Adiós pensador
Tal vez no puedas pronunciar su nombre en español correctamente, pero su pensamiento crítico y su trabajo como historiador y filósofo moderno sin duda dejará un legado sin igual, a lo largo de culturas, naciones y lenguas. Tzvetan Todorov falleció víctima de una enfermedad neurodegenerativa y fue una de las figuras más intelectuales representativas de las épocas sesentera y setentera.
María Alesandra PámanesTal vez no puedas pronunciar su nombre en español correctamente, pero su pensamiento crítico y su trabajo como historiador y filósofo moderno sin duda dejará un legado sin igual, a lo largo de culturas, naciones y lenguas. Tzvetan Todorov falleció víctima de una enfermedad neurodegenerativa y fue una de las figuras más intelectuales representativas de las épocas sesentera y setentera.
El también pensador y lingüista franco-búlgaro escapó del comunismo en su juventud y siempre se autodenominó como un “hombre desplazado”. Y su sed por el conocimiento lo llevó precisamente a desplazarse entre distintas disciplinas.
Como menciona una publicación en el diario español El País, “se mantuvo a una distancia prudencial de los apóstoles del posestructuralismo, como Foucault o Derrida, y nunca acabó de encajar entre los llamados nuevos filósofos, los jóvenes y mediáticos pensadores que emergieron en los setenta, encabezados por BernardHenri Lévy y André Glucksmann”.
Curiosamente, su obra emblemática lleva por título “El hombre desplazado” y le valió el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2008).
Todorov dedicó gran parte de su obra a estudiar la pintura y cómo ésta disciplina muestra los cambios en el pensamiento. Además, fue docente en instituciones destacadas como las universidades de Harvard, California de Berkeley, Yale, Columbia y el Centre National de la Recherche Scientifique. Y fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y de la Real Academia de Bélgica.
Todorov murió en una época en la que se desean erigir muros para dividir naciones “y sus obras marcaron una visión crítica y humanística del neoconservadurismo, el fanatismo y la construcción de muros”, como indica Juan Pedro Quiñonero, del diario ABC.
Quiñonero subraya que, “sin abandonar nunca su cargo administrativo en el Centro Nacional de Investigación Científica, Todorov escribió una veintena de ensayos entre el moralismo de gabinete, la divulgación y los temas cosmopolitas”.
Parte de su obra
Para adentrarse en el pensamiento de Todorov, te recomendamos algunas de sus obras más reconocidas:
Mijail Bajtín: el principio dialógico (1981)
Las morales de la historia (1991)
El hombre desplazado (1997)
Elogio del individuo. Ensayo sobre la pintura flamenca (2006)
El espíritu de la Ilustración (2008)