En el álbum Undesastre, el cantautor chileno Gepe desafía la idea tradicional de que la creación artística debe estar marcada por el orden y la perfección. En lugar de ello, convierte el desorden y la imperfección en su impulso creativo para mostrar que la verdadera belleza puede surgir de lo fragmentado.
Recién lanzado a inicios de octubre, el disco, compuesto por 14 canciones, trasciende la simple recopilación de canciones para convertirse en un retrato auténtico y una invitación a abrazar la vulnerabilidad.
En entrevista con Reporte Índigo, Daniel Riveros Sepúlveda, conocido como Gepe, confiesa que no busca la perfección técnica, lo suyo, dice, es la intuición y la exploración, un conjunto de fragmentos de diversos rompecabezas que generen preguntas y logren formar una imagen auténtica y real.
“Soy una persona muy poco técnica, muy poco fijado en las marcas de los micrófonos o la guitarra. Se tiene el prejuicio que es sinónimo de despreocupación, pero yo diría todo lo contrario, el foco lo pongo en otros lados. Mi metodología tiene que ver con lo intuitivo; por supuesto, darle un orden y una edición, pero siempre respetar ese primer input”, precisa Gepe.
A pocas semanas del lanzamiento del Undesastre, Gepe sigue desentrañando su significado. Uno de los principales es aceptar la imperfección en la vida y los errores, pues eso es parte del camino que le ha permitido llegar hasta este punto de su carrera en el que puede mostrarse tal cual es, con sus miedos y vulnerabilidades.
“El desastre es como la basura orgánica: idealmente, al juntar esta basura, que está llena de vida y utilidad, y ponerla en la tierra, los gusanos la transforman en una composta muy fértil”
“Me hice muchas preguntas y obtuve muy pocas respuestas, pero mientras me mantenga haciendo preguntas va a estar bien, porque me indica que es un proceso real. Este disco, yo creo que genera una mini, mini, verdad, y me da mucho orgullo; hay canciones buenas, algunas que valen bastante la pena y pueden surcar los mares de la industria, ahí está: un disco que puede defenderse en lo musical.
“Disfruto y padezco de quién soy, hoy por hoy, y me da la sensación de que todo el mundo le sucede igual, por lo tanto no considero que este disco me separe del resto y me haga más, o menos especial, sino que me hace la persona que siempre ha sido: común y corriente, como todo el mundo, y mi oficio sólo es hacer canciones” declara.
Desde Gepinto hasta Undesastre
Gepe ha recorrido un camino de exploración y transformación que ha enriquecido su sonido. Comenzó su trayectoria en el dúo Taller Dejao y, tras lanzarse como solista con su primer EP, 5×5, presentó su álbum debut, Gepinto. Desde entonces, ha reinventado su música, fusionando géneros y ritmos.
En esos trabajos, los dos ingredientes principales ya eran evidentes: una fusión de música de raíz latinoamericana y pop que vencen la barrera del tiempo y se adaptan. Aunque menciona que Undesastre no es una síntesis de su trabajo, sí marca las etapas que ha experimentado durante casi 15 años.
“Todos pasamos por distintas etapas; a veces, uno se siente más arriba y otras abajo, en términos de ánimo. En esencia, creo que en Chile somos personas melancólicas. No sé si somos tímidos, pero definitivamente somos, en gran medida, introvertidos. No somos de expresar todo; tendemos a guardar ciertas cosas y yo creo que las canciones para mí son el momento en el cual vuelco las cosas que siento creo, pienso o vivo.
“Pero la melancolía me parece un lugar desde el cual uno observa sin activarse. Este disco habla de cómo activarse ante las desgracias, la euforia o la felicidad. Hay un mensaje de resiliencia; no solo se trata de sobrevivir, sino de sobreponerse de manera digna, con estilo, o con el adjetivo que quieras ponerle”, destaca el compositor.
¿Cómo fue trabajar con Isabel Parra?
Una de las canciones más representativas para el multiinstrumentista es “Bandera de arena”, en la cual se rescata la frase “las canciones ayudan, pero no solucionan” de Isabel Parra, hija de Violeta Parra, una cantante que a sus 84 años, ha vivido muchas situaciones, tanto bellas como terribles. Esta experiencia fue fundamental para Gepe.
“Isabel Parra fue clave para mí. Tiene una voz preciosa, de hecho, cantaba con su madre y después hizo una carrera solista súper linda. Para buscar inspiración, la contacté y le hice una entrevista donde extraje algunas cosas que se me quedaron en el tintero, pero justamente esa es la frase central, y eso es muy terrible”, habla.
El título “Bandera de Arena” refleja esta dualidad. La música es hermosa y elevada, pero al mismo tiempo, efímera. Sus piezas, aunque al inicio pueden parecer oscuras, siempre ofrecen una ventana abierta hacia la esperanza. Por lo menos, es lo que el músico se propuso para este material.
“No hay una solución en una canción, pero esa ventana está ahí, permitiendo que entre un poco de oxígeno. Actualmente, sí creo que la autenticidad es la verdadera lucha. Al exponerse, ya sea a través de la música o la fotografía, uno se muestra tal como es, quedando a la vista de todos, pero es mejor aprovechar y mostrar el ser humano que eres, ya que en un tiempo capaz que eso no se pueda, o haya una inteligencia artificial que bloquee las imperfecciones y todos los desastres personales.
“Algo tan bello y elevado como una canción, un disco o un artista, no será la solución a tus problemas. Tienes que encontrar tus propias respuestas. Sin embargo, la música actúa como un vehículo para esa búsqueda”
“Soy fan de la contradicción y me encanta dialogar conmigo y contradecirme con cada disco que sale, sobre todo las canciones, es como dejar un barquito de papel en el mar y que se deshaga, eso es es muy bello, puede que dure muy poco, pero es real”, concluye.
Entre biografías y lecturas
El cantante chileno se siente inspirado por las biografías y los documentales que exploran la vida de artistas como Daniel Melero y Nick Drake, especialmente aquellos que abordan momentos complicados de sus existencias. Disfruta de obras que reflejan la vulnerabilidad, como el podcast argentino “La Cruda” de Miguel Granados, que aborda temas como la muerte, de los dioses, demonios y cigarros en un mismo tono.
“Musicalmente el disco Sino, de Café Tacvba me inspiró. Soy alguien en un continuo ‘work in progress’, y he descubierto que mi manera de trabajar consiste en dejar todo abierto. Me encanta que una de mis canciones tiene una melodía bastante luminosa y una cita a ‘There Is a Light That Never Goes Out’ de The Smiths, donde se menciona que ‘esta luz nunca se apagará’”, dice.
