Green Room: neonazis en una película de terror de la que no te vas a arrepentir

Querido, cinéfilo: las opiniones vertidas en La Cinemágora no representan la opinión del medio. La crítica de Green Room NO CONTIENE SPOILERS
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Cuando al actor Patrick Stewart terminó de leer el guion de la película de terror Green Room, encendió el sistema de seguridad de su casa y se sirvió un whisky para los nervios. Estaba aterrado.

Más tarde, Stewart se convencería de que participaría en el largometraje dirigido por el cineasta poco conocido Jeremy Saulnier, quien en ese momento apenas había realizado dos trabajos previos.

Con una paleta de colores en la que predomina el verde, el director de cine estadounidense mezcla los cables del neofacismo, el punk y la violencia para obtener un choque eléctrico de terror.

¿DE QUÉ TRATA?:

Los miembros de una banda de punk presencian un asesinato en un bar de neonazis. Encerrados en una habitación del recinto, el dueño del bar no quiere dejar testigos del crimen, por lo que deberán luchar por sus vidas.

LO BUENO: SU ELECTRICIDAD

Si bien lo que distingue a primera vista a Green Room es la delicadeza técnica con que está filmada, en realidad lo atractivo es la manera cómo la historia está narrada por medio de un suspenso que electrifica al espectador.

Es decir, el filme no se anda con rodeos pues desde el comienzo es directa en cuanto a su tono violento y terrorífico. De hecho, implícitamente se puede sentir la tensión con que los protagonistas andan en cada uno de los escenarios.

Y es que buena parte de ello se debe a que la historia sitúa a los protagonistas en un contexto neonazi. Así, como corderos dentro de un matadero, los integrantes de una banda se encuentran en un verdadero lío al presenciar un asesinato.

Probablemente, el efecto electrizante no lograría su cometido si las actuaciones fuesen pobres; pero no es así. Encabezados por Patrick Stewart (X-Men, 2000), los actores y actrices logran interpretaciones que destilan su fascismo en unos y su miedo en otros.

Mucho del efecto electrizante, también, se debe a que las escenas de terror y persecución están bien elaboradas. Los protagonistas, aun, toman decisiones con base en su miedo, mismo que transpira la pantalla y permea en el público.

Todo lo anterior se ampara bajo una excelente técnica que habla mucho sobre el talento de Jeremy Saulnier y su equipo. Una foto limpia de elementos y una paleta de colores verdosa distinguen a Green Room por sobre muchas otras películas de terror.

LO MALO: CIERTA INVEROSIMILIDAD

Bien, este punto es debatible. En toda película de terror hay cierta inverosimilitud. Muchas de las circunstancias que acontecen dentro de una historia se vuelven irreales y ello se defiende bajo el argumento de la magia del cine.

Sin embargo, en Green Room pareciera que cada uno de los hechos está forzado a suceder de una manera predeterminada, lo que le resta un tanto de credibilidad y hasta lógica a la cinta.

RECOMENDACIÓN 4.6 ESTRELLAS DE 5 (SUSPENSO AL LÍMITE)

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