El potencial de la tecnología de la impresión en 3D como herramienta de uso terapéutico está revolucionando la medicina.
El último logro en este campo emergente está en manos de médicos del Tercer Hospital de la Universidad de Pekín, en China, quienes realizaron el primer trasplante de una vértebra creada con una impresora 3D, en un niño de 12 años con cáncer en la médula espinal.
La pieza impresa en 3D está hecha de polvo de titanio, un material presente en los implantes ortopédicos convencionales.
Sin embargo, a diferencia de los equipos ortopédicos, que por lo general requieren de cemento óseo y tornillos para fijar el dispositivo al hueso, el sustituto de hueso no necesita de estos componentes adicionales para quedar bien anclado en su lugar, lo que, además de ser conveniente, hace que la recuperación sea más rápida.
Y es que dado que está diseñado a partir de un modelo digital, el implante que se produce en 3D puede simular cualquier forma. En este caso, la vértebra original del niño, reemplazando la misma de forma impecable.
Según reportó Forbes, el implante impreso en 3D tiene pequeños poros que permiten que el hueso natural pueda crecer dentro del mismo. Así, la pieza se puede fijar a la columna vertebral de manera estable, prescindiendo de materiales como cemento y tornillos y, eventualmente, de la posibilidad de necesitar ajustes adicionales.
“Aunque la probabilidad es muy baja, es posible que tras estar bajo presión por un largo periodo de tiempo desde el interior del cuerpo, los implantes tradicionales podrían conectarse a los huesos gradualmente, o desprenderse de los mismos. Pero no habrá este tipo de problemas con los implantes impresos en 3D, dijo Liu Zhongjun, director del Departamento de Ortopedia de la Universidad de Pekín.
La Televisión Central de China (CCTV, por sus siglas en inglés) informó que los resultados completos de esta cirugía con duración de 12 horas no estarán disponibles por un tiempo.
Y para recuperarse sin incidentes, el paciente tendrá que hacer uso de equipo que permita mantener su cuello y cabeza inmóvil por los próximos tres meses.
Además, pasará algún tiempo adicional antes de conocer cómo se adaptó realmente el implante en el cuerpo del pequeño.