Es bien sabido que el uso de antirretrovirales y preservativos son las medidas más comunes para protegerse contra la propagación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
A la fecha, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos no autorizan, para prevenir el VIH, el uso de microbicidas o geles “(…) que pueden matar o neutralizar virus y bacterias”, menciona el sitio oficial de los CDC.
“Los investigadores están estudiando los microbicidas vaginales y rectales para ver si pueden prevenir la transmisión sexual del VIH, pero ninguno está disponible para su uso”.
Esto es precisamente en lo que ha estado trabajando, desde 2009, un equipo de investigadores encabezado por María Ángeles Muñoz, del Laboratorio de Inmunobiología Molecular del Hospital Gregorio Marañón, y Javier de la Mata, profesor titular del departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Alcalá (UAH), ambos en Madrid.
Ahora, tras realizar un experimento con 10 ratones hembra “humanizados”, de las cuales a tres se les aplicó un gel placebo, y a otras siete un gel microbicida de uso tópico vaginal y rectal desarrollado por el equipo de investigación para prevenir la infección por VIH, los científicos demostraron resultados positivos.
Luego de que a los 10 roedores se les aplicara el virus por vía vaginal, “dos semanas después, podemos confirmar que los tres ejemplares tratados con placebo están infectados, y que ninguna de las siete tratadas previamente con el gel presenta signos de infección”, indicó a Agencia SINC de la Mata.
Los científicos reportaron que una vez que este ensayo preclínico del gel –que se estima quedará completado en unos dos años– sea probado en otra especie animal y arroje resultados positivos, comenzará la fase de ensayo con humanos.
El gel, además, ofrece una serie de ventajas adicionales, como la protección contra el virus del herpes y una eficacia frente el VIH de entre 18 y 24 horas tras su aplicación –tiempo en el que se podrían tener relaciones sexuales sin riesgo de contagio–.
También goza de propiedades antiinflamatorias, además de que no produce irritación, no altera la flora intestinal y no afecta la fertilidad.
“Para nosotros es muy importante desarrollar un método de prevención cuya responsabilidad no depende de la voluntad del compañero sexual”, apuntó de la Mata.