The Gilded Age está de regreso con su segunda temporada, de la cual ya se pueden disfrutar sus dos primeros capítulos: “Ni siquiera te gusta la ópera” y “Alguna clase de truco”. La serie se sitúa en la ciudad de Nueva York, en 1882, y muestra los enfrentamientos sociales entre las familias de los “nouveau riche” y las de abolengo; además de los conflictos que existen entre la clase alta afroamericana contra los trabajadores domésticos.
Esta segunda entrega comienza la mañana de Pascua, de 1883, con la noticia de que la oferta de Bertha Russell (Carrie Coon) por un palco en la Academia de Música ha sido rechazada. A lo largo de los ocho episodios, veremos cómo desafiará el sistema social establecido.
“Esta historia inicialmente no era tan interesante para mí, personalmente, y luego de descubrirla me pareció fascinante”, comentó, en entrevista con Reporte Índigo, David Crockett, productor ejecutivo de la serie.
Si bien la primera temporada sirvió para presentar a los personajes, introducir al espectador en las reglas de ese mundo y cómo funcionaba; en esta nueva, ya están todos muy metidos en el juego al igual que el televidente. Todos están tomando decisiones, lo que provoca que entren en conflicto con el sistema general.
“Por ejemplo, Ada Brook (Cynthia Nixon) y su relación, la forma en que Marian (Louisa Jacobson) consigue un trabajo y la forma en que Bertha lucha por la Metropolitan Opera House; es decir, ahora que entienden las reglas del juego, intentan hacer que el mundo funcione como ellos quieren y no se rindan ante la forma en que funciona.
Personajes a seguir
El elenco de la segunda temporada de The Gilded Age está conformado por más de 30 personajes que irán entrelazando sus historias, lo que le brindará al público un mosaico para engancharse con alguna de ellas. Por ejemplo, a David Crockett le emocionó mucho la de George Russell (Morgan Spector), por lo que se sumergió en ella por completo.
“Su historia de lucha a través del trabajo y las formas de hacerlo es una que resuena antes y ahora en nuestro público. Es tan fascinante, porque este período de Estados Unidos (1940) fue la primera vez en la historia del mundo que tanta riqueza se había acumulado en un corto período de tiempo y sumergirse en eso y sus repercusiones, significa ver a un grupo de trabajadores luchando por una jornada laboral de ocho horas, por tener estas necesidades básicas que hoy están satisfechas”, explica.
Por su parte, a Michael le fascina la de Peggy Scott (Denée Benton), quien venía del mundo de la élite negra de fuera de Nueva York, al sur, por lo que al llegar al Upper East Side de Manhattan, descubrió, como negra, un mundo de racismo y de injusticia institucionalizada que ni siquiera conocía.
“Eso me parece muy interesante, como asumimos que todo el mundo luchó y sufrió las mismas cosas, pero no fue así”, comenta Engler.
Realizar este trabajo de investigación, escritura, dirección y producción, les permitió a Michael y David percatarse que más allá de las estructuras sociales, de las modas y los tiempos, la gente es exactamente la misma y buscará ajustar, cambiar y darle forma al mundo a su manera.
“No hay ninguna diferencia real en querer enamorarse, ser ambicioso o querer ser la persona más popular en la sociedad. Pero en la serie, una de las cosas que hablamos fue un período realmente importante, cuando la alfombra roja comenzó, se extendió y la gente caminaba por ella, mientras la clase media y la clase baja se acercaba a ver los vestidos y las joyas. Todo eso se convirtió en las galas que tenemos hoy, con toda la cantidad de premios”, cuenta.
Otro elemento importante que destaca y persiste a través de los años, son los impulsos de querer ver lo que otras personas tienen, el querer ver cómo viven los ricos, ser visto como especial e importante, así como el simple deseo de encontrar una pareja y querer encajar en la sociedad.
El productor y director, finalmente, resalta el humor, como un aspecto característico de esta segunda temporada. No es que sea una comedia per se, dicen, pero al ser simplemente personas viviendo sus vidas, entran en estas situaciones naturalmente divertidas.
“Agnes (Christine Baranski), por ejemplo, es una de las que aporta ese alivio cómico por su descaro y su voluntad de decir las cosas como son. Pero también es divertido, porque conocemos a gente así, y sabemos que podemos identificarnos con ella de una forma que la hace divertida. Así que creo que el humor es una gran parte de esta serie”, afirma Engler.