La película Fractal se retrata a la juventud mexicana y cómo es su relación con las drogas

Fractal, película de Mariana González, plantea la historia de tres amigos que están en búsqueda de una persona que desaparece repentinamente después de una fiesta llena de drogas; la cineasta novel cree que esta es una realidad en los jóvenes mexicanos y además insiste en que la legalización de estupefacientes debería ser una realidad
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Cocaína, música electrónica y baile toda la noche, hasta el amanecer, cada fin de semana, son escenas que podrían ser típicas en un círculo de clase alta en México, en la juventud moderna, y que se repite como un bucle, una y otra vez, cuando llega el viernes.

Para jóvenes como Fede (Mario Moreno) y Marco (Juan Carlos Huguenin) la vida se va en eso, en la fiesta, en tachas y after, pero su preocupación detona cuando Mónica, una de sus amigas, “desaparece” repentinamente en la noche de drogas y piensan en los peores escenarios posibles junto con Tamara (Ruth Ramos), quien los acompaña en esta búsqueda por saber qué pasó en la juerga nocturna.

Cuando Mariana González terminó su licenciatura en Cine en Nueva York, en 2013, y acabó su maestría en Guión en Londres, dos años después, sentía que su vida no tenía un camino definido y, con esta percepción, desarrolló la idea de un guión que refleja la realidad que ella ha visto en México, en jóvenes de clase alta; así les dio vida a Fede, Marco y Tamara en Fractal, película que pasó por festivales durante 2020 y que ahora llega a salas alternativas.

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“Quería que la película retratara mi entorno social y es un mundo que yo conozco bien, es un entorno que es auténtico a mí, entonces, yo quise contar esta fracción justo de la sociedad que también puede llegar a vivir este tema”, describe la directora de su primera película.

Aunque claramente en la película se observa a tres jóvenes que consumen cocaína, todavía después de la fiesta, y están en la búsqueda desesperada de su amiga, González justifica que esta no es una película de junkies, pero que sí refleja un grupo poblacional que utiliza las drogas en su día a día y son funcionales.

“Yo conozco gente brillante, funcional, productiva, a lo mejor graduados de escuelas muy buenas y con doctorado, que se pueden drogar y pueden ir perfectamente el lunes en la mañana a hacer la investigación que tenían que hacer, entonces, quise darle ese matiz realista y no satanizar las drogas”, argumenta la mujer, quien es originaria de Salamanca, Guanajuato.

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Además, la artista novel cree que la legalización de estupefacientes en México es la vía a seguir para respetar las garantías individuales de los ciudadanos, y tener una regulación desde las instancias gubernamentales que indiquen su uso.

“A lo mejor voy a sonar muy progresista, yo estoy 100 por ciento a favor de la legalización de todas las drogas, porque cada quien toma sus decisiones, lo que sí creo es que se tiene que hacer planeado con un programa de educación a todos los niveles”, admite González.

Violencia real y de ficción en Fractal

El actor Juan Carlos Huguenin se involucró en Fractal desde la pre producción, al ser un amigo cercano a González, recuerda que en un sondeo de locaciones en la Ciudad de México tuvieron una situación de riesgo, en la que, paradójicamente, ensayaban para la película que les encañonaban con un arma de fuego como amenaza, pero en la realidad esto sí sucedió y fueron asaltados.

“En un scouting y ensayo nos asaltaron, obviamente, esto refleja una realidad bastante más fuerte que lo que refleja la película. Si esto hubiera sido una película de cualquier otra cosa, igual nos hubieran asaltado (…) sí es una tragedia que nos puedan pasar este tipo de cosas”, explica el histrión que interpreta a Marco.

Mario Moreno observa en la situación que hay una meta-realidad que rebasa la ficción, como es que en México son constantemente amedrentados los ciudadanos y cómo la injusticia queda impune, ya que los elementos de seguridad pública que acudieron al lugar ni siquiera dieron seguimiento al atraco.

“Estábamos ensayando la escena donde nos sacan la pistola, que Juan Carlos tenía que llegar a tocar la puerta, y no salen, pero realmente sí llegaron un tipo de un lado con otra pistola y otro; o sea, fatal”, recuerda el nieto de Cantinflas.

Mismo México, distintas realidades

Mariana González busca retratar en Fractal a jóvenes que reconoce que son inútiles para su sociedad, independientemente, de si son de clase alta, media o baja, porque ella observa que así como ella estuvo en una indecisión con su vida profesional, esto pasa con más personas de su misma edad.

“Todos vivimos en el mismo México y todos vivimos ciertas circunstancias de inseguridad y de impunidad, me llama mucho la atención que esto llame tanto la atención (el clasisismo), en lugar de, ¿qué nos une? El tema de juventud, juventud sin conciencia, sin límites, eso trasciende clases sociales, el tema del contraste social trasciende clases sociales”, argumenta la directora.

Huguenin y Moreno, apoyan a González en cómo es que con la cinta Fractal se reflejan problemas que se han vuelto cotidianos en México, como la corrupción, la apatía y la falta de cohesión social, cuando podría estar en juego la vida de una persona que no ha dejado rastro después de una noche de fiesta desenfrenada.

“Vivimos en un país donde se dice mucho eso ‘no pasa nada’, cuando en eso está pasando ‘el todo’. Más allá del contexto, si los personajes son o podrían ser universales, por la edad y el descubrimiento de quienes son, pero si llevamos esta película a Alemania, que se pierde una chava a una hora no pasa nada, al rato regresa a su casa, pero aquí sí es alarmante”, precisa Moreno.

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