes casi chuecos que daban la impresión de estar afilados y el mameluco blanco la marcaron de por vida.

En ese entonces, ella tenía sólo seis años y su mamá la había enviado a dejar un canasto de huevos a una de sus vecinas. La noche no tenía lugar en la imaginación para los crímenes que ahora se cometen. Por eso, la hora no era ningún problema para que Fabiola llevara una canasta de plástico amarilla con huevos, a las 10 de la noche, durante Día de Muertos.

Pero ella solamente cubrió la tercera parte del recorrido, porque un payaso con sombrero diminuto y sin cabello habría de suscitarle una fobia que la acompañaría durante más de 10 años de su vida.

El payaso tenía el olor de la cerveza por colonia y al inclinarse tambaleante hacia Fabiola, ella dejó suponer que la risa del hombre no tenía nada de humana, sino que pertenecía a los cuentos de terror que sus compañeros le habían contado.

Más tarde, ella ni siquiera buscaba saber lo que sucedió después de aquella noche, porque aunque había perdido ese recuerdo, al final confiaba en la protección automática que su inconsciente había realizado.

Bastó con ver Eso (Tommy Lee Wallace, 1990) para que Fabiola se diera cuenta, en su infancia, que tenía un serio problema del cual no tenía la culpa. Mirar, cara a cara, a Pennywise (IT) la molestó por varias noches y durante muchos sueños. Y no sólo eso, una importante cantidad de veces temía bañarse, porque una escena sobresaliente de la película mostraba a Eso saliendo de una coladera mientras un chico se duchaba.

No hubo, afortunadamente, un miedo despotricado al cruzar su adolescencia. Y al llegar a la juventud, Fabiola decantó por la psicología para estudiar este y otros miedos que nacen de la mente.

Una fobia explotada

Fabiola Martínez, licenciada en Psicología por la Facultad del mismo nombre de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que el temor a los payasos es común, aunque es una fobia escasa y profunda para quienes la han padecido como ella.

“Generalmente, la coulrofobia tiene que ver con alguna experiencia traumática en la que las emociones pudieron repercutir en todo nuestro sistema y esto se da sobretodo en la niñez, cuando nuestra racionalidad aún no está bien desarrollada. Como otras fobias, esta le provoca a los afectados sensaciones de ansiedad y pánico, en casos más graves causa taquicardia y dificultad para respirar”, explica.

De hecho, Martínez asocia ese miedo a la imagen histriónica de los payasos, la cual en algunos niños lejos de divertirles les causa inseguridad y temor. Por lo que los medios de comunicación se aprovechan para sumarle una connotación negativa a dichos personajes.

La coulrofobia se vence con explicación y reflexión

“Cuando somos niños la mente tiende a exagerar nuestra percepción. Por eso, ciertos lugares, juguetes o películas que vimos durante nuestra infancia lucen diferentes en la vida adulta. Hay niños que no quieren sentarse en las piernas de Santa Claus o que le tienen miedo a las botargas, porque su imagen está distorsionada. Lo mismo sucede con los payasos y peor con los que aparecen en las películas de terror como Eso”, agrega.

Payasos como el muñeco de Poltergeist (1982), los Killer clowns (1988), el capitán Spaulding (2003), el asesino serial John Wayne Gacy “Pogo”, el hombre de All Hallows Eve (2013) y el protagonista de Clown (2014) forman parte de la cultura del terror de muchos niños que crecieron con estas imágenes.

“Los padres recurren a las terapias psicológicas cuando sus hijos presentan severos cuadros de ansiedad asociados a los payasos. Por lo que el tratamiento busca que progresivamente los niños disasocien la figura con algo negativo. A partir de la ambientación, la explicación y la reflexión, los pequeños logran familiarizarse y superar su fobia. Algo parecido con otras fobias comunes como la oscuridad, el encierro y las alturas”, concluye la experta de la UNAM, Fabiola Martínez.

El gran homenaje a Freddy Krueger en IT

El director de It 2, Andy Muschietti, discípulo de Guillermo del Toro, explica que en la película no buscó que el centro fuese el terror, sino plantear una historia en la que es posible involucrarse emocionalmente.

Para esta cinta, su homenaje al cine de terror es innegable, principalmente a Pesadilla en la calle del infierno, lo cual se confirma con la escena final al observarse en la marquesina del cine de Derry el estreno de la quinta parte de esta saga: A Nightmare on Elm Street 5: The Dream Child

La estética e historia de las películas de Freddy Krueger son tan similares que por momentos parece un remake del personaje de Wes Craven. De hecho, la forma cómo juega y asusta IT Pennywise a los niños es parecida a la de Krueger.

En el cierre de la cinta IT 2 los amantes del terror podrán apreciar guiños a películas como El Resplandor o La Cosa. Así como un saludo a Guillermo del Toro con la escena de Ben y Beverly besándose bajo el agua.

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