Uno de los soundchecks –o pruebas de sonido– más exhaustivos que he visto en mi vida fue cortesía de la banda Yeasayer, previo a una presentación en un festival de música en Austin, Texas.
Nunca había visto tal cantidad de pedales, sintetizadores, teclados, cajas de ritmos, cables y demás aparatejos electrónicos en un escenario, por lo menos no para una banda de cinco integrantes.
Pero todo ese set de gadgets musicales lejos de ser una exageración, hacen completo sentido: Yeasayer es quizá una de las bandas más geeks del momento. Con tres álbums bajo el brazo, manufacturan música experimental pero sin alejarse del “pop”.
En sus canciones pasan –y se escuchan– muchas cosas a la vez. Un autotune por aquí, un beat por allá, aderezado de distorsiones, cambios de ritmo, sutiles riffs de guitarra y percusiones, sobre todo el uso de percusiones le da un sentido “bailable” a su música.
Con “Fragrant World”, su tercer álbum, la banda de Brooklyn ha encontrado una zona de confort del tipo no–conformista: después de “All Hour Cymbals” (2007) y “Odd Blood” (2010), a estas alturas ya se han hecho de un estilo reconocible.
Además, la banda apunta a lo alto y eso siempre se agradece. Se toman muy en serio lo que hacen y buscan maneras creativas de presentar su arte, y en el caso de este nuevo álbum idearon previo a su lanzamiento una manera interactiva y divertida para que sus fans conocieran sus canciones a través de semi-acertijos en Twitter.
Aunque su nuevo material tal vez no tenga el mismo potencial de hit al estilo “Ambling Alp” o “ONE”, con canciones como “Henrietta” o “Reagan’s Skeleton” está garantizado que moverás la cabeza y los pies.