Librada Gerón Domínguez, conocida como “Mamá tortuga”, y Marcelino Yepez Montes se dedican desde 1967 a la conservación, protección e investigación de las cinco especies de tortugas marinas que arriban a la costa norte de Veracruz. Sin embargo, tras la muerte de Marcelino, su hijo, Ricardo Yepez continuó con el legado de sus padres creando la ONG Fundación Yepez A.C., la cual opera desde hace 25 años como una asociación dedicada a realizar programas para la protección de estas especies en peligro de extinción, así como del medio ambiente donde anidan.
Ricardo Yepez comparte que ha sido un trabajo complicado y que existe una necesidad urgente para apoyar a estos animales, pues actualmente su supervivencia se encuentra en estado crítico, a causa, principalmente, de la actividad humana que invade su hábitat.
“Desde el año 2017 hemos generado varias alianzas estratégicas con muchas empresas para revertir la huella de carbono que vamos dejando como humanos, desafortunadamente, la pandemia azotó muy fuerte y todos los aliados y empresas quebraron. Incluso, tuvimos que despedir a más del 90 por ciento del personal, ha sido muy complicado para nosotros mantenernos de pie porque no contamos con una economía fija para continuar estas labores”, relata Ricardo Yepez.
“Desde Fundación Yepez intentamos hacer la parte que nos toca, quizá no sea mucho, tal vez sea insignificante, pero, por lo menos, tenemos la conciencia que hacemos algo y que, esperamos, se verá reflejado en unos 40 años”
Al contar con el equipo mínimo de gente, Ricardo platica que se hace aún más complicado el monitoreo de su campamento tortuguero y de la zona que salvaguardan, la cual comprende los municipios de Tecolutla, Nautla y Vega de Alatorre, en total, cerca de 43 km de playa en la zona norte de Veracruz, México.
No obstante, su lucha continúa, porque se han dado cuenta que el cambio climático y las acciones del hombre, como el mal hábito de consumo y el uso irracional de desechables y plásticos, están afectando gravemente a las tortugas.
“Muchas de las tortugas mueren por cazadores furtivos y por la pesca incidental. Hace unos 30 días nos dimos cuenta de que aún existen graves secuelas debido a un derrame de petróleo que hubo hace varios años en las costas, manchas que todavía flotan a mar abierto. Muchas tortugas también mueren al quedar atrapadas por bolsas de plástico, existen graves problemas de contaminación y una cantidad de basura considerable en las franjas costeras”, explica.
Proyectos de conservación y cuidado de Fundación Yepez
Ante esto, la Fundación Yepez también se dedica a crear campañas de concientización y de educación ambiental, además en la creación de programas para mantener las playas limpias, los cuales son dirigidos a las escuelas de la zona, así como a los pescadores y lugareños con el fin de evidenciar que cada día mueren miles de tortugas.
Al patrullar diariamente el litoral costero, cerca de las franjas costeras, se han dado cuenta que la marea sube cada vez más a las playas, producto del cambio climático, provocando que los nidos de las tortugas se mojen, se produzca una descompensación en la temperatura y no nazcan.
Durante estas semanas han podido rescatar cerca de mil huevos de tortuga Lora en franjas costeras, un animal que se encuentra en grave peligro de extinción.
“El 2020 es una era oscura, por la pandemia nos ha sido muy complicado llevar a cabo nuestros proyectos de educación ambiental, estamos conscientes de que hay un virus que mata a muchas personas, por el momento vamos a un paso lento, patrullando las playas con campañas de limpieza”, detalla.
Ricardo platica que, ahora con la pandemia, la fundación se tuvo que adaptar implementando conferencias y charlas en línea, así han logrado realizar múltiples pláticas con las escuelas concientizando principalmente a los niños, quienes serán el futuro de la comunidad y podrán llevar el mensaje a las próximas generaciones.
Actuar ya
Uno de los temas que los mantienen en alerta es una anomalía en la Corriente del Golfo que sucedió a inicios de este año. La comunidad científica de Estados Unidos informó sobre una corriente de aguas frías, las cuales ingresaron en el Golfo de México, hecho que provocó un cambio de temperatura y que muchas tortugas murieran congeladas.
“Es una repercusión fuerte y un grito de alerta, está comprobado que nuestras tortugas marinas mexicanas son compartidas con Estados Unidos por sus rutas migratorias. Actualmente estamos en espera para evaluar la cantidad de tortugas congeladas por esta problemática, pero no vamos a tener respuesta hasta finales de año, cuando se termine la temporada, pero un hecho es que ya no se cuentan con las mismas nidadas de años anteriores”, explica.
Esta cuantificación la podrán realizar ya que las tortugas regresan al mismo lugar donde nacen y su personal técnico tiene un registro científico de cada anidada en las playas de Veracruz que ellos resguardan.
El daño al equilibrio ecológico ya está hecho y las cifras son alarmantes. En 2017, un estudio apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente alertó sobre la detección de microplásticos en los océanos, en donde, aseguran, terminan más de ocho millones de toneladas de este material.
La fundación también se dedica a la reforestación inteligente, implementando técnicas sustentables y árboles nativos
Para el año 2030 se calcula ya existan más plásticos que peces en el mar, esto lo ven diariamente en las playas, pues Ricardo comenta que cada día los pescadores recogen bolsas de plástico, por lo que pide se haga una prioridad concientizar sobre los hábitos de consumo, utilizar cosas orgánicas y racionar los materiales de un solo uso.
“Como humanos, ¿qué derecho tenemos de radicar una especie? Hemos creado cohetes de guerra para destruirnos, ¿por qué no hacer tecnología para revertir el daño ambiental? Lamentablemente hay mucho por cambiar y hacer, no es fácil, yo vi como mi padre dio la vida, ahora veo a mi madre, pero no podemos quedarnos quietos. Tenemos que exigir a nuestros próximos gobernantes, del partido que sea, que no olviden al medio ambiente, pues el ser humano por su ambición está deteriorando nuestro planeta”, concluye Ricardo Yepez.
En conexión
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