Internet, yo y mi otro yo
El estudio de cómo la tecnología está rediseñando la manera de interactuar y de formar relaciones con los demás y con nosotros mismos, es el fuerte de Sherry Turkle, Doctora en Sociología y Personalidad Psicológica de Harvard, fundadora y directora de MIT Initiative on Technology and Self.
María Alesandra PámanesEl estudio de cómo la tecnología está rediseñando la manera de interactuar y de formar relaciones con los demás y con nosotros mismos, es el fuerte de Sherry Turkle, Doctora en Sociología y Personalidad Psicológica de Harvard, fundadora y directora de MIT Initiative on Technology and Self.
En su libro más reciente, “Alone Together: Why We Expect More From Technology and Less From Each Other”, se explica el fenómeno actual digital y la tentadora seducción con la que nos tiene encadenados Internet.
Turkle asegura que estamos a tiempo de reformar la construcción de la tecnología digital y el uso que le damos, pues ésta se encuentra en ‘la infancia’, “solo porque crecimos con Internet, tendemos a verlo como un adulto, pero no lo es”, dice en su plática de TED.
Los medios de comunicación social en la actualidad nos han hecho entrar en una ilusión dentro de la cual consideramos que los mensajes y el sharing en línea son la comunicación auténtica, cuando ni se le acerca. Las personas prefieren, sobre todo los adolescentes, a echar de lado la comunicación por el simple hecho de estar ‘conectados’.
Con cada avance de la tecnología, la interacción humana se esfuma cada vez más. Incluso los niños de las nuevas generaciones suplen las pláticas ‘cara a cara’ o las llamadas telefónicas con los mensajes de texto.
“Los teléfonos en nuestros bolsillos están cambiando nuestra mente y garantizan tres fantasías: Ponemos atención cuando lo queramos, siempre seremos escuchados y nunca necesitaremos estar solos”. Siendo la última la clave para no querer dejar nuestros dispositivos móviles, afirma la socióloga.
Al dejar el celular, empieza la ansiedad y el pánico. Y después, entra la búsqueda por comunicarse tras un mensaje de texto.
No te pierdas esta plática que te inyectará una dosis de reflexión y te detendrá por un segundos para considerar tan siquiera suplir un post en Facebook, por una llamada por teléfono.