Guía Headspace y su serie a examinar
A través de Guía Headspace para la meditación, el exmonje budista Andy Puddicombe comparte diferentes técnicas para que el público aprenda a manejar sus emociones; sin embargo, especialistas remarcan la importancia de que este tipo de proyectos sean trabajados junto a una terapia psicológica, pues solo así se podría sacar su mayor potencial
Fernanda MuñozA diferencia de 2020, en este nuevo año uno de los deseos más anhelados ha sido la salud, pero no sólo física, sino mental, la cual puede ayudar a la gente a superar los desafíos que trae consigo la pandemia. A inicios de este 2021, Netflix lanzó Guía Headspace para la meditación, una serie de ocho capítulos en los que Andy Puddicombe, un exmonje budista, guía a los televidentes a manejar, a base de diferentes técnicas, el estrés, la ira y el dolor.
El objetivo de Puddicombe es transmitir los conocimientos que él aprendió durante su estancia en el Himalaya al lado de monjes, y que con ello el público pueda ir reduciendo sus niveles de ansiedad y aumentar su felicidad y estabilidad emocional.
Durante cada episodio, Andy, quien en la serie es interpretado por una ilustración, invita a la gente a ponerse cómoda para, a medida de inhalaciones y exhalaciones, se concentre en cada meditación y a partir de ese momento las pueda poner en práctica.
“Espero que la meditación te ayude a estar más presente en tu vida y te dé la habilidad de no distraerte para que disfrutes la vida y conectes con aquellos que más te importan”, dice Andy.
Todas estas técnicas Puddicombe las había estado compartiendo, desde 2010, a través de Headspace, un sitio online en el Headspace que, junto a su socio Richard Pierson, ofrece métodos de relajación, sobre todo a las personas con niveles de estrés altos.
Emiliano Villavicencio Trejo, jefe de Posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, explica que la meditación es una técnica que debe ser bien manejada, pues generalmente se usa desde la psicoterapia y la psicología para ir poco a poco llevando al paciente al contacto con sus propios procesos, como sus pensamientos y emociones.
Por ello, señala que, para implementarla, hay que enseñar muy bien esta técnica, pues no se medita espontáneamente, “no es cerrar los ojos y pensar en una idea, es todo un proceso que se debe enseñar y a veces hasta moldear en el otro”.
En entrevista con Reporte Índigo, el especialista resalta que la meditación es una técnica más que debe acompañar al proceso terapéutico, pues el simple hecho de meditar no va a hacer feliz a una persona, ni tampoco va a disminuir su cuadro depresivo, ya que este tipo de trastornos de personalidad tienen implicaciones en la psicoterapia, es decir, se deben trabajar y abordar desde la historia de vida del paciente.
En ese sentido, el también académico advierte que el público debe ser muy cuidadoso en este tipo de programas, debido a que muchos fácilmente los pueden asumir como su psicoterapia, cuando debe ser un acompañamiento.
En un caso extremo, si no se hace de ese modo, una persona puede quedarse dormida al reproducirlo o distraerse en una idea que la invada, haciendo que el producto en sí tenga poco impacto.
Colores e impulsos en Guía Headspace
Al ver el menú general de Netflix, Guía Headspace para la meditación es una de las series que más resaltan de entre las otras debido a sus colores y formas, las cuales están presenten en cada uno de sus episodios.
Mientras Andy Puddicombe va guiando con su voz una nueva técnica de meditación, diferentes dibujos e ilustraciones invaden la pantalla a modo de acompañamiento.
Al respecto, el maestro Fernando García Aguirre, especialista en televisión de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, destaca que aunque el tema de la meditación no es nuevo en la pantalla ni ha tenido un gran impacto en el público en general, los usuarios de Netflix pueden interesarse en ésta en específico por sus colores y animaciones.
Además, asegura que la gente especializada en estas técnicas sabe que la meditación se da a partir de los sonidos u olores, no tanto de las formas físicas.
“Muchas veces el propio narrador, el guía, te pide que cierres los ojos, entonces va más en ese sentido del sonido, ahí es donde se puso mayor empeño, el mayor cuidado. Y los colores desde luego ayudan en la parte de los impulsos, pero creo que también tiene que ver un poco con la intuición de captar otro tipo de públicos donde ese tipo de impulsos cromáticos les llamen la atención y digan ‘a ver, ¿qué es lo que está pretendiendo esta serie?’, dice García Aguirre
Finalmente, para el académico, lo más importante de este proyecto es que sea un motivo para que más personas empiecen a ver por su bienestar, sobre todo en medio del encierro que ha provocado la pandemia.