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Facebook es bueno y es malo, es el canal hacia el ocio por excelencia, tan solo es una pérdida de tiempo… son solo algunas de las ideas que giran en torno a esta red social fundada por Mark Zuckerberg en el 2004.
En este espacio hemos aludido a la adicción a la tecnología, los gadgets y las redes sociales. Incluso a las consecuencias que conlleva esa dependencia y cómo afecta a la salud.
Recientemente se publicó un estudio que dio la vuelta –irónicamente– al mundo de las redes sociales, ya que sus resultados demostraron que el uso de Facebook disminuye el bienestar de los más de mil millones de usuarios que tiene y los vuelve infelices.
Es algo que “nos gusta, pero no nos hace felices”, mencionó Alexandra Sifferlin de TIME.
La investigación a cargo de un equipo de expertos de la Universidad de Michigan fue publicada en PLoS ONE y entre sus conclusiones también destaca que, pese a que la interacción en esa plataforma hace que las personas estén más conectadas, eso no significa que las relaciones entre los usuarios sean más unidas.
“En la superficie Facebook proporciona un recurso valioso para la satisfacción de la necesidad humana básica de conexión social (…) Pero, en lugar de realzar el bienestar, encontramos que el uso de Facebook pronostica el resultado opuesto, socava el bienestar”, explicó el psicólogo social de dicha institución, Ethan Kross, y autor de la investigación.
Los participantes del estudio también demostraron que entre más usaban Facebook, peor se sentían a la larga.
Aún no se sabe a ciencia cierta por qué disminuye el sentimiento de bienestar, pero Kross y su equipo indicaron que “algunos investigadores han especulado que el uso de redes sociales online podría interferir con la actividad física o aumentar las comparaciones sociales dañinas”. Aunado a que la información que se comparte es masiva, pero nunca será como los mensajes cara a cara entre dos personas.
Y agregó que su análisis “solo indica que el uso de Facebook predice un descenso en dos componentes del bienestar subjetivo: cómo se siente la gente en cada momento y qué tan satisfecha está con su vida”.
Otra investigación, realizada por el Instituto de Sistemas de Información en la Universidad Humboldt de Berlín, concluyó que esa red social provoca que las personas se sientan mal consigo mismas.
“Aunque podría parecer que la participación en una red social, aunque de manera digital, haría que la gente se sienta más apoyada e importante para los demás, las redes sociales pueden tener un efecto aislante”, enfatizó Sifferlin.
La penetración de las redes sociales en la vida y la intimidad de las personas ha cruzado la línea de la Red y se ha vuelto determinante en la conducta y el comportamiento de algunos seres humanos. Un ejemplo de esto es que las personas toman fotos con sus teléfonos inteligentes no para captar momentos inolvidables, sino con el firme propósito de editarlas y publicarlas, esperando Likes.
Un mundo regido por Likes
Los Likes o “Me gusta” en Facebook no solo sirven para multiplicar el poder de convocatoria o hacer que diferentes tipos de contenido se vuelvan virales, sino que provocan que los usuarios imiten patrones de comportamiento.
Un estudio del MIT aseguró que cuando les gusta algo a muchos usuarios y le dan Like, hay 30 por ciento de propensión a que sus contactos lo imiten casi por inercia. Por el contrario, las respuestas negativas no generan una reacción en cadena masiva.
Además, tienen gran influencia para determinar si algo es aprobado –con o sin calidad– por la comunidad masiva. Si no tiene Likes, ahora se considera que no es recomendable, aunque no sea un control –ni medida– de calidad oficial, ni de retroalimentación, de acuerdo a una investigación de la Universidad de Stanford.
A su vez, los Likes repercuten en el estado de ánimo y autoestima de los usuarios.