Un equipo de geólogos está estudiando un trozo de cristal de 830 millones años de antigüedad hallado en Australia y planean abrirlo, según un artículo publicado en la revista Geology.
Lo más sorprendente de este hallazgo es que los investigadores consideran que algunos organismos aún pueden seguir con vida.
Los investigadores señalan que localizaron diminutos restos de vida procariota y algal, atrapados en cristales de halita encontrados en el interior de la Formación Browne, una roca de 830 millones de años de antigüedad hallada en el desierto australiano.
Pese a los riesgos, los investigadores insisten en abrir la estructura y comprobar si hay organismos vivos, además aseguran que se llevará a cabo con la máxima precaución.
“Suena como una película B realmente mala, pero hay mucho trabajo detallado que se ha realizado durante años para tratar de descubrir cómo hacerlo de la manera más segura posible”, dijo la autora del estudio, Kathy Benison, geóloga de la Universidad de West Virginia.
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Según los investigadores, los microorganismos –encerrados en diminutas bolsas de líquido, más pequeñas que el ancho de un cabello humano– vivieron hace casi mil millones de años en lo que era un entorno marino o un lago poco profundo y salado.
Los investigadores utilizaron una selección de técnicas de imagen para estudiarlos. Este descubrimiento también demuestra que los microorganismos pueden permanecer bien conservados en halita durante cientos de millones de años.
Esto tiene implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre, según los investigadores, pues hay muestras biológicas similares en sedimentos químicos de Marte.