Esfuerzos en vano

Pese a iniciativas, campañas, denuncias, reportajes y artículos como el presente, Hollywood sigue teniendo cierto favoritismo hacia ciertos perfiles.

Y es que tras analizar 900 filmes (estrenados entre 2007 y 2016), la Iniciativa de Cambio de Medios, Diversidad y Social (MDSC) de la Universidad del Sur de California reveló que los hombres de características como buen físico, de raza blanca y heterosexuales siguen siendo quienes rigen la pantalla grande.

De acuerdo a los resultados de este análisis, las mujeres tuvieron personajes con habla en apenas 31.4 por ciento de las 100 películas más reconocidas, solamente el 13.6 por ciento correspondió a roles de raza negra, el 5.7 por ciento a asiáticos y el 3.1 por ciento a hispanos.

La exclusión también va para los personajes con alguna discapacidad, ya que solo el 2.7 por ciento de los mismos presentaba una condición de este tipo.

Por otro lado, el 1.1 por ciento era homosexual o bisexual. Mientras que algunos personajes sin diálogo fueron identificados como transgénero.

De hecho, en 2016 solamente una cinta tuvo a un personaje gay como protagonista: “Moonlight”, la cual se llevó el Oscar a Mejor a Mejor Película en febrero de este año.

Lo mismo detrás de cámaras

Tras las cámaras la situación es la misma. La participación de la mujer y los grupos étnicos minoritarios fue considerablemente muy baja.

Y es que tan solo el 4.2 por ciento de los directores del 2016 –de acuerdo al análisis de la MDSC– fue mujer y ninguna era de raza negra.

De los mil 438 creadores de contenido (ya sean directores, productores y/o guionistas), solo el 17.8 por ciento correspondió a una mujer.

Stacy L. Smith, quien fue la autora de esta investigación, señaló que esta discriminación en Hollywood se debe –en gran medida– a problemas sustentados y sistémicos, “es imposible mirar estos datos sin llegar a la conclusión de que gran parte de la lucha que rodea la representación en pantalla en los últimos años no ha tenido éxito”.

Smith agregó que “estos resultados revelan que el ‘borrar’ a los diferentes grupos étnicos todavía es aceptable para algunos – necesitamos dejar de mirar más allá de una película para ver una Norteamérica que ya no existe. Las películas pintan un desolador retrato de la exclusión”.