Internet hasta en la sopa

Los primeros recuerdos que muchos tienen sobre Internet involucran cosas que ahora están en el pasado: no poder hablar por teléfono, sonidos que ahora recuerdan al dubstep como parte del proceso para conectarse, así como velocidades bajísimas.

Y si la tendencia actual sigue, en unos años las computadoras de escritorio –e incluso las laptops– podrían formar parte de esta colección de recuerdos, o por lo menos ocupar una proporción mucho menor que los dispositivos desde los que accedemos a la Red.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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300%
Aumentará el tráfico de Internet gracias a la wearable tech
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Los primeros recuerdos que muchos tienen sobre Internet involucran cosas que ahora están en el pasado: no poder hablar por teléfono, sonidos que ahora recuerdan al dubstep como parte del proceso para conectarse, así como velocidades bajísimas.

Y si la tendencia actual sigue, en unos años las computadoras de escritorio –e incluso las laptops– podrían formar parte de esta colección de recuerdos, o por lo menos ocupar una proporción mucho menor que los dispositivos desde los que accedemos a la Red.

De acuerdo al Visual Networking Index de Cisco Systems, un reporte anual del estado de Internet con proyecciones a futuro, en el 2018 el tráfico de Internet habrá crecido en 300 por ciento.

Aunque el número no es tan sorpresivo, otras predicciones lo son un poco más. Según el reporte, para ese año la mitad del tráfico Web vendrá de dispositivos móviles, y solo el 50.5 por ciento se originará en computadoras de escritorio.

Como referencia, en el 2013 el 86.4 por ciento de las conexiones venían de desktops y laptops. O sea que la wearable technology, las tabletas y los teléfonos inteligentes ganarán mucho terreno. Más del 30 por ciento de este.

Las ventas de computadoras son un reflejo de esta tendencia. El año pasado hubo una disminución del 10 por ciento de las mismas, mientras que se calcula que este año habrá un incremento del 23 por ciento en las ventas de smartphones.

La predominancia de estos dispositivos crecerá tanto, que aunque el año pasado los smartphones y tablets fueron responsables del 5 y 3.1 por ciento del tráfico en la Red, respectivamente, Cisco calcula que para el 2018 alcanzarán el 21 y el 18 por ciento.

Esto no quiere decir que nadie quiera comprar computadoras, sino que su crecimiento será mucho más lento.

“Hay una transición en proceso. Con el incremento en el número de dispositivos con más características y habilidades, hay una tendencia hacia el uso de Internet en dispositivos portátiles distintos de las computadoras”, dijo Shruti Jain, analista de Cisco,  a The Huffington Post.

En todas partes

El ascenso de la wearable tech es una de las causas más importantes del incremento en la proporción de tráfico en la Red que provienen de fuentes que no son computadoras.

La firma IDC, predijo que las ganancias por ventas de estos productos llegarán a los 7 mil millones de dólares en el 2017, casi 3 mil millones de dólares más que en el 2012.

ABI Research calculó que en el 2014 se venderán 90 millones de dispositivos wearable, y aseguró que este año sería “un periodo crítico para la aceptación y adopción de dispositivos portátiles”.

Además, el reporte de Cisco sugiere que en el 2020 habrá 50 mil millones de aparatos conectados a Internet.

Con el auge de la wearable tech, queda atrás la era de los escritorios. Si antes había quejas porque era difícil separarse del trabajo porque un teléfono celular tiene acceso a correo electrónico y te vuelve disponible 24 horas al día, la inmersión en la tecnología –y el Internet– no da señales de detenerse.

Con el crecimiento en la tasa de uso de dispositivos móviles y la wearable tech, viene una consecuencia irremediable: mayor necesidad de redes inalámbricas.

Aunque para muchos un mundo con acceso universal parece un sueño hecho realidad y es sinónimo de comodidad, una realidad podría inclinar la balanza hacia el lado de las consecuencias negativas.

En otoño del año pasado, Agustín Bocos, un abogado ambientalista, comenzó un movimiento en España para eliminar la red Wi-Fi de las escuelas, con el argumento de que la exposición constante a ella podría dañar la salud de los niños, y el “Bioinitiative Report”, realizado en el 2012, le da la razón.

La investigación sugiere que no existen regulaciones suficientes para limitar los efectos de las tecnologías inalámbricas –como las torres de señal celular, laptops, routers y monitores para bebé– y los campos electromagnéticos, como las líneas de alta tensión.

Ya que los niveles permitidos por las regulaciones internacionales están por encima de los necesarios para incrementar el riesgo de cáncer. 

De hecho, se encontró que si un niño ya tiene leucemia, su posibilidad de sobrevivir es menor si su lugar de recuperación lo expone a campos magnéticos.

Lo mismo sucede con las mujeres que tienen cáncer de mama.

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