“Gran Fury”: Arte y protesta en el Museo Universitario del Chopo
La exposición muestra obras del colectivo neoyorquino sobre la lucha por los derechos LGBTQ+ durante la crisis del SIDA. Analiza los límites y alcances de las campañas gráficas, así como la idea del arte como una estrategia del activismo
Karina Corona“¿Por qué nos besamos? Nos besamos como un acto de resistencia, una protesta contra los prejuicios que afectan a las vidas de lesbianas y gays. Nos besamos para desafiar las convenciones que reprimen el amor entre personas del mismo sexo, y para afirmar nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestra existencia”.
Este mensaje de la Coalición contra el SIDA para Desatar el Poder (ACT UP), presentado en la década de 1980, surgió en un contexto donde el gobierno estadounidense consideraba que hablar de los derechos LGBTQ+ era un suicidio político. En ese tiempo, uno de cada cinco gays y lesbianas enfrentaba agresiones o asesinatos, mientras el país atravesaba una crisis de salud con 42 mil muertes por SIDA y una inacción gubernamental.
Ahora ese mensaje vuelve a escucharse, décadas después, por primera vez, en México, a través de Gran Fury: El arte no es suficiente, en el Museo Universitario del Chopo, muestra que recopila 77 obras que creó este colectivo neoyorquino entre 1988 y 1995, para hacer consciencia sobre la epidemia de VIH que azotaba en Estados Unidos en esa época.
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“Algunas de las cosas que hicimos fue llevar a personas con VIH a los comités gubernamentales, quienes decidían sobre los planes de tratamiento. Queríamos obtener información sobre los tratamientos. Este cambio permitió que los afectados tuvieran voz en las decisiones sobre tratamientos y en la aprobación de medicamentos experimentales.
“Cuando el grupo de ACT UP pudo asistir a las reuniones de la FDA, lo extraordinario es que renovaron completamente los protocolos para el desarrollo de medicamentos. Aquí había un grupo de personas que no eran científicas profesionales, pero que se habían educado y capacitado por sí mismas. Terminamos entrando y dando sugerencias, lo que transformó por completo cómo desarrollaban los medicamentos”, cuenta a Reporte Índigo, John Lindell, uno de los miembros de Gran Fury.
¿Cuáles son los desafíos actuales?
Aunque se han alcanzado importantes logros, los desafíos persisten. Loring McAlpin, otro miembro del grupo, señala que el principal obstáculo en Estados Unidos hoy en día es el acceso a tratamientos efectivos. Este problema es especialmente común en comunidades desatendidas, como las poblaciones afroamericanas en el sur del país.
“Esto se relaciona en gran medida con la pobreza y el racismo, que afectan a estas poblaciones. Hay grupos que están trabajando en esto, pero sigue siendo el mayor desafío”, narra McAlpin.
Procedente del Museo de Arte de São Paulo (MASP) en Brasil, la exposición, que constituye la primera retrospectiva de Gran Fury en América Latina, presenta más de 70 obras del colectivo. Además, incluye materiales del grupo ACT UP, fundado en 1987 para promover acciones de concientización en respuesta a la crisis del SIDA en Estados Unidos.
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A través de una variedad de formatos, como carteles, recortes de periódico, calcomanías, fotografías y espectaculares, la muestra denuncia la falta de apoyo y visibilidad que el gobierno estadounidense, durante la presidencia de Ronald Reagan, brindó ante la crisis del VIH/SIDA y las muertes que esta enfermedad causó.
Para los artistas del colectivo, John Lindell y Loring McAlpin, la necropolítica de la época fue la responsable de las muertes evitables.
“Nos enfrentábamos a un prejuicio generalizado; pensamos que no había víctimas culpables e inocentes. Sin embargo, la idea de la homofobia y la creencia de que las personas homosexuales eran las responsables de esta crisis era un prejuicio muy extendido,” comenta McAlpin.
Gran Fury: el arte no es suficiente fue curada por André Mesquita, Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (MASP), con asistencia de David Ribeiro, supervisor, (MASP)
¿Cuál es el papel del arte en el activismo?
La muestra plantea una oportunidad para hacer un ejercicio de memoria sobre un periodo histórico de otra epidemia que también debe ser recordada. El arte no es suficiente vuelve a convocar a la esfera pública una de las producciones visuales más importantes del cruce arte-política del siglo XX.
Presenta estrategias visuales y propagandísticas consideradas referencias fundamentales para artistas LGBTQIA+ y movimientos sociales actuales al tiempo que destaca el poder del arte en tiempos de crisis.
“En términos del mundo del arte, creo que el interés ha cambiado. El mundo del arte ha pasado del enfoque en el SIDA a otros temas, y no hay tanto movimiento en los EU relacionado con esto en la actualidad.
“Aunque el activismo en torno al VIH/SIDA sigue siendo relevante, el mundo del arte ha desplazado en parte su atención hacia otros asuntos. Sin embargo, el impacto de Gran Fury y ACT UP en cómo se abordan las crisis de salud pública y la importancia del arte en el activismo siguen siendo innegables”, opina John Lindell.
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La muestra, curada por André Mesquita, fue elaborada durante cuatro meses e incluye materiales para promover acciones de concientización frente a la crisis del VIH/SIDA en Estados Unidos.
El objetivo de sus visualidades radica en cuestionar la desinformación y las ideas erróneas difundidas por los medios de comunicación, así como confrontar la moralidad de las instituciones religiosas, la falta de políticas públicas y la discriminación de las personas seropositivas.
“La exposición presenta impresiones de los carteles más icónicos del colectivo, que en su momento tapizaron las calles y las protestas en ciudades como Nueva York y Chicago. Además de los carteles, la muestra incluye testimonios de personas que vivieron con VIH, relatos de familias afectadas y reflexiones sobre el impacto del SIDA en la sociedad.
“La muestra resalta que el silencio y la falta de acción del gobierno de Ronald Reagan no sólo constituyeron una crisis de salud, sino también una manifestación de una política de muerte”, concluye Mesquita.
Sobre el nombre Gran Fury
Nombrado así por el modelo de coche utilizado por la policía de Nueva York, el Plymouth Gran Fury, el colectivo expresa su indignación colectiva a través de una variada producción de carteles, periódicos, calcomanías, fotografías, comerciales para televisión y espectaculares sobre el VIH/sida.
Formado por Avram Finkelstein, Donald Moffett, John Lindell, Loring McAlpin, Mark Simpson (1950-1996), Marlene McCarty, Michael Nesline, Richard Elovich, Robert Vazquez-Pacheco y Tom Kalin, el grupo operó desde 1988 hasta 1995 con el propósito de subrayar que la epidemia de VIH/SIDA en Estados Unidos era, en esencia, un conflicto político.
Gran Fury, el arte no es suficiente
- Cuándo: hasta el 1 de diciembre
- Dónde: Museo Universitario del Chopo
- Horarios: miércoles a domingo, de 11:30 a 18:00 horas