Hacen un llamado a preservar el acervo del Taller de Gráfica Popular

El periodista Humberto Musacchio, quien ha documentado la historia de este colectivo artístico en un libro, dice que el archivo que alberga la sede actual en la colonia Doctores debe ser rescatado por alguna institución 
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La riqueza del grabado mexicano actual tiene sus raíces en el Taller de Gráfica Popular, colectivo nacido en 1937 para apoyar las causas populares mediante la producción de carteles, volantes y folletos. Un movimiento artístico que, junto a la pintura mural, se le considera fundamento del arte mexicano contemporáneo.

Sus remanentes no solo están en las influencias de algunos grabadores actuales, sino también en el edificio que ocupa el Taller, ahora convertido en asociación civil, en la colonia Doctores, donde se encuentra su archivo. Se trata de un rico acervo que debería ser rescatado y cuidado,  en opinión del periodista cultural Humberto Musacchio:

“El acervo se debe conservar, sobre todo las placas originales, que es una fortuna en términos económicos. El Taller no tiene la capacidad para cuidar y preservar eso, deben entregárselo a alguna institución. Yo intenté que lo recibiera Bellas Artes, pero me dijeron que ya tenían muchas cosas y ya no querían más. Con esos criterios no llegamos a ningún lado”, comentó en entrevista con Reporte Índigo el autor de El Taller de Gráfica Popular, que recoge la historia de este colectivo artístico.

Publicado originalmente en 2007, el volumen que reproduce obras de destacados artistas que fueron miembros de esta organización vuelve a ser reeditado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

El periodista manifestó su preocupación por el destino de ese valioso archivo debido a la falta de compromisos de las autoridades,  pero también de quienes están al frente de la organización: “Yo les estuve insistiendo a los grabadores que ese archivo se entregara en comodato o bajo cualquier régimen a algún  museo, pero no quisieron”.

Ese acervo, agregó, contiene principalmente placas originales, así como placas de maderas y metales que fueron materiales económicos con los que el taller trabajó.

Entre los artistas que pasaron por el Taller de Gráfica Popular también están destacadas figuras internacionales, como Hannes Meyer, director de la Bauhaus

Persecución de la gráfica popular y su vigencia

Fundado en abril de 1937, el Taller de Gráfica Popular tuvo al frente en sus primeros años a Leopoldo Méndez, quien reunió a una destacada lista de artistas, como Pablo O’Higgins, Luis Arenal, Raúl Anguiano, José Chávez Morado, Alfredo Zalce, Mariana Yampolsky, Arturo Garcia Bustos, Adolfo Mexiac, Fanny Rabel, entre muchos otros.

El origen de ese proyecto estuvo ligado a hacer propaganda  para apoyar las luchas populares, recuerda Musacchio: “Los grabadores salían en las noches a pegar sus carteles en las paredes de la ciudad. Hay anécdotas que dicen que algunos de estos carteles eran arrancados y que las familias los mandaban enmarcar para colgarlos en su casa. Esto  expresa que su trabajo estaba al servicio de las causas populares, pero el pueblo también recogía el esfuerzo del Taller”.

Esa expresión artística en las calles sobrevivió hasta finales de 1952, cuando Ernesto P. Uruchurtu, el llamado Regente de Hierro, decidió aplicar una ley en la capital que prohibía pegar propaganda en los muros.  Para entonces, la influencia de la agrupación en el medio artístico  ya era fundamental.

Y aunque ha pasado por distintas etapas, su vigencia sigue presente, destaca el periodista: “Muchos de sus grabados siguen presentes en periódicos, revistas, libros. Por ejemplo, en el 68 ya el Taller no estaba en su mejor momento, sin embargo, se adoptó como símbolo del movimiento el grabado de Mexiac, el del hombre amordazado con una cadena y un candado. El grabado era de 1954, pero en el 68 los estudiantes lo hicimos nuestro. El Taller tiene esa característica, cuando se le necesita ahí está su trabajo”.

El largo periplo

Después de peregrinar por diversas sedes, el Taller de Gráfica Popular se asentó  en la calle de Dr. Manuel Villada 46, en la colonia Doctores, en un edificio cedido por el Gobierno de la Ciudad de México, a finales de 1990.

“El edificio que ocupan actualmente se los dio el gobierno de la ciudad en tiempos de Cuauhtémoc Cárdenas y se los entregó Rosario Robles, entonces jefa de gobierno sustituta. Es un edificio del gobierno de la ciudad”, recordó Musacchio.

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