En el mundo, la enfermedad que más ha impactado a la sociedad en los últimos meses ha sido la COVID-19, dejando a su paso a más de un millón 204 mil muertes de acuerdo con la OMS, entre las que destacan personas que habían sido diagnosticadas con diabetes.
En México, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó a mediados de año que del total de fallecidos por SARS-CoV-2 en el país, 67 por ciento tenía padecimientos crónicos como diabetes, obesidad o una enfermedad cardiovascular.
“En cuanto a las causas que han propiciado la mortalidad, el impacto por COVID-19, es muy claro que tenemos una contribución de las enfermedades crónicas”, señaló.
Al finalizar el Foro Nacional de Atención a la Diabetes Tipo 2, los involucrados le harán llegar sus conclusiones a la Secretaría de Salud, dependencia de la que esperan obtener una comunicación
Por ello, y debido al papel que ha protagonizado la diabetes incluso antes del descubrimiento del nuevo virus, un grupo de médicos especializados se reunirá, junto a académicos y sociedad civil, en el Foro Nacional de Atención a la Diabetes Tipo 2 del 5 al 21 noviembre.
De manera virtual, los involucrados en este proyecto intentarán construir nuevos caminos de atención a las personas con diabetes tipo 2, a través de cuestionar el actual modelo desde un análisis científico, empírico y sociocultural con el fin de generar propuestas de bienestar en diferentes niveles: desde personal hasta el nacional.
Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria (COA Nutrición), una de las empresas participantes, confiesa que aunque el objetivo del Foro representa un desafío, pues no saben qué intereses podrían estar pisando, se mantienen firmes para alcanzarlo.
“También estamos hartos de contar muertos, es decir, nos encontramos en una situación complicada, pero le queremos dar la vuelta. Claro, estamos indignados, pero ya no le queremos echar más leña al fuego, la verdad queremos ver si podemos tener buenas noticias para este país, y me parece que esta es una de las mejores formas que hemos encontrado para hacerlo”, resalta.
En entrevista, la especialista en nutrición declara que este encuentro ha significado especialmente para ella el desafío intelectual más importante, sobre todo porque en los últimos años se ha sentido muy frustrada al escuchar continuamente que las noticias sobre nutrición en su país son desastrosas.
Sin embargo, sabe que hasta el momento un aproximado de 160 personas han estado trabajando para que el Foro sea “el ejercicio de ciudadanos más floreciente a favor de la vida”.
Hipótesis anticipadas sobre la diabetes
De acuerdo con Julieta Ponce, aunque será durante el Foro que ella junto a sus colegas abordarán los principales problemas del por qué en el país se sigue sin contener la diabetes, ya cuentan con algunas hipótesis.
Por ejemplo, asegura que siempre se llega tarde al diagnóstico porque se han invisibilizado los signos de la enfermedad, es decir, hay carencia de datos de alerta temprana.
Además, según Ponce, hay otro problema con respecto a la detección de la enfermedad, y es cuando se lleva a cabo la atención a la salud por parte de los médicos.
La nutricionista explica que en el primer nivel de atención, donde se tiene el objetivo de que los padecimientos no progresen, tienen imposibilitado indicar medicamentos que solamente hay en el segundo nivel de detección a la salud.
“Entonces, el primer nivel de atención es una coladera, se filtra, digamos, y progresa el padecimiento y eso se traduce a una complicación de la enfermedad; esto se hace ya inoperante para el sistema, y no solo por el gasto de salud, sino por el deterioro de la calidad de la vida de las personas”, señala Julieta.
Asimismo, resalta que las familias no tienen la cultura del autocuidado, pues lo ideal sería que todos contaran con un glucómetro en casa, un baumanómetro, un oxímetro y una báscula, pero no es así.
Para la especialista, la discusión se ha quedado en la comida chatarra, y aunque está bien que se haya traducido en una política de etiquetado de advertencia, todo lo demás queda pendiente.
“Las campañas de publicidad también brillan por su ausencia, y las que han habido recargan toda la responsabilidad en las personas que viven con diabetes (…) Es la persona la responsable del desarrollo de la diabetes, pero el sistema tampoco ofrece una respuesta; entonces, ni de un lado ni de otro, es ahí donde nosotros vemos que ya no hay margen de maniobra. O transformamos los conceptos de la diabetes como un problema colectivo público, o no vamos a encontrar estas posibles soluciones en el corto plazo”, comparte Julieta.
Al final del Foro, los involucrados intentarán llegar a diferentes conclusiones, las cuales enviarán a la Secretaría de Salud federal, dependencia de la que esperan no solo un sello de recibido, sino una respuesta, una ventana de comunicación para intentar ayudar las y los mexicanos.