Con el aumento de la temperatura debido al cambio climático y la deforestación, las garrapatas son cada vez más cercanas a los seres humanos y, de acuerdo con un artículo del diario inglés The Guardian, estos organismos podrían ser causantes de epidemias en un tiempo no muy lejano.
Hoy más que nunca, la investigación de estos insectos podría ser pertinente, debido a que por su manera de alimentarse, mediante la sangre de animales y humanos, son transmisoras de enfermedades de las cuales todavía no existe cura.
Los seres humanos se han enfrentado a numerosos intentos para desafiar a diversos virus de los cuales ha salido avante, tal es el caso del SARS, del virus del Ébola, del Zika transmitido por los mosquitos, o más recientemente el de la influenza A H1N1.
Su estudio es minúsculo y reciente, de hecho, fue en 1975 cuando la enfermedad de Lyme se le atribuyó a estos insectos de forma esférica. Sin embargo, actualmente se conocer numerosas especies de microbios de los que son portadoras, número que aumenta año con año.
El caso de la enfermedad de Lyme es causada por la bacteria llamada Borrelia burgdorferi, la cual es transmitida por la garrapata negra -también llamadas garrapatas de venado. Estos insectos adquieren la bacteria cuando se alimentan de pequeños roedores infectados.
El Lyme no es un padecimiento mortal, sin embargo existen otros que sí lo son, tal es el caso de la Rickettsia, el cual puede confundirse de manera muy sencilla con el Lyme pues comparten síntomas como erupciones en la piel con diversas coloraciones, dolor en articulaciones y fatiga.
El director médico, Luis Fernando Zúñiga, mencionó que esa enfermedad había sido la causa de los fallecimientos, luego de que al llegar a las instalaciones médicas, todavía se encontraron algunas garrapatas unidas a su cuerpo.
La Organización Mundial de la Salud considera que el virus FHCC tiene una alta probabilidad de causar epidemias y ha dirigido una financiación considerable hacia la búsqueda de un tratamiento, aunque hasta la fecha no se ha desarrollado.
La amplia distribución de garrapatas capaces de propagar la enfermedad junto con la capacidad de los animales domésticos comunes, para mantener el virus en su sangre a niveles elevados, significa que el FHCC se puede expandir a nuevas regiones.
El hecho de que la epidemiología de la enfermedad es tan poco conocida, hace que su propagación sea poco predecible. Aunado a ello, dos especies de garrapatas capaces de portar este virus tienen una alta presencia en grandes ciudades cosmopolitas en el mundo, incluyendo algunas de Estados Unidos, Reino Unido, e incluso Australia.
Las garrapatas son animales pequeños pero muy peligrosos, y están llegando a cada vez un mayor contacto con los humanos. Una eventual epidemia no podría provenir de una selva lejana en Asia o en la sabana africana, como teorías relacionadas con algunos virus; quizá la próxima epidemia se encuentre en el patio trasero de cualquier familia.
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