El escudo de Tijuana tiene en sus bordes la frase “Aquí empieza la patria”. Con esa leyenda hay letras de colores a manera de bienvenida para quienes vienen desde el norte. En señales viales también se puede leer esa oración.
¿Pero qué sucede para quienes llegan del sur? Desde ese punto de vista, ahí no empieza la patria, más bien termina, ¿no?
Una reflexión sobre este mensaje originó el título de Aquí acaba la patria, el libro más reciente de Federico Mastrogiovanni.
En 2018, el autor empezó a trabajar en este proyecto; continuó en 2019 y 2020, los años de la pandemia, y en diciembre de 2021 fue publicado.
“Le prometí un libro a mi editor. Me comprometí. Un libro sobre Tijuana y Tapachula”, afirma Mastrogiovanni en las primeras páginas, antes de dirigirse a dicha ciudad de Chiapas.
En entrevista con Reporte Índigo, el ganador del Premio Nacional de Periodismo 2020 en la categoría entrevista, cuenta cómo surgió esta crónica fronteriza.
“La idea inicial en varias pláticas que yo tuve era un libro sobre dos ciudades. Salió esta idea y pues me gustó mucho porque la propuesta era escribir sobre Tijuana y Tapachula, como los dos puntos de entrada y salida de la migración”, explica.
Aquí acaba la patria forma parte de la colección popular del Fondo de Cultura Económica (FCE). La apuesta es entender la migración siguiendo los pasos de los centroamericanos desde el puente de Tapachula hasta el muro de Tijuana.
“Esta historia inicia con un puente y termina con un muro”, se lee en el primero de 23 apartados.
Mastrogiovanni sitúa al lector en esa puerta trasera de México por la que todos quieren entrar y lo lleva hasta el momento en el que un pollero saca una escalera de cuerda para que los migrantes crucen al otro lado de la valla de seguridad. “Cualquier lugar es patria para el sabio”, concluye citando a Séneca.
— Federico Mastrogiovanni😒 (@Fedemast) February 3, 2022
Las múltiples dimensiones de la migración en Aquí acaba la patria
“Dile a tu amigo que se baje. Pues dile tú, ¿yo qué? Es tu amigo, ¿no? Sí, pero yo no soy el que quiere que se baje. ¡Bájate, cabrón! (…) ¡Que te bajes, cabrón! ¡No puedo! ¿Cómo que no puedes? ¿Por qué no puedes? ¡Porque estoy gordo!”, narra Federico Mastrogiovanni una escena en la que policías federales de un operativo ilegal se carcajean luego de que le piden al migrante Juan de Dios que se baje del techo de la Bestia.
En los vagones del tren el autor escuchó risas. De hecho, el periodista atestiguó cómo el medio de transporte de los centroamericanos se convierte en un casino en el que juegan baraja. Pero eso no se cuenta en los relatos sobre migración que siempre se limitan a la dimensión de la tragedia.
“En varios momentos he trabajado temas de migración, pero me di cuenta de que tenía muchas cosas que nunca había contado. La intención era ver si yo era capaz de hacer un libro con temas muy serios, muy dramáticos también en ciertos momentos, pero dándole otras posibilidades, tratando de identificar otros aspectos que usualmente no se relatan en este afán de dramatizar siempre lo que ya es dramático de por sí. Hay muchos aspectos de la vida de la gente que también son importantes de entre la tragedia, y esto siempre me ha parecido importante y nunca lo había explotado de manera plena”, confiesa.
Migrantes salvadoreños, hondureños, caribeños, exiliados y viajeros de otras nacionalidades que el académico registra en su cruce de frontera a frontera, o en lugares como Cuba, Haití y Europa, tienen múltiples dimensiones.
“Si yo me acerco a una persona y la reduzco a puro sufrimiento, pura dificultad y así la narro como periodista, yo aplasto la multidimensionalidad de las personas a unos aspectos que son simplificadores de su vida y creo que estoy cometiendo un error metodológico, porque no estoy entendiendo una serie de matices que son importantes”, señala.
Federico Mastrogiovanni sostiene que ser nómada es propio de la naturaleza humana. Recurre a la historia e insiste en que la migración no es un fenómeno de estos tiempos.
“Un punto que a mí me parece muy poco representado es la emoción del viaje, que es también otra característica de la humanidad. No puedo entender del todo el fenómeno, porque no se trata sólo de desesperación, hay un elemento de aventura, que yo creo que nos ayuda a mirar de otra manera un acontecimiento y yo siento la necesidad de contar estos aspectos”, destaca.
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— Federico Mastrogiovanni😒 (@Fedemast) January 17, 2022
Desde el punto de vista del periodista Federico Mastrogiovanni
En el capítulo “Una amiga noruega”, Federico Mastrogiovanni cuenta los malestares de una rata parda a causa de la peste bubónica. Es la única licencia que toma, pues Aquí acaba la patria es una crónica periodística. Este género propone una mirada, un punto de vista: el del autor que se adentra en el viaje de sur a norte.
“Si se trata de contar una travesía o el concepto de travesía, pues también se debe contar la travesía de quien cuenta esto”, menciona.
El periodista nació en Roma y vive en México. Pero rechaza la idea romántica y superficial de que todos somos migrantes.
“No es que estamos todos en el mismo barco, estamos todos en la misma tempestad, pero cada quien en su barco. No es lo mismo mi migración en avión, que tenía un lugar donde estar, mi pasaporte de la Unión Europea. Claro que en toda esta experiencia yo puedo encontrar elementos comunes como la nostalgia, el desasosiego, pero hay muchas diferencias”, dice.
El fotógrafo Fabio Cuttica, también taliano pero radicado en Colombia, es parte del viaje que emprende Mastrogiovanni. A él, cuenta, debe mucho de su crecimiento profesional y una amistad profunda.
Salón Toussain Tembó
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— Federico Mastrogiovanni😒 (@Fedemast) January 11, 2022