Fantasías sexuales, ¿cuáles son las más comunes y cómo hablar de ellas con tu pareja?

Las fantasías sexuales son más comunes de lo que imaginamos, forman parte de una sexualidad sana y responsable.
José Andrés Velázquez José Andrés Velázquez Publicado el
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Las fantasías sexuales van más allá de la imaginación, son la herramienta perfecta para explorar nuestra sexualidad, experimentar el sexo desde el cerebro una idea erótica que somos capaces de convertir en imágenes vividas.

Ejercer la sexualidad es una herramienta de conocimiento. En este ejercicio encontramos también a las fantasías sexuales, una forma normal y sana de explorar nuestra sexualidad y permitirnos imaginar cosas que podrían nunca llegar a ser reales.

Una fantasía sexual es una representación mental que nos creamos, muchas veces inconscientemente, sobre relaciones sexuales que nos gustaría vivir (o tan solo imaginar), y sobre todo, que nos gusta imaginar porque nos excita.

Según Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, se trata de “representaciones no destinadas a ejecutarse“. Sin embargo, las fantasías sexuales pueden cumplirse.

¿Cuáles son las fantasías sexuales más comunes?

Ya vimos que tener fantasías es algo común, sano y que no hay motivo por el qué avergonzarse. Como era de esperarse, también hay ciertas fantasías sexuales que son más recurrentes en el imaginario colectivo.

Esta es una oportunidad para ver qué tan parecidas son tus propias fantasías a las del resto de las personas… o qué tan exquisitos son tus deseos y preferencias. Según un estudio citado por Platanomelón, las cinco fantasías más comunes son:

  • Tríos y sexo grupal: Tal vez no suene tan sorprendente que esta sea la fantasía más recurrente. Es muy posible que incluso tú lo hayas pensado alguna vez, ¿verdad que sí?
  • Poder, dominación y/o sumisión, control y relaciones fuertes: Las actividades relacionadas con el BDSM (Bongage, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo) que van desde niveles tranquilos hasta lo más salvaje.
  • Novedad, aventura y variedad: Esta fantasía engloba formas de salir de la rutina. Puede ser un entorno diferente, una situación nueva o la incorporación de juguetes sexuales.
  • Pasión, romance e intimidad: En este caso, la fantasía gira en torno a la parte emocional de tener relaciones sexuales. Puede ser, por ejemplo, que nuestra pareja nos haga sentir como una persona más deseada, querida o validada.
  • No monogamia: Aquí aplica sobre todo para parejas que tienen una relación estable. Normalmente tienen que ver con una apertura en dicha relación, como el poliamor, el swinging (o intercambio), infidelidad, etc.

¿Cómo hablar con tu pareja sobre sus fantasías para salir de la rutina?

Si ya leíste hasta aquí y se te antojó alguna y te gustaría llevarla a cabo, debes saber que las fantasías sexuales pueden cumplirse.

Para ello, Tere Santana, psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en temas de sexualidad, comparte cinco consejos para abordar el tema de las fantasías sexuales de la mejor manera con tu pareja.

1. Sentar las bases de la comunicación: “Tener un espacio donde se hable de la posibilidad de tener la oportunidad de hablar de nuestras fantasías sexuales”.

Por ejemplo: “Me gustaría tener un espacio para platicarte de mis fantasías sexuales y ver la posibilidad de que sucedan”. Aquí la especialista explica que es importante buscar la oportunidad de hablar sobre fantasías sexuales fuera de un momento de tensión o goce sexual.

Esto es importante porque no sabemos cómo la otra persona se sentirá respecto a la propuesta.

2. Establecer si queremos realizar nuestras fantasías: “Una vez que ya establecimos el espacio seguro para hablar de lo que nos gustaría hacer, el siguiente paso es cuestionarnos si realmente queremos hacer esas fantasías o basta con platicarlas para prendernos”.

Asimismo, la especialista recalcó la importancia de la comunicación antes, durante y después del encuentro sexual. “Esto nos permite saber hacia dónde queremos navegar”.

Igualmente destacó la importancia de generar acuerdos. Crear un ambiente seguro en el que podamos comunicar nuestros deseos sin lugar a ser juzgados o juzgadas.

3. Plantear los cuidados: Esto conlleva la planeación tanto de los cuidados emocionales como de los sexuales.

Respecto a lo sexual, antes de llevar a cabo una fantasía se acuerda el uso de preservativos y/o otras medidas anticonceptivas; también se contempla el uso de juguetes, lubricantes, etcétera.

Al mismo tiempo se establecen los cuidados emocionales. Es posible que el compartir mi actividad sexual, por ejemplo, con una tercera persona, pueda generar en mi algo de inseguridad. “Para evitarlo a mí me gustaría que mi pareja desde antes generara un espacio donde yo me sienta muy amada, valorada y querida a través de ‘estas’ palabras de afirmación”.

4. Entender el consentimiento como algo reversible: Es posible que luego de los acuerdos, una o las dos personas cambien de opinión. Es importante recordar que esto es totalmente válido y debe ser respetado.

El consentimiento se puede revertir y el deseo se puede modificar. Hay que entender que nada de esto es estático sino que fluye así como la sexualidad”.

5. Abordar la sexualidad desde la seguridad: Históricamente se han visto los temas sexuales con ciertas restricciones o tabús. Sin embargo, como ya vimos, la sexualidad forma parte de nuestro desarrollo como personas y como sociedad.

En este sentido, la psicóloga Tere Santana invitó a las personas a abordar su sexualidad de una manera más abierta.”Vale mucho la pena el desarrollo libre de nuestra sexualidad. Es parte de nuestro crecimiento y desarrollo como personas”.

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