Gastones por Internet
A todos les ha pasado que cuando llegan a la caja a pagar la mercancía adquirida, un sentimiento de culpa surge poco a poco.
Eso a pesar de haber comprado durante una época de rebajas y descuentos.
Sin embargo, estar detrás del monitor de una computadora y en la comodidad de un sofá provoca que ese sentimiento de culpa disminuya o incluso desaparezca. Y la razón es que comprar por Internet no "duele" tanto como hacerlo presencialmente.
Indigo StaffA todos les ha pasado que cuando llegan a la caja a pagar la mercancía adquirida, un sentimiento de culpa surge poco a poco.
Eso a pesar de haber comprado durante una época de rebajas y descuentos.
Sin embargo, estar detrás del monitor de una computadora y en la comodidad de un sofá provoca que ese sentimiento de culpa disminuya o incluso desaparezca. Y la razón es que comprar por Internet no “duele” tanto como hacerlo presencialmente.
Esto representa una gran ventaja para las compañías que forman parte del e-commerce, ya que a través del neuromarketing pueden atraer a más consumidores. Tomando en cuenta que cada vez son más las personas que adquieren productos por Internet.
Para darse una idea, la consultora Nielsen estimó que una cuarta parte de los consumidores prefiere comprar online. En el caso específico de México, la compra-venta en línea va en aumento.
La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), consideró que en cuatro años se duplicará el valor del comercio electrónico en el país. Se espera que las ventas anuales de moda, música y apps superen los 250 mil millones de pesos, lo que equivale al 4 por ciento del PIB.
Durante la OMExpo 2015, llevada a cabo en Madrid, el doctor en neurociencias Pedro Bermejo impartió la ponencia titulada “¿Duelen los pagos en internet? Neurociencia aplicada a la optimización del proceso de pago”, y en ella estableció que cuando se decide comprar algo, una parte del cerebro fue la encargada de tomar la decisión de adquirir lo que se deseaba comprar, mientras que otra área de dicho órgano activa el sistema de no querer perder algo (en este caso el dinero).
Bermejo puntualizó que las áreas cerebrales relacionadas con el dolor se activan menos cuando una persona compra online, en comparación con el pago “físico” en una caja registradora.
Y es que estar cómodamente comprando desde el sofá, a diferencia de cuando se hace la fila para pagar en persona, las señales de “oferta” y “rebajas” favorecen “la activación del sistema de recompensa cerebral en detrimento del de aversión al riesgo, y eso hace que el consumidor tenga más posibilidades de adquirir el producto final con este método de pago”, enfatizó Pedro.