Falta más insurrección en los grandes medios
El editor argentino Daniel Divinski —conocido por haber trabajado junto a Quino— platica sobre cómo en periódicos y medios informativos a gran escala se necesita de la crítica animada; además, recuerda la represión literaria ejercida por las dictaduras gauchas
Hidalgo Neira“En el horizonte sólo hay una pared amarilla”, ironiza con gracia Daniel Divinski cuando se le pide un par de fotografías y que deje de voltear a la cámara. El hombre de 76 años toma en sentido literal el cómo percibe el presente delante de sí, pero le inyecta humor lúcido que pesca del aire sin pensarlo.
Sentado en una esquina, bajo el domo de la terraza del Gran Hotel Querétaro, Divinski responde con calma las preguntas de Reporte Índigo y toma de una cangurera a la cintura su celular cuando le llega un mensaje en WhatsApp. Él va con la modernidad a la que todavía logra llevarle el paso, porque se sigue sintiendo curioso de su realidad que, indica, carece de una rebelión en los medios impresos
“El sistema se ha hecho tan resiliente que ya casi nada les resulta insurrecto, se han fagocitado todo, porque el mecanismo de los medios de comunicación hace que hasta lo más desafiante pueda parecer conformista”, precisa el hombre.
Divinski fundó en Argentina Ediciones de la Flor, en 1966, donde publicaron personajes como Roberto Fontanarrosa, Carlos Loiseau “Caloi” y Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como “Quino”.
Desde esta casa editorial, Divinski y sus colaboradores resultaban engorrosos para los gobiernos de su nación, sufriendo en distintas ocasiones censura por parte del Estado.
“Primero la dictadura que resultó fue ‘dictablanda’ porque no mató gente, fue la del año 66 al 73, nos prohibió una novela por supuesta violación de un decreto que reprimía las actividades comunistas, lo cual era un disparate, el autor no era un militante político”, cuenta el editor.
El título que desafiaba a la autoridad era Me tenés podrido Argentina, de Alfredo Grassi. Era un grito desesperado para marcar un “¡Basta!” hacia las administraciones militares federales, Divinski tuvo que meter un recurso de reconsideración ante la policía y logró quitar el veto.
“No pasó lo mismo con la dictadura del 76 en adelante, que nos prohibió un libro infantil, Cinco dedos, porque decían que incitaba a los niños a la subversión, lo cual era un disparate Falta más insurrección en los olímpico, porque era una versión de la fábula según la cual ‘La unión hace la fuerza’ y ahí también presenté el recurso y la respuesta de la dictadura fue ponernos presos a mi mujer, que era la socia de la editorial y a mi”, dice sin tapujos el argentino.
Sin límites para el humor
Actualmente, la comicidad gráfica está explorando nuevas maneras de censura, las cuales son tachadas de fake news en Estados Unidos, incluso llegando al extremo de la violencia como el atentado a Charlie Hebdo, en 2015, a lo que Divinski pugna porque se debe brincar cualquier frontera que se le imponga a la gracia ilustrada.
“El asesinato de los dibujantes de Charlie Hebdo tenía que ver con los límites del humor y no hay límites para ello, el fanatismo de los extremistas musulmanes no reconocía que se pudiera hacer humor sobre Mahoma”, comenta el impresor.
¿Se debe subir el volumen en torno al discurso crítico con la comedia? El hombre de letras cree que se han reblandecido los señalamientos sociales en todas partes del mundo.
¿Cómo sería Mafalda de estar en pleno 2018? Divinski no se aventura a sacar una conclusión, ya que recuerda que Quino mismo —cuando todavía concedía entrevistas— le molestaba que consideraran a la niña como un personaje real, pero lo que sí cree el editor, es que los infantes tendrían que estar atraídos a su presente para acercarse a la tira cómica argentina.
“Creo que se tendría que dar el fenómeno poco común de una niña o niño muy interesados en la actualidad y eso para mi entender están los nietos de mi mujer que son más pequeños y no sucede, a menos que en el colegio los hagan pensar en la actualidad”, se sincera.
Divinski aplaude que al menos en la escuela pública argentina actualmente se hable del pasado histórico de su gobierno, para que se conozcan a fondo los errores cometidos.
“Alguna conciencia sobre eso, los niñitos de nueve años en adelante ya tienen y eso puede llegar a conectarlos con tiras que tengan que ver con la realidad”, asegura Divinski.
Libertad, siempre favorita
De los personajes que aparecieron en la tira de Quino, Divinski no duda en elegir de inmediato a la pequeña Libertad, ya que por su nombre se convierte en prócer de la defensa absoluta del estudio y erudición. “Libertad, porque es la intelectual, la surrealista, es la que refleja lo que uno haría si fuera un niñito con mente de adulto”.
Los preferidos de su biblioteca
Fuera del universo de la tira cómica, Divinski se toma el tiempo para también enumerar a autores que lo han marcado:
John Berger
“Brillante, comprometido políticamente tiene una trilogía bellísima (de sus fatigas)”.
Pablo Ramos
“Es una especie de Bukowski, un tipo que ha sido drogadicto, alcohólico y que escribe con el alma”
Federico Jeanmaire
“Con una novela, Tacos altos, escrita desde una óptica de una inmigrante china en la Argentina de la crisis de 2001”.
Samanta Schweblin
“Está publicando también en España con una novela, Distancia de rescate que es realmente inevitable”.