Fondo editorial de la Universidad de Sonora: haciendo libros a contracorriente
Con la dirección del escritor y editor, Iván Ballesteros Rojo, la Universidad de Sonora aparece ahora en el mapa de la producción editorial en México, con sus cinco colecciones de su Fondo Editorial que incluyen, desde escritores extranjeros de la talla de Enrique Vila-Matas, hasta las nuevas voces literarias del país
Christian LunaLa industria literaria en México es una de las que presenta más retos a nivel nacional. La literatura no aparece en los primeros lugares en las listas de ventas, de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).
En el 2024, la producción de ejemplares cayó un 23.6 por ciento en comparación con 2022, y las ediciones impresas vendidas disminuyeron significativamente, según datos de la misma Cámara.
Los recortes programados para este 2025, en el sector cultural, siguen siendo históricos, a pesar de las reasignaciones. Mismas que ocurrieron después de la querella de algunos miembros importantes del sector —como Elena Poniatowska—, ante las intenciones del Poder Legislativo de disminuir casi el 30 por ciento del recurso.
El dinero para el llamado “Ramo 48” del presupuesto de Egresos de la Federación sigue teniendo el problema, al parecer insuperable, de la centralización. Las investigaciones revelan que el 97.5% aún se queda en la Ciudad de México (CDMX), y el otro 2.5 por ciento se reparte en las entidades federativas.
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En el norte, a mil 636 km de la CDMX, la Universidad de Sonora (UNISON) levanta la mano para ser trinchera de quienes aún siguen escribiendo, leyendo y promoviendo el libro como objeto civilizatorio en medio de la violencia, los recortes presupuestarios, y contrarrestando la frialdad de las estadísticas.
El escritor y editor, Iván Ballesteros Rojo, lidera la editorial, haciendo equipo con la doctora Rita Plancarte, rectora de la UNISON y miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas. Ambos dan ejemplo de la importancia de promover la producción editorial literaria dentro de las instituciones universitarias públicas.
El Fondo Editorial tiene más de 50 años funcionando, pero fue el pasado 2023, en que Ballesteros presentó el proyecto para lograr una distribución nacional en establecimientos como Gandhi, las librerías del Fondo de Cultura, y librerías independientes de todo el país.
“Desde que salí de la Universidad, hace 20 años, tengo esta necesidad y necedad de querer publicar obras que yo creo que son relevantes”, indicó Iván Ballesteros en entrevista.
Ahora la editorial, no sólo produce libros para la comunidad universitaria, sino busca y publica a literatos de la talla del Español Enrique Vila Matas, Mario Bellatin, y el mexicano, Franco Félix.
“El proyecto consiste, en una primera etapa, en cinco colecciones de libros impresos y electrónicos, y continuar con la producción de textos académicos, en coedición con otras universidades e instituciones”, compartió.
La idea de publicar voces consolidadas y vivas de la literatura actual, nació después de que la rectora le pidiera al Iván un proyecto para impulsar la salida de los libros, más allá de la universidad.
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“Enrique Vila Matas es uno de mis favoritos. Le escribí de una manera muy amorosa, —no sé cómo decirlo—. Sus libros me han acompañado. Me han sacado. Me han salvado en muchas ocasiones. En la FILA del 2004, en Guadalajara, los escuché en una charla que tuvo. Lo he visto un par de veces, nos escribimos, y me atreví a pedirle un libro, y me mandó el que tenía disponible”, dijo.
En el caso del escritor español, se trata de un par de textos híbridos en donde mezcla el relato con el ensayo, y una carta de despedida dedicada a Paul Auster, que Vila escribió el pasado 30 de abril del 2024, el día que falleció el escritor norteamericano.
El reto de la distribución de la Universidad de Sonora
Las cinco nuevas colecciones se titulan, “Microgramas”; en donde se busca publicar a autores con trayectoria. “Cuadernos Alternos”; que publicará nuevas voces literarias; “Atemporales”, para obras libres de derechos. “Barquito de Nuez”; Literatura Infantil, y “Ojos de Búho”, para historia y ciencia.
“El 2024 cerramos el corte con 21 libros académicos y once libros impresos de estas diferentes colecciones. La idea no es solamente que se impriman y se embotellen, como suele pasar en muchas instituciones, sino que se distribuyan”, compartió.
Uno de los retos más complejos, según Ballesteros, con el que se topan quienes comienzan en la industria editorial, —ya sea por iniciativa institucional o independiente—, es el de distribuir los libros a librerías importantes en el país, sobre todo, tratándose de material literario.
“Es muy costoso. Para empezar tienen que aceptarlo. Revisan la calidad. Ven quienes son los autores. En librerías como Gandhi, por ejemplo, te hacen una especie de diagnóstico, y te dicen si lo aceptan, o no. Y pues también nos interesa que estén en librerías independientes de todo el país. Queremos que se vayan y se lean”, señaló.
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Cuadernos alternos, una colección estándar
Una de las colecciones que llama más la atención es “Cuadernos Alternos”, debido a los pocos espacios que existen en México para los escritores que apenas comienzan a buscar proyección.
En esta colección serán publicadas obras de escritoras y escritores nóveles que cuentan con una o varias publicaciones que respaldan su calidad literaria, y cuyos textos y reflexiones reflejen el pensamiento contemporáneo.
En dicha colección ha publicado el poeta sonorense, Aziz Córdoba; y la escritora, Fernanda Ballesteros. También publicarán los títulos que resulten ganadores de los concursos nacionales de novela de ciencia ficción y cuento de terror, convocados por la misma universidad de Sonora.
“Una editorial universitaria se puede dar el lujo de no estar pensando nada más en lo comercial, sino, en lo artístico. En el aporte literario. Estos Cuadernos Alternos son como diálogos contemporáneos”, señaló.
Libros contra la violencia de la Universidad de Sonora
Nacer en un estado del norte del país, significa observar una violencia y crueldad específica, que con el paso de los años, ha evolucionado a cierto glam del narco que ha servido como símbolo para representar la cultura del norte, en otros lados del país.
Iván a parte de editor y escritor, es académico que ha estudiado la violencia y su evolución, y es consciente del beneficio, que significa acercarse a la cultura en medio de este caos, llena de arquetipos frívolos que los jóvenes replican.
“Muchas veces a estos puestos de editor universitario, llegan personas que no están comprometidas con la literatura. En lo personal, sé el beneficio que me causó leer. Me sacó de la esquina. En el momento álgido de la violencia. Sé el “parote” que haría la literatura. Que haría la cultura en general, si estuviera presentada de una manera más adecuada para que los chicos y las chicas, accedieran a ella”, mencionó.
Puso el ejemplo de lo qué pasó en países como Colombia, o en Brasil, en dónde los proyectos culturales se instalaron en las zonas conflictivas, como las favelas, para llegar a las personas. Y poco a poco se fueron transformando.
“Yo he dado talleres en penitenciarías. Los haces escribir y muchos salen — no voy a decir que todos—, con otra mentalidad, otra visión de las cosas. No voy a decir que leer o ver cine, te haga mejor persona, pero de alguna manera, abre tu campo de visión”, concluyó.