Muchas personas consideran que el acto sexual es instintivo, espontáneo, que solo se trata de práctica o que simplemente es algo natural, pero a mediados del siglo XX algunos estudiosos descubrieron que el sexo también tiene su ciencia.
Desafiando las ideas conservadoras de aquellos tiempos donde los temas de sexualidad como la masturbación, la homosexualidad y el orgasmo eran considerados tabúes, varios científicos se dieron a la tarea de indagar más acerca del comportamiento sexual humano.
El primero en atreverse fue el biólogo Alfred Kinsey, quien a través de sus estudios sobre prácticas sexuales inauguró la ciencia del sexo, la cual le llegó a revelar cosas sorprendentes para la época, como el hecho de que, sin importar el estatus social o la moral, la gente se involucra en incontables variedades de relaciones.
¿QUÉ HAY DETRÁS DEL SEXO?
Penetrar o estimular hasta llegar al orgasmo no es la fórmula secreta del sexo y esto lo descubrió el matrimonio formado por el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson en la década de los sesenta.
Fue exactamente en el año 1966 cuando la pareja decidió continuar las investigaciones que ya había iniciado Kinsey al realizar un estudio en el que miraron y filmaron más de 10 mil actos sexuales.
El objetivo era observar el comportamiento tanto de hombres como de mujeres para descubrir lo que más tarde llamaron el ciclo de respuesta sexual humana, que no es otra cosa que el proceso o las fases que experimenta el ser humano durante el sexo y que muchas personas desconocen por dedicar más tiempo a pensar en la actividad sexual en sí que en cualquier otro proceso fisiológico.
FASES DEL SEXO
Fueron miles de parejas las que acudieron a la clínica de Masters y Johnson para mantener relaciones sexuales delante de ellos.
Para leer su ritmo cardiaco les colocaron electrodos y para describir de forma científica los cambios que experimentaban, filmaron cada secuencia de sus actos tanto en pareja como individuales.
Esto arrojó el resultado esperado: el ciclo de respuesta sexual que consistía de 4 fases, cada una de ellas con características concretas.
¿Imaginas cuál es la primera? Masters y Johnson descubrieron que la excitación es la primera parte de la respuesta sexual. Esta etapa que ya todo mundo conoce, se refiere a los cambios mentales y físicos en el cuerpo que preparan el terreno para que se produzca la relación sexual.
Es decir, cuando el ritmo cardiaco empieza a aumentar y en el caso de los hombres el pene comienza a ponerse erecto y en el de las mujeres la vulva se dilata y la vagina se humedece.
Aquí es justo el momento del jugueteo, de los tocamientos, de la estimulación. Es una combinación tanto física como psicológica donde intervienen los sentidos, ya sea el olfato, la vista, el tacto, las emociones o simplemente el pensamiento.
Si crees que después de la excitación sigue el orgasmo estás en un error. El matrimonio de científicos identificó una fase que no es detectable a la vista ya que los fenómenos que se producen son más biológicos que físicos.
Esta etapa fue nombrada como meseta y es cuando muchos músculos comienzan a tensarse y el cuerpo comienza a prepararse para las últimas fases de la respuesta sexual.
Pero ojo aquí. Esta parte es sumamente clave en el acto sexual ya que de aquí depende si la persona llega o no al orgasmo, pues en muchos casos el placer sexual puede desaparecer por breves lapsos y de esta forma, frustrar la culminación del coito.
A muchas parejas se les dificulta pasar de esta etapa.
Si todo sale bien en la meseta, la siguiente fase es la del orgasmo, el clímax de la relación sexual, esa sensación que todo mundo anhela, que con tan solo unos segundos es capaz de cambiarte el estado de ánimo y relajarte después de un día estresante.
En esta parte se libera de forma placentera toda la tensión que se acumuló durante la meseta. Algunas personas lo describen como una sensación de calor o ardor en los genitales, otras como leves estímulos eléctricos o de cosquilleo que van recorriendo todo el cuerpo.
Muchas consideran que es un tipo de vibración intensa o una especie de calambre, sin embargo, la forma de experimentar ese placer también difiere en cada caso.
Ya que culminó la etapa del orgasmo viene la resolución. Esta es la cuarta y última fase del ciclo de respuesta sexual humana según Masters y Johnson.
Aquí es donde todo comienza a regresar a la normalidad, donde todos los sistemas y los órganos del cuerpo vuelven a su estado inicial de reposo. También en esta parte suele darse un periodo de calma donde algunas parejas aprovechan para manifestar su cariño, fumarse el típico cigarro, charlar o simplemente dormir.
Gran cantidad de hombres requieren que esta etapa se prolongue por un largo rato para volver a la fase uno del ciclo.
¿ES TODO?
Aunque el estudio de Respuesta Sexual de Masters y Johnson fue acertado en varios sentidos, algunos científicos no quedaron conformes del todo por considerar que estaba incompleto y en el año 1970 la psiquiatra Helen Singer Kaplan añadió una pieza clave al ciclo: el deseo sexual.
Para ella, el matrimonio se estaba olvidando de una parte fundamental en la relación sexual que va más allá de lo físico o biológico. Kaplan, aportó una mirada psicológica, rescatando la importancia de la parte mental que, incluso, la llevó a asegurar que el cerebro es el principal órgano sexual.
En el modelo que la psiquiatra propuso, el deseo sexual es la primera fase, la que antecede a las cuatro que ya habían descubierto Masters y Johnson.
Pero esto no quedó aquí. Hasta ese momento los estudiosos habían tenido una mirada lineal de la forma en cómo reacciona el ser humano en el sexo. Hombres y mujeres por igual, algo que no convenció a la ginecóloga Rosemary Basson.
Sus estudios sobre respuesta sexual son los más recientes y hasta la fecha nadie ha podido refutar.
Una de sus aportaciones importantes fue su propuesta de un nuevo ciclo donde afirma que el orgasmo no es el clímax de la experiencia sexual ya que una persona bien puede sentirse sexualmente satisfecha en cualquiera de las otras etapas.
Este nuevo modelo también se enfocó más en la respuesta sexual femenina porque descubrió que tenía un grado más de complejidad.
La ginecóloga se dio cuenta que a las mujeres se les había estudiado equivocadamente porque su reacción difiere a la de los hombres y por ende, no podía ser clasificada con la misma respuesta sexual que el varón.
En la teoría las mujeres podrían pasar del deseo al orgasmo, pero en la práctica eso pocas veces sucede.
Según Basson, la respuesta sexual de las mujeres es circular, ya que sus fases podrían variar dependiendo las circunstancias en las que se de la experiencia.
Por ejemplo, la mujer podría reaccionar igual que el hombre, de manera lineal, cuando el sexo es casual o la relación de amantes es reciente, pero cuando la pareja ya lleva tiempo, se necesita de mucho más estímulo.
¿Y tú, cómo reaccionas al tener sexo?