Festival de Vida y Muerte, un canto y arte para recordar a los seres queridos
El Festival Vida y Muerte en Xcaret deslumbra en su 17 edición bajo el crepúsculo de la Riviera Maya. Con altares evocadores y danzas folklóricas que narran la dualidad de la vida y la muerte, el evento fusiona tradiciones y contemporaneidad
Karina CoronaEl cielo de Xcaret, en Cancún, se tiñó de gris desde tempranas horas, mientras las primeras gotas de lluvia cayeron en el suelo como mensajeras de un evento trascendental. Sin embargo, en lugar de presagiar un clima adverso, según la arraigada tradición de 17 años, indicaron la llegada de las almas queridas para celebrar junto con los vivos.
En este rincón mágico, donde la vida y la muerte convergen en un abrazo ancestral, la lluvia se convirtió en la bienvenida silenciosa de almas que, desde lo alto, anunciaron su llegada al Festival Vida y Muerte.
La Riviera Maya se convirtió en el epicentro de una explosión de color y emoción con la inauguración de la edición 17 de este festival. El aroma de las flores de cempasúchil perfumaba el aire, mientras las luces parpadeaban en una danza mágica, anticipando un viaje único a través de las tradiciones y la espiritualidad mexicana.
Las puertas se abrieron a un mundo donde la vida y la muerte bailan en un abrazo eterno. Los visitantes fueron recibidos por Carlos Serrano, coordinador de Proyectos de Patrimonio de Experiencias Xcaret, entre más de 30 altares majestuosos, en los que las fotografías de seres queridos, veladoras titilantes y objetos significativos creaban una sinfonía visual que hablaba más allá de las palabras.
Cada altar era una historia en sí misma, un tributo personal y colectivo a quienes habitan en la memoria de aquellos que los amaron. La ceremonia de apertura deslumbró con danzas folklóricas que narraban la historia de antiguas civilizaciones y el trascendental paso entre la vida y la muerte. Músicos llenaron el ambiente con melodías que parecían susurrar secretos ancestrales.
En medio se encontraban los altares de las diversas comunidades originarias de Quintana Roo, como Chunhuhub, Cobá, Dzulá, Kantunilkin, Tixcacal Guardia, San Ramón, Felipe Berrizabal, Cancepchen, Polyuc y Tepich, entre otras.
A medida que la noche avanzaba, el desfile de catrinas y catrines tomó el escenario principal. El bullicio de risas y murmullos llenó el aire mientras elegantes calacas desfilaban con trajes exquisitos, combinando lo tradicional con lo contemporáneo. La Catrina, con su elegancia enigmática, caminaba entre la multitud, recordando que la muerte también puede ser una celebración de la vida.
La magia de la música tradicional se desplegó en todo su esplendor a través de un conjunto de músicos, egresados de la prestigiosa facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro en el Foro Abierto, una especie de caverna que llenó de misticimo el primer día del Festival.
La agrupación, conocida como Grupo Xaha de Querétaro, promueve y fomenta el bagaje cultural y étnico de la música tradicional, creando un lazo entre el pasado y presente.
En este escenario iluminado por la magia del festival, el Grupo Xaha de Querétaro elevó la experiencia con cantos dedicados a las ánimas, creando una conexión espiritual con el más allá. El sonido de sus instrumentos resonó en la noche, acompañado del incienso que se elevaba en espirales, tejiendo un ambiente sagrado que enriquece la celebración.
Mientras los últimos destellos se desvanecían, quedaba la sensación de que, aunque la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda, la chispa de la memoria perdura.
El Festival Vida y Muerte en Xcaret no es solo un evento; es un viaje emocional que invita a abrazar la complejidad de la existencia. En cada rincón, en cada detalle, se tejía la riqueza de una cultura que celebra la vida en todas sus formas.
Con la última nota resonando en el silencio de la noche, los visitantes se dispersaron, llevando consigo la experiencia única que solo el Festival Vida y Muerte podía ofrecer. Entre risas, lágrimas y el suave murmullo de la brisa marina, quedaba la certeza de que, aunque el festival llegaba a su fin, las memorias y los lazos creados perdurarían en el tejido del tiempo.
Así, Xcaret se sumió nuevamente en la quietud de la noche, pero esta vez, impregnada de la magia compartida, de las historias contadas a través de altares y cantos, y del recordatorio de que, en cada paso que damos en esta danza cósmica, dejamos una huella que perdura más allá de la vida misma.
Encuentro de dos entidades
El Festival de Tradiciones de Vida y Muerte, festividad cultural con expresiones de arte, música y gastronomía mexicana, se llevará a cabo del 30 de octubre al 3 de noviembre. En esta ocasión, el estado invitado será Querétaro y se sumará con la participación de chefs, cocineros tradicionales y artesanos.
Se contará con presentaciones artísticas como el ballet folclórico de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), estudiantinas, huapangos, talleres artesanales, talleres infantiles y presentaciones teatrales, entre otras.
El propósito del festival
De acuerdo con Iliana Rodríguez, de la Dirección de Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de Grupo Xcaret, el Festival Vida Y Muerte se realizó con el propósito de generar cohesión social y sentido de pertenencia en el norte de Quintana Roo, una región joven con ciudades como Cancún y Playa del Carmen. El festival busca fortalecer y preservar el patrimonio cultural de la humanidad, especialmente el Día de Muertos declarado por la UNESCO
“El evento pretende ofrecer a la comunidad local un lugar para celebrar sus tradiciones y familiarizarse con la rica herencia cultural, especialmente las festividades relacionadas con los altares y el Día de Muertos. La invitación a participar en la celebración del festival incluye explorar los altares de la comunidad maya, aprender sobre sus tradiciones y disfrutar de la comida regional, como el pibil y otros platillos especiales”, explicó.
Puntos clave del Festival Vida y Muerte
- Salvaguarda del patrimonio
El festival se compromete a preservar y celebrar las tradiciones culturales y espirituales mexicanas, contribuyendo así a la salvaguarda del patrimonio intangible.
- Una mejor sustentabilidad
Vida y Muerte abraza prácticas sostenibles, desde la gestión de residuos hasta la promoción de energías renovables, para asegurar que el evento tenga un impacto mínimo en el medio ambiente y sea socialmente responsable.
- Apoyo a las comunidades
El festival respalda a las comunidades mayas al fomentar y apoyar sus artesanías, promoviendo así el desarrollo económico local y preservando las habilidades artísticas tradicionales de estas poblaciones.