Etiquetados claros por una mejor alimentación
Las reformas a la ley que obligan a las empresas productoras de alimentos y bebidas azucaradas a incluir información clara en sus empaques ya fueron aprobadas; sin embargo, para ver un cambio real en la salud de los mexicanos se necesita más que eso, como la implementación de campañas que le enseñen a las personas cómo alimentarse adecuadamente
Fernanda MuñozLa alimentación en México está cambiando, o al menos ese es el propósito de algunos funcionarios y organizaciones que, en busca de niveles más óptimos de salud, pretenden mejorar la vida de los consumidores de comida chatarra con etiquetados claros.
El pasado martes, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 445 votos a favor, cero en contra y tres abstenciones, reformas a la Ley General de Salud en materia de sobrepeso, obesidad y etiquetado de alimentos y bebidas azucaradas.
Las modificaciones lograron llevarse a cabo luego de que el 24 de julio la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó la propuesta para obligar a las empresas productoras de alimentos y bebidas altas en azúcar a incluir etiquetados con información más clara en sus empaques y contenedores sobre la elaboración de su contenido.
Mario Delgado, coordinador del grupo parlamentario de Morena en San Lázaro, y quien impulsó el cambio a la Ley General de Salud, destacó que su propuesta se originó porque parte importante de la alimentación en México es muy poco sólida y, por lo tanto, no es benéfica para la salud de las personas que la consumen.
De acuerdo con el Análisis de la Industria de Alimentos y Bebidas. México (2018), de Cial Dun & Bradstreet, principal proveedor de información y análisis comerciales en América Latina, el siete por ciento del total de la industria alimentaria en el país lo abarca la elaboración de azúcares, chocolates, dulces y similares.
“Queremos que todo el mundo pueda entender sin mayor información (lo que cada alimento y bebida contiene). Lo hacemos para aprender a tomar mejores decisiones en lo que consumimos y ahorrarle a nuestro país una crisis de salud pública”, opinó Delgado.
La iniciativa, incluso, recibió el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegurando que este pequeño paso conducirá a que la gente comience a cambiar sus hábitos alimenticios, los cuales han ocasionado, por años, pérdidas humanas derivadas de diversas enfermedades relacionadas al sobrepeso, como la diabetes y los padecimientos del corazón.
“Recomendamos utilizar este modelo como un referente científicamente sustentado para establecer los parámetros o regulación en productos como la sal y los azúcares”, declaró Cristian Roberto Morales Fuhrimann, representante de la OPS.
Urgen campañas por la alimentación además de etiquetados
Los cambios a la Ley General de Salud fueron aplaudidos en la Cámara de Diputados, sosteniendo que, en caso de que el Senado de la República los apruebe de igual manera, comenzarán a disminuir las que hasta ahora son consideradas las principales causas de muerte en el país, que están relacionadas con la obesidad.
Según el último registro del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2017, la primera causa de muerte de los mexicanos tiene que ver con enfermedades del corazón (141 mil 619 decesos), mientras la segunda es la diabetes (106 mil 525).
Pero para poder llegar a una meta de salud óptima se requieren de más métodos y no dejarle la confianza plena a un nuevo etiquetado. “Para los consumidores actuales, el impacto tendría que ir acompañado con campañas educativas, principalmente dirigidas a los menores de edad”, comentó el doctor Óscar Galicia Castillo, del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
El especialista argumentó que los funcionarios públicos, además de enfocarse en las empresas productoras de alimentos azucarados, deberían ver directamente a las personas, implementando campañas que les brinden educación alimentaria con el fin de que eviten comprar alimentos nocivos para su salud.
“La educación la deben recibir todos los miembros de una familia, pues si un niño obtiene estos conocimientos en la escuela, pero en casa se encuentra con productos dañinos para su salud, de nada servirá”, recalcó.
Para Verónica Núñez Rico, académica de la UNAM en las asignaturas de Mercadotecnia, Publicidad y Propaganda, sólo las personas preocupadas por su salud van a obedecer los nuevos etiquetados, mientras que los demás necesitarán recibir mayor difusión para entrar en razón.
En entrevista, la catedrática detalló que, además, la Secretaría de Salud debería “ponerse las pilas” en cuanto a los puestos callejeros que siguen vendiendo productos azucarados afuera de las escuelas, para que los legisladores los erradiquen.
“Todo este movimiento requiere de varios años para ver reflejado un cambio, es más, ya nos tardamos, debimos empezar hace 20 años; sin embargo, considero que nunca es demasiado tarde, sólo no hay que detenernos”, enfatizó Galicia Castillo.