Experimento exitoso
Liars es una de las pocas bandas que han sobrevivido a aquella generación que surgió en el 2000, en la transición de la música alternativa por lo indie, garage y post-punk revival.
Juan Antonio Zertuche
Liars es una de las pocas bandas que han sobrevivido a aquella generación que surgió en el 2000, en la transición de la música alternativa por lo indie, garage y post-punk revival.
Si bien no han gozado de un éxito comercial al estilo de The Hives, Interpol o Modest Mouse, por mencionar algunas, la banda originaria de Los Ángeles sí ha acumulado éxito artístico con reviews generalmente positivos a lo largo de sus seis álbums.
Para muestra, el 76 de 100 que tienen de promedio en Metacritic, el sitio que recoge las reseñas y calificaciones más importantes de los medios especializados en Estados Unidos para arrojar una calificación promedio.
No es casualidad que su más reciente álbum sea el mejor calificado por la crítica hasta ahora.
“WIXIW” –pronúncienlo como quieran, de hecho hay un trailer del álbum muy chistoso con gente precisamente tratando de decirlo bien– es un experimento exitoso.
Liars es una de las bandas que más ha mutado de piel musical a lo largo de la última década. Del post-punk de su primer álbum, al sonido de percusiones tri-bales en “Drum’s Not Dead”, su tercer disco, hasta la experimentación un poco más electrónica de este su sexto álbum.
Era de esperarse. El álbum fue producido por Daniel Miller, el legendario músico y productor británico fundador del sello Mute Records que tiene a artistas como Depeche Mode, Goldfrapp o Erasure entre sus filas. Para lograr este sonido, Liars se refugió varias semanas en su estudio de grabación debajo de la emblemática Highway 101 de Los Ángeles.
Con “No.1 Against the Rush”, la banda explora su lado más paciente al crear una atmósfera de sonido que poco a poco se va construyendo pero nunca termina por realmente levantar durante los cinco minutos de duración. Lo que contrasta con “Brats”, el segundo sencillo que suena más movido, acompañado de un video-animación bastante perturbadora, cortesía del artista visual Ian Cheng. Si quieren escuchar cómo la experimentación puede tener resultados melódicos muy interesantes, les recomiendo este álbum de Liars.