Mano dura mexicana

¿Una nalgada? ¿Un pellizco? ¿Gritarles u ofenderlos? ¿Golpearlos y/o amarrarlos? ¿Qué haces para educar a tus hijos?

A pesar de que se juegue con el tema en el país y se produzcan memes relacionados a “la chancla” (esa con la que algunas madres educaron a sus retoños en el pasado), lo cierto es que la situación es mucho más grave de lo que parece.

Educar y disciplinar no es lo mismo que maltratar, aunque para más de la mitad de las familias mexicanas, castigar con violencia es formar a los pequeños.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
Comparte esta nota

6%
De los casos de maltrato en México está catalogado como grave y severo
Un bebé no puede entender que el grito o golpe es por su mala conducta
La mayor parte de los delitos de menores de edad es cometida por niños y adolescentes que viven en hogares con violencia
“No es una cuestión cultural (...) Es una cuestión de generar recursos que ayuden a los padres en el proceso de crianza”
Tonatiuh Barrientos GutiérrezDirector de Salud Reproductiva del Instituto Nacional de Salud Pública
Cuando crecen en hogares llenos de gritos, los niños también pueden desarrollar depresión y caer en adicciones cuando lleguen a la edad adulta

¿Una nalgada? ¿Un pellizco? ¿Gritarles u ofenderlos? ¿Golpearlos y/o amarrarlos? ¿Qué haces para educar a tus hijos?

A pesar de que se juegue con el tema en el país y se produzcan memes relacionados a “la chancla” (esa con la que algunas madres educaron a sus retoños en el pasado), lo cierto es que la situación es mucho más grave de lo que parece.

Educar y disciplinar no es lo mismo que maltratar, aunque para más de la mitad de las familias mexicanas, castigar con violencia es formar a los pequeños.

De hecho, de acuerdo a información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) y de la Secretaría de Salud, en el país, siete de cada 10 hogares son violentos con los pequeños.

Y los resultados de la Encuesta Nacional de la Infancia en México 2015 revelaron que el 53 por ciento de las familias ejerce agresión psicológica hacia los niños, el 44 por ciento violencia psicológica y física y en el 6 por ciento de los casos, el maltrato se considera grave y severo.

La investigación llevada a cabo principalmente por Unicef –y que fue presentada ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado–, dio a conocer que solamente en el 31 por ciento de los casos la educación de niños menores a 14 años se practica sin algún tipo de violencia. Y se trata de familias de clase media.

Tonatiuh Barrientos Gutiérrez, director de Salud Reproductiva del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que este fenómeno de violencia “no es una cuestión cultural (…) Es una cuestión de generar recursos que ayuden a los padres en el proceso de crianza”.

Además de que maltratan a los niños, los padres violentos en México inclusive olvidan la crianza y el cuidado de la salud de sus pequeños, ya que hasta los dejan de vacunar (aunque cuenten con los medios económicos para hacerlo).

Tonatiuh Barrientos Gutiérrez también indicó que el 5.7 por ciento de los hogares mexicanos en los que habitan menores de entre 24 y 35 meses de nacidos, corresponde a niños que no están vacunados.

Empieza en la casa

Los problemas como la violencia intrafamiliar y el maltrato son el preámbulo del delito en países como México.

Según el Gabinete de Comunicación Estratégica, el 80 por ciento de los hogares mexicanos que viven violencia intrafamiliar considera que sus problemáticas se puede resolver a través del diálogo (y no de golpes y maltrato).

Una encuesta elaborada por el Gabinete de Comunicación Estratégica determinó que nueve de cada 10 mexicanos están conscientes de que las mujeres y los niños son las principales víctimas del maltrato en casa.

Y la mayor parte de los delitos de menores de edad es cometida por niños y adolescentes que viven en hogares con violencia y maltrato.

Lo peor de todo es que en la actualidad, “el modelo de intervención ante un caso de violencia doméstica no es suficiente para auxiliar en lo inmediato a personas que se encuentran en constante ataque, incluso, existen sondeos de opinión de mujeres que tienen que resistir las agresiones y evitan acudir ante las autoridades a denunciar porque no tienen donde habitar cuando se encuentran en una vivienda familiar en propiedad de quien les ejerce violencia”, dijo Lorena Cuéllar, secretaria de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables.

No al castigo severo

En los casos más graves de violencia y maltrato intrafamiliar en México 
–si no se llega al asesinato de los pequeños–, se presentan situaciones en las que los padres los amarran, lastiman y/o castigan severamente y los pueden dejar sin alimentos durante tiempo prolongado.

Por ello, expertos como el psicólogo Raúl Gómez recomiendan que en lugar de castigos severos o maltrato de cualquier tipo, los padres –con paciencia– deben optar por lo siguiente a la hora de formar y disciplinar a los pequeños:

>> Siempre estar abiertos al diálogo

>>Reforzar las muestras de cariño

>>No comparar entre hermanos

>> Establecer límites y hablarles de las consecuencias de una mala conducta

>>No amenazarlos, sino hablarle de reglas y normas en el hogar

No al ‘chanclazo’

La violencia en casa solo generará más violencia y afectará a los pequeños, quienes crecerán siendo menos solidarios y empáticos.

La Asociación Americana de Pediatría reveló que un bebé de menos de 18 meses no entiende la relación que tiene un golpe con disciplina o inclusive con el mal comportamiento que pudo haber tenido.

Unicef puntualizó que “en México existe una brecha entre el discurso de la protección de los derechos de la infancia y algunas prácticas violatorias de los derechos humanos y de la dignidad de niños, niñas y adolescentes. La ausencia de un sistema veraz y fiable de información sobre las formas en que se ejerce la violencia contra la infancia y las consecuencias de ésta, dificulta la tarea de hacerla visible, desnaturalizarla y contar con respuestas adecuadas de política pública para su prevención y erradicación”.

Sin contar que la ola de violencia en el país es un eslabón más en la cadena de inseguridad y delincuencia, pues de las formas más brutales de violencia, “resalta el homicidio como uno de los problemas graves a los que se enfrenta la sociedad mexicana. El Informe Nacional sobre Violencia y Salud del año 2007 indicaba que, durante los últimos 25 años, dos niños menores de 14 años han muerto asesinados cada día. Además, entre un 55 y un 62 por ciento de niños y niñas dicen haber sufrido alguna forma de maltrato (físico, emocional o sexual) en algún momento de su vida”.

Tampoco gritos

Gritarles a los hijos es también considerado violencia psicológica y emocional, pues afecta su salud anímica y su autoestima.

Expertos de Psicoglobia indicaron que gritarles cuando aún son bebés afecta su sistema nervioso.

Tanto a bebés como a niños, los gritos de sus padres les provocan estrés y afectan su desarrollo.

Además, cuando crecen en hogares llenos de gritos, los niños también pueden desarrollar depresión y caer en adicciones cuando lleguen a la edad adulta.

Tania García, que es experta en Educación Respetuosa y asesora familias en educación y crianza, dijo al diario español ABC que algunos padres recurren a los gritos porque se sienten sin herramientas para educar, por lo que optan por la reacción del momento, que es gritar ante la desesperación o la impaciencia.

Y agregó que “educar gritando les aporta: malestar constante, estrés, problemas de concentración, desmotivación, frustración, rabia, baja autoestima, desatención, mal ejemplo (si gritamos, ellos gritarán), y un largo etcétera”.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil