Inauguran clínica para curar la cruda
Para la mayoría de las personas, la solución a una resaca tras una noche de fiesta se cura con descanso, comida y muchos líquidos; sin embargo, ahora existen clínicas especiales para aquellos que buscan un remedio más efectivo.
Y es que la ciudad de Sydney, en Australia, ahora cuenta con el primer sanatorio para “curar” la cruda en el país, reportó 3 News.
De acuerdo con el nosocomio, que lleva como nombre Hangover Clinic (Clínica de la resaca), ellos pueden aliviar este problema en tan solo media hora.
Indigo StaffPara la mayoría de las personas, la solución a una resaca tras una noche de fiesta se cura con descanso, comida y muchos líquidos; sin embargo, ahora existen clínicas especiales para aquellos que buscan un remedio más efectivo.
Y es que la ciudad de Sydney, en Australia, ahora cuenta con el primer sanatorio para “curar” la cruda en el país, reportó 3 News.
De acuerdo con el nosocomio, que lleva como nombre Hangover Clinic (Clínica de la resaca), ellos pueden aliviar este problema en tan solo media hora.
“Hemos recibido a mucha gente que dice ‘ya no puedo tomar como lo hacía antes. Ya no me puedo recuperar como antes’”, dijo Max Petro, empleado de Hangover Clinic.
Por eso, los médicos revisan a cada paciente antes del tratamiento.
“Como todos sabemos, las crudas pueden ser terribles y algunas personas no pueden siquiera salir de la cama”, dijo Rod Lang, otro empleado del novedoso hospital.
Sale caro
Pero la cura no es barata. Los precios empiezan desde los 140 dólares australianos (unos mil 750 pesos). Por ese precio, el paciente recibe hidratación intravenosa y un “coctel de vitaminas”.
Y para aquellos que presentan casos verdaderamente terribles, con 200 dólares adquieren un tratamiento de una hora, que incluye dos litros de hidratación intravenosa, terapia de oxígeno y las vitaminas. También hay una sala VIP para “recuperación grupal”.
Sin embargo, indica 3 News, no todo mundo aplaude la nueva idea. Algunos temen que pueda fomentar el consumo excesivo de alcohol
“No vendemos alcohol”, dijo Petro. “No hay nadie emborrachándose en nuestra clínica. Solo estamos ahí para asegurarnos de que la gente pueda seguir con su día”.