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Si una persona que no conoces te pide tu número celular, es muy probable que no se lo proporciones. Inclusive si se trata de alguien conocido, no siempre deseas proporcionar tus datos personales sin tapujo alguno.
Pero, ¿qué pasaría si ese desconocido es un “amigo” que todos tenemos en común? Es decir, Facebook.
La red social por excelencia ya se apoderó de tu perfil, tus gustos, tus fotos y videos, tus estados de ánimo, tu tiempo libre, y ahora está encontrando la manera de obtener tu línea telefónica, de una manera sutil, casi inadvertida.
Tan solo reflexiona en el hecho de que un joven de 30 años está, literalmente, tratando de conquistar al mundo a través de tu información en línea.
Ese joven es Mark Zuckerberg, fundador y CEO de esta red social, quien en alguna ocasión declaró de una manera muy romántica que Facebook “no fue creada originalmente para ser una compañía. Fue construida para cumplir una misión social, para hacer el mundo más abierto y conectado”.
Y decía que el objetivo del ahora gigante de tecnología “no es construir una plataforma; que es cruzar todas ellas”.
A 10 años de haberse fundado, pareciera que Mark tiene un atlas enfrente y a través de estrategias muy bien planeadas, pretende lograr la misión de conquistar al mundo a través del Internet y, lo más importante, a través de la información (y datos de los usuarios).
Una jugada maestra
La estrategia más reciente de Facebook en este plan “macabro” fue muy ingeniosa, casi efímera: obligó a los usuarios a descargar la app Facebook Messenger, sustituyendo la función de Inbox (mensajes privados). Así, cualquier usuario que desee enviar un mensaje privado o iniciar un chat, automáticamente abandona la app de Facebook, y entra a este servicio de mensajería instantánea.
Algo muy similar trató de hacer con funciones en las que era necesario proporcionar tu tarjeta de crédito para enviarle un regalo a alguno de tus contactos.
El Facebook Messenger fue lanzado hace dos años, pero ante la dura competencia entre los servicios y aplicaciones de mensajería instantánea, Facebook optó por “obligar” al usuario a instalar la app.
De esa manera, no solo se coloca en el terreno de los servicios de mensajería instantánea, sino que sutilmente se apodera de la línea telefónica de sus usuarios.
Y es que “obligar” al usuario a descargar la aplicación de Facebook Messenger fue una jugada maestra de la red social, pues ésta ya forma parte del grupo de aplicaciones para Android que superan las 500 millones de descargas.
WhatsApp, aplicación adquirida por Facebook en febrero de este año, también se encuentra dentro de ese selectivo grupo.
En el caso de iOS, el sistema operativo de Apple, Facebook Messenger se encuentra en el segundo lugar en la lista de aplicaciones gratuitas con mayores descargas. Sin embargo, la cantidad de descargas no se ha dado a conocer públicamente.
A pesar de que se dudaba el éxito que podría tener Facebook en el mercado de los móviles, con esta estrategia su triunfo es indiscutible. Más de mil millones de usuarios se conectan mensualmente a esta red social desde un dispositivo móvil, algo que ninguna otra app ha conseguido a la fecha.
Otra jugada de Facebook que resultó ser un éxito es la publicidad en la telefonía móvil. Las red social anunció que entre abril y junio, el 62 por ciento de sus ingresos por publicidad correspondió a las plataformas móviles, respecto al 41 por ciento registrado el mismo trimestre, en el 2013.
Además, el 30 por ciento de sus usuarios inicia sesión únicamente desde sus dispositivos móviles (es decir, no en la versión Web).
En el mundo, mil 320 millones de personas tienen una cuenta registrada –y activa– en Facebook. Y, de acuerdo a datos de tráfico de la multiplataforma ComScore, hasta julio de este año, Facebook lidera la lista de sitios con más usuarios únicos ganados, con 205,6 millones, un 1.3 por ciento más respecto a junio.
Independientes, pero de Facebook
Además de su éxito con Facebook Messenger y con la publicidad en dispositivos móviles, la compañía fundada por Mark Zuckerberg puso en práctica una estrategia impecable: crear su propia competencia, así el usuario tiene opciones variadas en el mercado, pero todas pertenecen a la misma empresa. Y no todos los usuarios, que en esta caso son clientes, tienen conocimiento de esto.
Prueba de ello fue la adquisición de Instagram, que le “robó cámara” al volverse extremadamente popular entre los usuarios que comparten fotografías desde su celular. A pesar de la compra, esta app sigue independiente, pero le pertenece a Facebook.
Y con WhatsApp fue el mismo caso. Esta app es líder en la mensajería móvil, y Facebook ante esa amenaza, la compró por 19 mil millones de dólares. Al igual que Instagram, aunque WhatsApp asegura que seguirá siendo independiente, ya tiene dueño.
Esta táctica también la quiso aplicar con la popular app Snapchat, que no pudo adquirir. Ante esa derrota y el fracaso de Poke, la red social lanzó Slingshot, que es muy similar a Snapchat.
Después lanzó Bolt, una app ligada a Instagram, con la que esta compañía refuerza su presencia en el mercado y lo satura.
Pero, pese a las estrategias de Facebook, el camino también tiene sus obstáculos. El mercado de la mensajería instantánea es un terreno que muchos quieren abarcar, aunque WhatsApp cuenta con más de 500 millones de usuarios, según reportó en abril, Line sobrepasó los 400 millones ese mismo mes.
WeChat tiene 396 millones de usuarios activos al mes. Y el año pasado, Skype llegó a los 300 millones, a la par de Kakao Tal, app surcoreana que ya supera los 100 millones.
Conectando al mundo, adquiriendo mercados
Este verano, Facebook presentó su aplicación Internet.org, con la que permitirá a los usuarios de telefonía móvil consultar servicios básicos relacionados al empleo, la salud y la información, sin la necesidad de utilizar –y gastar– datos móviles.
Esto para que las personas en los países en desarrollo puedan tener acceso a la información, sin necesidad de utilizar datos móviles. Y, de pasada, obtener parte de ese mercado emergente al que gigantes como Google y Apple ya también tienen en la mira.
Guy Rosen, director de gestión de producto, señaló vía un comunicado que a pesar de que más del 85 por ciento de la población del mundo vive en áreas con cobertura de telefonía móvil, tan solo el 30 por ciento tiene acceso a Internet.
La iniciativa Internet.org fue fundada por Facebook y otras compañías de tecnología, que colaboran con operadores de telefonía móvil para proveer de servicios básicos y gratuitos a todo el mundo.
El mercado de los países emergentes es un terreno que la mayor parte de los gigantes de la tecnología y otras empresas, como las de telefonía móvil, desean abarcar.
De acuerdo a un estudio realizado por Deloitte, el expandir el acceso a Internet a estos países, podría generar 140 millones de puestos de empleo, y sacaría de la pobreza a casi 160 millones de personas. A su vez, se reducirían las tasas de mortalidad infantil.
Pero a pesar de las aparentes buenas intenciones, el acceso de los gigantes de la tecnología, de forma casi exclusiva, a estos mercados tendría consecuencias menos evidentes pero importantes, como la obtención de información sobre personas que suelen estar “fuera del radar”, y de las que no se tienen datos.
Así que con Internet.org, Wikipedia Zero y el Proyecto Loon, de Google, no solo monopolizarían la experiencia en Internet de los usuarios de sitios aislados, sino que obtendrían inteligencia sobre sus hábitos, intereses y datos personales.
Uso Facebook, luego existo
Facebook se ha convertido en una poderosa herramienta de investigación para psicólogos y científicos sociales.
Esas constantes actualizaciones de estado que publican los más de mil millones de usuarios de la red social alrededor del mundo se traducen en una fuente de información única para estudiar el bienestar colectivo a gran escala.
Al menos al día de hoy, las palabras y las frases expresadas por más de 69 mil usuarios de Facebook –y su relación directa con los cinco grandes rasgos de la personalidad: extraversión, amabilidad, responsabilidad, neuroticismo y apertura a la experiencia– han sido analizadas por un equipo de científicos de cómputo, psicólogos y estadísticos del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania.
Se trata del Proyecto Mundial del Bienestar (WWBP, en inglés), en el que los investigadores “están arrojando nueva luz sobre los procesos psicosociales que afectan la salud y la felicidad(…)”, menciona su sitio Web.
Y funciona, desde luego, a través de una app de Facebook llamada myPersonality, con la cual los participantes toman pruebas psicométricas reales que, posteriormente, son registradas por los expertos, seguido de su actividad en la red social. En el examen, los usuarios indican su género y edad.
Actualmente, los científicos cuentan con una base de datos que suma más de 6 millones de resultados del test, con más de 4 millones de perfiles de Facebook explorados.
Incluso también ofrecen un test de personalidad de un solo click que “analiza las cosas que te gustan en Facebook, y después te dice quién eres. Porque eres lo que te gusta”. El test fue desarrollado por David Stillwell y Michal Kosinski, del Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge, junto con myPersonality.
Si bien los datos se analizan bajo el consentimiento de los usuarios, el proyecto refleja una realidad que ha sido posible gracias a Facebook: nuestra información está disponible en bandeja de plata, para quien sea, y para los fines que sean.
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