Interpretarán por primera vez vez un repertorio de ópera mexicana; algunas piezas no se han escuchado en 150 años
El programa Resonancias: 200 años de ópera mexicana reúne arias, ensambles y fragmentos orquestales que abarcan dos siglos de historia de la ópera en México, entre ellas algunas piezas que no se han escuchado en 150 años
Karina CoronaEntre las sombras del pasado, reposan notas y acordes que alguna vez resonaron y que, por un proceso complejo, como la propia creación artística, ahora están en el olvido, no por sus propias peculiaridades o falta de calidad. La historia es testigo de cómo incluso los genios musicales, como Bach, sufrieron del olvido hasta ser rescatados, como fue en su caso por Mendelssohn, cientos de años después.
De manera similar, la música mexicana también ha lidiado con los embates del tiempo, pero gracias a compañías como Ópera: Nuestra Herencia Olvidada se pueden traer de nuevo a los oídos del presente.
En colaboración con el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris presentan el programa Resonancias: 200 años de ópera mexicana, que reúne arias, ensambles y fragmentos orquestales que abarcan dos siglos de historia de la ópera en México, entre ellas algunas piezas que no se han escuchado en 150 años de autores como Luis Baca, Cenobio Paniagua y Melesio Morales hasta Carlos J. Mabarak y José F. Vásquez.
“A veces, por cuestiones sociales o, incluso, políticas, económicas o de mero interés musicológico, caen en el olvido o por el mismo paso de los años. Por ejemplo, hay partituras que ya no se tenía idea de dónde estaban y aún reencontradas hace falta un trabajo musicológico, primero para rescatarlas, documentarlas y después un trabajo interpretativo para regresarlas a la vida y hacer música precisamente con ellas.
“Es una responsabilidad enorme traer esta música de nueva cuenta a la vida, después de tanto tiempo, así como un gozo y un privilegio poder ser nosotros quienes interpretamos esta música para el público mexicano”, cuenta el barítono Carlos Reynoso a Reporte Índigo.
Ópera: Nuestra Herencia Olvidada tiene el objetivo de rescatar un repertorio que forma parte del patrimonio cultural de México, así como romper con los estereotipos de que la ópera es anticuada o aburrida.
Destaca que varias de las obras han sido investigadas y rescatadas por la propia compañía, como el aria “Eccomi alfine”, de la ópera Leonora, de Luis Baca, cuya versión orquestal original se escuchará en la velada musical.
Baca fue un compositor que falleció a los 29 años de edad; no obstante, dejó esta ópera y el único material que se conserva de esta pieza fue presentada en 1852. Desde entonces no se ha vuelto a interpretar, por lo que será la primera vez que el público podrá escuchar.
“A veces, no somos conscientes de cuánto ha permeado la ópera en nuestra música, de manera que este concepto es un esfuerzo para recordar nuestra memoria sonora y ampliar nuestros horizontes y concepto sobre el patrimonio cultural y musical”, explica el joven barítono.
Otras obras que destacan son “Intermezzo”, de la ópera Atzimba, de Ricardo Castro, y la “Marcha tlaxcalteca”, de la ópera Guatimotzin, de Aniceto Ortega, ambas obras para orquesta sola. De igual manera, el público se deleitará con la aria de la ópera El último sueño, de José F. Vásquez, estrenada en el Palacio de Bellas Artes en 1961 por Plácido Domingo.
“Es un programa que no suele hacerse, primero porque cuando se piensa en ópera no se piensa en ópera mexicana y cuando se piensa en música mexicana no se viene a la mente la ópera, de manera que ya el esfuerzo de hacer un programa exclusivamente de ópera mexicana es importante.
“Son piezas que van desde el siglo XIX hasta el siglo XXI, por ejemplo la aria de “Sancho Panza” de la ópera La Venta Encantada, de Miguel Planas, se presentará, por primera vez, con libreto de Gustavo Adolfo Bécquer, que curiosamente, este librero llegó primero a México que en España, es decir, cada una de estas obras está plagada de una historia bastante interesante”, abunda Reynoso.
Otro elemento que destaca en el concierto operístico es la presencia de artistas jóvenes, como son los integrantes de la Orquesta Sinfónica del Instituto de la Juventud (INJUVE), bajo la dirección de César Hernández, además de las jóvenes voces de destacados artistas: la soprano Ana Rosalía Ramos, la mezzosoprano Rosa Muñoz y el tenor Edgar Villalva.
El rescate de la ópera mexicana
Al ser, en su mayoría, talento joven, les involucra un compromiso por hacer este rescate operístico y de piezas hechas en su totalidad en México.
“La ópera mexicana, poco a poco, está empezando a adquirir una mayor relevancia a la que ha tenido históricamente desde hace mucho tiempo. El primer rescate de una ópera del siglo XIX de México se dio en los 90, es decir, hace unos 30 años, y desde entonces se ha generado cada vez mayor expectativa alrededor de este género.
“No obstante, todavía falta mucho camino por andar, no solamente para la ópera mexicana, sino para que la ópera, en general, para que tenga mayor relevancia y es precisamente el objetivo de este programa, demostrar que la ópera no es elitista, aburrida, anticuada o complicada”, expresa.
De acuerdo con el barítono, la ópera mexicana les pertenece a todas y todos, pues a través de ella se puede comprender nuestra propia cultura, ir más a fondo en la identidad cultural, pero también permite hermanarnos con otras culturas.
“A través de estas piezas se puede ver la evolución en el discurso cultural, desde el México independiente, hasta la fecha y es muy interesante porque si bien se ve con los ojos de esa época, también se tiene que ver con los ojos vigentes, nos ayuda a reinterpretar toda nuestra historia, desde el privilegio de tener acceso a estas piezas porque nos ayudan a ver con otro lente la historia de nuestro país”, concluye el barítono Carlos Reynoso.
Su camino con la ópera
El barítono Carlos Reynoso comenzó a cantar desde los 12 años en el coro de niños Schola Cantorum de México, de esta experiencia tuvo contacto con la ópera, desde entonces la hizo parte de su vida.
“Dije ¡wow, esto me gusta! A los 16 años decidí dedicarme a esto, con ciertas crisis ya sabes, juveniles, vocacionales que me llevaban hacia la filosofía de vez en cuando; continué mi camino en la música y después, a los 22 años, conocí la ópera mexicana con ópera “Catalina de Guisa”, de Cenobio Paniagua y se estrenó en el Gran Teatro Nacional”, comparte.