Un problema de colmillos

En Fukushima quienes regresan a sus casas luchan contra un nuevo problema: jabalíes radioactivos. La ciudad japonesa está plagada de esta especie de cerdos y alientan a su cacería, ya que no son comestibles por estar contaminados.

Fabiola Zurita Fabiola Zurita Publicado el
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En Fukushima quienes regresan a sus casas luchan contra un nuevo problema: jabalíes radioactivos. La ciudad japonesa está plagada de esta especie de cerdos y alientan a su cacería, ya que no son comestibles por estar contaminados.

La ciudad fue abandonada en 2011, tras el terremoto del cual sobrevino un tsunami y la posterior fuga de material radioactivo de la planta nuclear nipona, pero tiempo después la naturaleza reclamó su territorio; las plantas crecieron y los animales bajaron de las montañas. Y sólo los jabalíes, según el diario The Times, en 2014, a tres años del accidente en Fukushima habían pasado de tres mil a 13 mil individuos.

El problema es que no son comestibles porque están contaminados, son agresivos, atacan a las personas y causan cuantiosos daños a la agricultura, por lo que el gobierno está pagando a cazadores para que sacrifiquen a los cerdos salvajes que campan a sus anchas por la zona.

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