Hasta el fin de los tiempos, comedia romántica con Bruno Bichir, se estrena en cines mexicanos

Alejandro Molina, director de la cinta, cometa que la clave para hacer cine independiente en México está en hacer producciones de bajo presupuesto, como lo hizo con esta última película
Abida Ventura Abida Ventura Publicado el
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Con una amplia experiencia produciendo largometrajes mexicanos, entre los que destacan Los ladrones viejos (2007) de Everardo González, Alejandro Molina considera que la clave para hacer cine independiente en el país sin depender tanto de los apoyos del Estado está en hacer producciones de bajo presupuesto y colaborativas.

“A mí lo que me gusta es cada vez hacer más chico todo, que sea posible hacer el cine, pensar en la producción para que, si no se consiguen los apoyos estatales, que el proyecto no se quede en el buró. Es un poco así como construyo mis películas”, dice en entrevista con Reporte Índigo.

Esa fórmula hizo posible la realización de su más reciente filme como director, Hasta el fin de los tiempos, una comedia romántica con tintes distópicos protagonizada por Karla Coronado y Bruno Bichir, quienes dan vida a una pareja que se encuentra mientras se reconstruyen a sí mismos. La historia tiene como escenario la Ciudad de México y de fondo la amenaza de una guerra nuclear.

“He producido 14 películas, sé cómo es la producción y el crew de esta película fue muy barata, eran 12, 14 gentes. Los actores le entraron con puntos porque les gustaba el proyecto, son muchas cosas que tienes que unir, las locaciones las consigues gratis, un amigo que es cocinero me hacía la comida. Fue un proceso bien bonito y ya es mi segunda película independiente sin subsidio del Estado”, destaca el director.

Después de participar en festivales como el Dallas International Film Festival, el Chicago Latino Film Festival y de haber ganado el premio a Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine de Trieste en 2022, Hasta el fin de los tiempos se exhibe en algunas salas de cine mexicanas, como en Cinemex, donde se podrá ver a partir del próximo 29 de febrero.

Más adelante, la película llegará a plataformas streaming y a televisoras internacionales de cine independiente que se han interesado en exhibirla, según  el director.

“Ya firmé contrato con una empresa que compra y vende luego a plataformas. Sundance TV también ya hizo una oferta. Mi primera película está en Prime Video, entonces,  iré encontrando lugares donde exhibirla” cuenta.

Una historia escrita desde el dolor físico

La cinta tiene como protagonista a Patricio, un hombre recién divorciado, decaído y con muchos problemas económicos, que encuentra refugio en una residencia para artistas. Ahí conoce a Natalia, una joven melancólica, decepcionada de las relaciones amorosas y aferrada a ver crecer las plantas de su huerto.

Alejandro Molina relata que esta historia nació durante un momento personal bastante difícil, por lo que fue el anhelo de salir adelante lo que lo llevó a escribir esta historia.

“Me gusta hablar de mí a través de otros personajes y, en este caso, fue a partir de una operación de espalda que estuvo bastante ruda. Me eché como tres meses en cama, bastante medicado y básicamente ahí mi idea era el anhelo de ver para adelante, de poder caminar. A la par, algunos amigos ya divorciados me han platicado sus historias y todo me llevó a esto, a la posibilidad de explorar a un hombre que rehace su vida”.

Con escenas a color que pronto pasan al blanco y negro para subrayar los giros dramaticos, la cinta ofrece otras lecturas a la par de que se desarrolla la relación entre estos dos personajes solitarios. Una de ellas es la posibilidad de un mundo postapocalíptico, introducido a partir de una videoinstalación que Patricio encuentra en la residencia artística.

De fondo, en la radio los noticieros no dejan de hablar de una posible guerra nuclear que podría suceder en cualquier momento.

“Es una historia de amor, un drama de dos personas que se encuentran y que creen que ya todo va a salir bien, pero la historia da unas vueltas de tuerca, aunque no es una película con muchos picos dramáticos. Es bastante lineal, pero deja pensar”, comenta el director.

Alejandro Molina dice que tenía claro desde el inicio que sería una película de diálogos, por lo que la clave estaba en elegir bien a los actores.

La dificultad de hacer una carrera cinematográfica en México

El productor y director, quien no oculta su amor por el cine independiente, está consciente de lo difícil que es hacer una carrera cinematográfica en México, incluso ahora que los apoyos se han diversificado y los números de películas producidas al año  se han incrementado como nunca:

“Los fondos estatales hacen que haya mucha competencia y los cineastas dejan de filmar cuatro, cinco o seis años. Es muy difícil hacer una carrera cinematográfica en este país. Se hacen muchas películas, el año pasado se hicieron como 240 o más y nos falta exhibición, espacios abiertos o vitrinas que nos dejen exhibir”
Alejandro MolinaDirector de cine

Para el director de De día y de noche (2011), una de las grandes limitaciones para la exhibición del cine mexicano es la falta de públicos, a quienes hay que enseñar la diversidad de la industria nacional para contrarrestar las etiquetas que se le han puesto.

“Mucha gente con la que he platicado cree que el cine mexicano tiene que ver con la pobreza, la miseria, el narcotráfico o con las comedias plenamente comerciales”, dice el director, quien agrega que su interés está en explorar otros temas, como el autodescubrimiento.

“A mí el cine que me gusta es, por ejemplo, el del francés Éric Rohmer; Hong Sang-soo. Las cosas que he visto de chavo, como Ingman Berman, entonces, para escribir tengo que encontrarme a mí también dentro de este universo”.

El director

  • Alejandro Molina (1972) realizó sus estudios de publicidad en la Universidad Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación (CECC).
  • Se ha formado  en Producción Audiovisual en el Centro de Educación Artística (CEA) y en Guionismo en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
  • Empezó produciendo cintas como Japón (2002) de Carlos Reygadas, Espérame en otro mundo (2007), de Juan Pablo Villaseñor, y el documental Los ladrones viejos (2007) de Evardo González.
  • En 2011 realizó su ópera prima De día y de noche, que fue nominada al Ariel a Mejores Efectos Visuales y ganadora del Premio al Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Montevideo.
  • Otra de sus películas ha sido Los presentes (2016), que se exhibió en la Selección Oficial del Dallas International Film Fest.
  • Es fundador y director de Arte7, casa productora y casa de cine en la Ciudad de México, Querétaro y Yucatán
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