Folclórico Maya, un ballet incluyente de Querétaro
Daniel Maya Dávila creó El Ballet Folclórico Maya por el simple placer del arte, y con el fin de unir el talento y creatividad de personas, sin importar edad o condición física, y para mostrar la cultura de los sones y jarabes de los distintos estados de México
Karina CoronaUna fotografía capturó uno de los momentos más emblemáticos del municipio de Querétaro: la inauguración del Jardín de la Corregidora, en donde fue erigido el Monumento dedicado a Josefa Ortiz de Domínguez. En la imagen se observa, alrededor de la estatua, a los mariachis y a los asistentes del pueblo atentos a la develación de la efigie; Daniel Maya Dávila, bailarín, coreógrafo y director del Ballet Folclórico Maya, al ver la escena, se inspiró para realizar la primera danza de Querétaro.
De acuerdo con Daniel, quien desde hace aproximadamente ocho años se ha dedicado a la investigación para realizar esta pieza, este hecho significaría un aporte primordial para su cultura y, sobre todo, para poner el municipio en el mapa del folclor en México; la idea es concluir su montaje para el mes de julio de este año.
“Buscamos que El Fandango de Querétaro sea la bandera del grupo porque busca proponer una estética del municipio. Empecé a trabajar a partir de esta fotografía y salieron muchas ideas sobre el vestuario y de pasos, pero creo fue hasta hace un poco más de un año cuando fui con un amigo a Hércules, delegación de Querétaro, para escuchar a un mariachi tradicional de la región, ahí supe qué quería expresar para realizar la coreografía”, relata Maya.
En Hércules conoció a un cronista y, a partir de él, unieron historias de las familias queretanas, sus tradiciones y costumbres. Las crónicas que le contaron fueron también la clave para ir entretejiendo su pieza final. Asimismo, se inspiró en la fiesta de la Santa Cruz, con ello, tratará de plasmar, desde la visión de un espectador, toda la magia y verbena popular que rodea a esta festividad.
Para el vestuario se utilizará tela bordada y el rescate del algodón floreado y manta para adornar el vestido, mientras que los hombres utilizarán el traje queretano de charros. Todos estos elementos honrarán a las comunidades indígenas de Querétaro y las pastoras.
“La propuesta que tiene el grupo es el recorrido de cuando la gente bajaba del Templo de la Santa Cruz al Jardín Obregón, actualmente se llama Jardín Zenea, ahí sigue tocando la Orquesta Tradicional; degustaban un taco, convivían, y se armaba fandango. La gente utilizó la excusa religiosa para luego hacer una fiesta del pueblo”, relata.
Durante la pandemia, el Ballet Folclórico Maya, que actualmente se conforma por 30 bailarines, se ha dedicado a pulir la pieza, convirtiéndose en un laboratorio de exploración del movimiento, y recurriendo a los recuerdos de sus abuelos y a los pasos que, como queretanos y bailarines, deseaban expresar.
Un ballet incluyente
Daniel Maya, al ser consciente de que en muchas compañías la vida profesional de un bailarín es hasta, máximo, los 35 años, decidió formar, hace siete años, el Ballet Folclórico Maya, pues cree en el talento de todas las personas sin importar su edad, complexión o condición física.
En el Ballet, conformado por bailarines de entre los 13 y 57 años, se trabaja desde la visión del compañerismo, pues para Daniel es importante que en el escenario se sienta esta hermandad y un nivel de trabajo equitativo, sin que haya una competencia escénica y no se note, desde una habilidad técnica, la diferencia de edades.
“Es un trabajo complicado, sobre todo en la parte de la dirección, pero el resultado vale mucho más la pena porque hay una percibilidad con los bailarines. La diferencia de edades ayuda a esta parte, la gente que tiene más experiencia en escena, sin importar la edad, apoya a los demás, cosa que en una compañía ‘normal’, tú vas a pelear un lugar, comúnmente el compañerismo se queda de lado, pero aquí crecemos juntos”, comparte.
Para el Ballet es importante mantener un estilo técnico y, a través de sus investigaciones, ser fieles al folclor de cada región con una selección de vestuario, el cual es confeccionado en cada región que bailan.
En cuanto a su selección de danzas, parten de su presupuesto para realizar el montaje, pues se trata de una compañía independiente, por lo que eso también lo limita para poder llevarlas a escena.
Sobre la curaduría de piezas, comparte Maya, tratan de bailar piezas con impacto visual y auditivo, ejemplo de ello es un cuadro de Veracruz en el cual “La Bamba” es un clásico que no debe faltar, así como Jalisco o Oaxaca, ya que cada estado cuenta con piezas emblemáticas que, a su parecer, no deben faltar en una compañía de danza folclórica.
La danza en tiempos de COVID-19
“Tenemos la fortuna que les gustemos al público queretano, recibimos una remuneración por nuestro trabajo, pero la mayoría es para los vestuarios, se cobra por presentación, desde 10 pesos en adelante. Eso resulta complicado para la gente que vive de esto, pero agradezco que todos apoyen esta situación”, confiesa.
Con la pandemia, y sin poder realizar presentaciones, la situación del Ballet se ha complicado; sin embargo, para Daniel Maya, el baile vale toda la pena, le hace recordar lo valioso de la humanidad y su cultura, pues el arte es lo que permite sacar lo mejor de los seres humanos, así como todo el compañerismo que, gracias al Ballet, ha podido fomentar.
Maya Dávila inició su carrera de manera profesional a los 18 años, ahí conoció Ismael García, quien actualmente es director del Ballet Folclórico de Guadalajara, a quien le debe muchas de las enseñanzas que ahora él puede compartir con su compañía, como la frase “así como en las manos de nuestros médicos está nuestra salud y en los abogados está nuestra seguridad, en los artistas está la humanidad del ser”.
“Cuando a un compañero se le murió su mamá cinco minutos antes de salir del escenario o cuando una de tus alumnas está embarazada, entiendes el poder del arte que es crear comuna. Es doloroso ver que la gente sigue minimizando su poder o el pensamiento que al ser bailarín te vas a morir de hambre, pero es el alimento más complejo que uno puede encontrar, que es el del alma, es muy complejo el arte, te da mucho, pero también te exige”, finaliza el coreógrafo Daniel Maya.