El Kínder Sorpresa, conocido coloquialmente como huevo Kínder, es un chocolate que ha enamorado a grandes y pequeños, ya que su delicioso sabor y el enigmático juguete que tiene dentro hacen de este una combinación perfecta.
El producto nació de las ideas de Michele Ferrero, quien quería hacer un huevo que en su interior tuviera una sorpresa y de esta manera llevar la diversión de la pascua en cualquier época del año para que las familias pasaran un gran momento juntas, fue así que nació Kínder Sorpresa en 1974, de acuerdo con su sitio web.
Además, se decidió que el color de la cápsula que tiene la sorpresa, y que contiene al juguete, fuera amarillo para emular la yema de un huevo real. Pero el contenido de este no sólo es por diversión, el huevo Kínder busca estimular las capacidades manuales de los niños, así como su inteligencia, aprendizaje y fantasía a través del juego.
¿De qué está hecho el huevo Kínder?
El Kínder sorpresa, que pertenece a la familia Ferrero, está elaborado en su exterior con chocolate con leche, azúcar, manteca de cacao, leche entera en polvo, leche descremada en polvo, pasta de cacao; emulsionante: lecitina; y saborizante: vainillina.
Mientras que la capa de color blanco que se encuentra en su interior está hecha de leche descremada en polvo, azúcar, grasas vegetales, grasa de la leche anhidra, lecitina y vainillina.
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A pesar de que los ingredientes son seleccionados de manera cuidadosa y no tiene colorantes ni conservadores, de acuerdo con su sitio web; el Poder el Consumidor, indica, en su radiografía de los huevos Kínder, que la mitad de este producto es azúcar y el consumo de uno sólo equivale a el 83 por ciento del consumo de grasas al día recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Además indican que la información del etiquetado es engañosa, por lo que recomiendan no consumirlo de forma habitual y optar por chocolates típicos en cantidades moderadas, ya sea en barra, preparado con agua o leche descremada.
Prepara tu propio huevo Kínder
Es posible realizar el huevo kínder en casa con ingredientes sencillos, ya que sólo necesitas leche, chocolate para derretir oscuro y blanco, moldes en forma de huevo, pincel y mantequilla.
El primer paso es derretir el chocolate, a baño maría o en el microondas en intervalos de 30 segundos. Este se debe mezclar hasta que quede líquido y se le puede agregar un poco de leche para conseguir una mejor textura.
Posteriormente se deben engrasar los moldes y colocar, con el pincel, una delgada capa del chocolate derretido, para luego dejar enfriar; cuando se vea un acabado opaco, se puede colocar la siguiente capa. Este paso se realizará hasta que obtengas el grosor deseado.
Cuando esté listo, se deberá realizar el mismo procedimiento con el chocolate blanco y dejar enfriar. Finalmente se deberán desmoldar las mitades del huevo y derretir las orillas para poder unirlos.