Hola mi fan, pagar el precio de un saludo
Con la plataforma Hola mi fan, las personas pueden recibir un mensaje personalizado de sus actores o cantantes favoritos, al cual acceden si pagan una cantidad de dinero. Esta interacción entre celebridades-fanáticos, opinan expertos, habla de una esclavitud de la identidad personal
Fernanda Muñoz¿Te imaginas que tu celebridad favorita te envíe un mensaje o un video exclusivamente para ti? Pues ya es posible con Hola mi Fan, sólo hace falta que le proporciones tus datos, para quién va la mención y, eso sí, depositar el dinero que él o ella indique.
Esta comunicación se puede dar a través de Hola mi fan, una plataforma que fue lanzada en junio pasado con el objetivo de que diferentes artistas mexicanos, desde actores de doblaje hasta conductores y deportistas, se acerquen más a sus seguidores a través de un video, siempre y cuando se reciba un pago para eso.
“Quiero darles la bienvenida a mi página personal en esta plataforma que se llama Hola mi fan. A través de ella podrán tener comunicación directa y personalizada con un servidor ¿Para qué? Para enviarles un mensaje, un saludo, contar un chiste, una felicitación ¡Qué sé yo! Lo que ustedes quieran. La comunicación está establecida y ahora depende de ustedes que la aprovechen. Como dice alguien que quiero mucho: ‘síganme los buenos’”, anuncia el actor Edgar Vivar en holamifan.com.
De ese modo, mientras que quien le dio vida al Señor Barriga pide mil 110 pesos por mensaje personalizado, otras celebridades como Luis Felipe Tovar o Moisés Suárez solicitan 500; los pagos más chicos van desde 150.
“Opino que con esto la gente intenta ganarse la vida. Aquí más bien habría que preguntarle a la gente que le da valor y le parece importante que alguien diga su nombre en algún saludo de voz virtual”, comparte el dramaturgo Saúl Enríquez.
Para la doctora Claudia Ivette Pedraza Bucio, investigadora de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle, esta interacción entre celebridades-fanáticos habla de una esclavitud de la identidad personal a los dispositivos y a las redes sociodigitales.
De acuerdo con ella, la gente que solicita los videos o mensajes, y que busca pagar por ellos, independientemente del costo, lo hace con el propósito de gustar más en las plataformas, de ganar likes y comentarios.
Miguel Ángel Quemain Saenz, académico de la UNAM, asegura en ese sentido que quienes pagan por un saludo lo hacen con el mismo significado que quienes se emocionan con la adquisición de algún objeto personal de un ídolo de la televisión que destaca principalmente en los deportes, la música o las telenovelas.
“Si el objeto es de uso íntimo son capaces de pagar mucho más, incluso a personas desconocidas, pero que tienen popularidad en alguna red social o en alguna subcultura comercial”, dice el académico.
Un saludo que no se pagaba antes de Hola mi fan
Antes de que se diera a conocer esta plataforma, los saludos de un artista, aunque eran más difíciles de conseguir, pues se necesitaba que la gente se encontrara con su celebridad favorita, no tenían un costo por sí mismo, a menos que fuera en un concierto o evento específico.
En entrevista con Reporte Índigo, el dramaturgo Saúl Enríquez considera que proyectos como Hola mi fan, si llegan a alcanzar el éxito, éste se deshará rápidamente porque aparecerán personas que no monetizarán su cercanía con los seguidores. “Dirán, ‘yo lo hago por mis fans y yo no cobro’”.
De acuerdo con la también catedrática, el riesgo que podrían tener los artistas al presentarse en este tipo de propuestas es que, al hacerlo, lo que le dicen a la comunidad es que no tiene el suficiente trabajo para que eso sea lo que los mantenga.
Por otra parte, en Hola mi fan, además de transferirle dinero a la plataforma y éste sea entregado a los artistas, existe otra propuesta en la que la gente hace el mismo procedimiento, pero el monto económico va dirigido a diferentes causas, como a campañas sociales que buscan ayudar a pacientes y familias afectadas por COVID-19.
Al respecto, el maestro Markel Lehman Elizondo, especialista y docente de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, asegura que al prestar o vender su imagen con un propósito benéfico, de cierto modo es positivo para los artistas, ya que ahí lo que se hace es el uso de marketing social a través de la celebridad.
“Recordemos que para nosotros como consumidores y como usuarios es muy importante el marketing social que hagan las empresas, y en este caso no perdamos de vista que todas las celebridades son una marca; entonces, genera una especie de vínculo mucho más fuerte saber que el artista favorito al mismo tiempo está apoyando una causa social, genera identidad”, remarca.
De ese modo, la maestra Pedraza Bucio comparte que, si bien apoyar a las asociaciones es algo positivo, es importante que se verifique que esas ayudas lleguen a donde se indicó, pues así se generará una mayor confianza.