Amar es cosa de genes

S í no te consideras afortunado en el amor quizá sea porque no buscas en el “lugar” adecuado. El elegir una pareja no es una cuestión del corazón, tampoco aplica la ley de la Física, esa que reza que los “polos opuestos se atraen y los iguales se repelen”, de acuerdo con una investigación publicada en Nature Human Behavior, la elección de un compañero o compañera es de manera inconsciente y se hace basado en los rasgos genéticos similares entre ambas partes.

Fabiola Zurita Fabiola Zurita Publicado el
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S í no te consideras afortunado en el amor quizá sea porque no buscas en el “lugar” adecuado. El elegir una pareja no es una cuestión del corazón, tampoco aplica la ley de la Física, esa que reza que los “polos opuestos se atraen y los iguales se repelen”, de acuerdo con una investigación publicada en Nature Human Behavior, la elección de un compañero o compañera es de manera inconsciente y se hace basado en los rasgos genéticos similares entre ambas partes.

Según detalla ABC Ciencia, otros estudios ya han demostrado que las personas suelen elegir a alguien con similares características como el nivel de estudios, además de un peso y altura comparables. Algo que los expertos consideran capaz de afectar a la arquitectura del genoma de los humanos. Pero que permite aumentar las probabilidades de que ciertos rasgos físicos sean heredados por los hijos.

En Nature Human Behavior los científicos relatan que continuarán con la siguiente fase, ahora versada sobre coeficiente intelectual e incluso desórdenes psiquiátricos, pues otros autores sugieren que personas con autismo, déficit de atención o hiperactividad tienden a “encontrar” parejas con sus mismas características.

El estudio

Científicos de la Universidad de Queensland en Brisbane (Australia) analizaron la presencia de ciertos genes relacionados con rasgos físicos en una gran base de datos y rastrearon las secuencias genéticas relacionadas con rasgos como la altura o el índice de masa corporal de un total de 24 mil personas.

Por último, trataron de usar la información genética para predecir el aspecto de sus parejas. Y para su sorpresa, lograron acertar en muchas características, pues descubrieron que existe una fuerte correlación estadística entre los marcadores genéticos de cada persona dentro de cada pareja.

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