La transformación digital que se venía generando poco a poco se aceleró por la pandemia de COVID-19. En el mundo virtual, los diferentes sectores encontraron la manera de seguir funcionando, pero también obligó a replantearse procesos, conceptos y lenguajes, entre otras tantas cosas. El arte no fue la excepción.
Para el doctor Juan Hernández, la comercialización del arte no representa un problema debido a que el mercado y la experiencia estética son dos campos distintos. La mercantilización de la experiencia, al contrario de un problema, la puede volver más accesible a todo el mundo
¿Cuál es la obsesión con la era digital?
La famosa pintura de ‘La joven de la perla’ en Holanda ahora reemplazada por una hecha digital…hace que el arte pierda su esencia, la inteligencia artificial no puede reemplazar artistas reales. #SoyInternacional pic.twitter.com/WSiverAoX6— Jahilen Chang Torres (@JahilenChang16) September 9, 2023
Para analizar este fenómeno el doctor Juan Hernández Islas coordinará el coloquio Las artes en la era digital. Crisis y evolución que se llevará a cabo el día 25 de septiembre de manera virtual y será auspiciado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y su director el maestro Salvador León Uridi.
En él, múltiples especialistas, desde bailarines, historiadores del arte y hasta físicos, presentarán posturas y puntos de vista que atraviesen el tema desde sus disciplinas. La cita es virtual a través de los canales de la universidad y están invitados estudiantes, académicos y toda la gente que se interese en el arte y sus nuevos paradigmas.
Si bien la tecnología siempre ha influido en las formas de expresión artística, el cine o la fotografía son los ejemplos más evidentes, para el doctor Hernández esto es algo diferente.
“A partir de la pandemia hubo un impulso que volcó a la ciudadanía a las plataformas digitales, debido al encierro que vivimos empezamos a consumir y a comunicarnos a través de ella. Esto no fue el inicio de lo que yo llamo era digital, pero sí es el momento cúspide, lo que pone en crisis los lenguajes tradicionales que no ven un lugar en la virtualidad porque sus soportes no están en este espacio”, comenta el profesor Hernández.
Esta incapacidad por adaptarse a lo digital se vio claramente, según el académico, en el traslado de piezas y obras a un ambiente digital sin haber sido creadas para él, lo que termina en una imposición de un lenguaje.
Una nueva era para el arte
Si hace siglos el Barroco y el Romanticismo marcaron sus respectivas épocas, es lo digital el sello de nuestro siglo y su cultura. “La crisis no es solamente una en términos de nuevas tecnologías y digitalización en el sentido de actualizar la técnica, no, se trata de conceptualizar el espacio digital como uno de creación y entender la realidad virtual como una realidad virtual que expresa lo bello”, expresa el doctor en Historia del Arte. Para él son necesarias nuevas categorías para nombrar un tiempo al que a la Estética y sus conceptos se le sumarán otros que servirán para entender el momento.
“Lo que no podemos hacer es negar la crisis que vive el arte, y en medida que más lo neguemos más profunda se hace. Los artistas tendrán que entender que sus consumidores ya no están en los espacios físicos que podemos tocar y experimentar de manera cotidiana”
En opinión de Hernández, ver el espacio virtual como campo de creación tiene su origen en las vanguardias de mediados del siglo pasado, cuando estas buscaban desmaterializar el arte y hacerlo solo el concepto. Llevarlo a un sitio virtual que permita una experiencia estética, en donde el contenido sea creado para su naturaleza específica, es sólo la continuación lógica.
“Como en las grandes épocas de las vanguardias lo primero que se pone en cuestionamiento es ¿Qué es el arte? y de ahí surgen formas subversivas que ponen en jaque ideas como tiempo, espacio, realidad y acontecimiento. Definir esos nuevos conceptos es nuestra labor como académicos, para que esta situación no se vuelva un caos y evolucione al entendimiento de que los grandes grupos humanos se encuentran y consumen dentro de la virtualidad”, apunta el investigador.
